24 enero, 2010

UN FUNERAL POR TODO HAITÍ.....

Una mujer sostiene un librillo del funeral. Afp/Jewel Samad

El cadáver del arzobispo se encontró un día después del seísmo

Tras la ceremonia se sucedieron protestas contra el presidente Preval
Agencias Puerto Príncipe

Actualizado sábado 23/01/2010 17:11 horas

Junto a los restos de la catedral, devastada por el seísmo, miles de católicos, incluidos el presidente de Haití, René Préval, y su mujer, y el arzobispo de Nueva York, han visitado la improvisada capilla ardiente del arzobispo de Puerto Príncipe, Joseph Serge Miot.
La catástrofe ha confundido al rico, al más pobre, incluso al gobierno, los ministros tienen hijos muertos, todo el mundo. "Esto es para todos", afirma la hermana Lina, una monja colombiana asentada en Haití desde hace cuatro años.

Desde las seis de la mañana, los fieles han esperado pacientes su turno para decir su último adiós a uno de sus líderes espirituales. En el ataúd, el cuerpo de Miot, de 63 años y con claras señales de haber estado sepultado entre ruinas.

El cadáver del arzobispo se encontró un día después del seísmo, estaba atrapado entre las ruinas de su casa, situada junto a la catedral. La misma suerte sufrió el vicario Charles Benoît, que falleció con un rosario en la mano.

Una misa al aire libre
El funeral ha comenzado a las ocho de la mañana, al aire libre y bajo un sol ardiente. La ceremonia ha estado presidida por el arzobispo de Cabo Haitiano, Louis Kebreau y ha contado con la presencia de miembros del cuerpo diplomático, ministros, sacerdotes y, sobre todo, ciudadanos que han decidido orar por el alma de su arzobispo y por la de tantos otros fallecidos en esta tragedia.

"Los que no pudieron enterrar a sus seres queridos, los que están todavía bajo los escombros. Esto es como enterrar también en nombre de todas las víctimas anónimas y que no se van a encontrar nunca", ha señalado uno de los asistentes.
"Le pido a Dios que para todos aquellos que encontraron la muerte con el sismo, que les dé consuelo a sus familias, que en muchos casos no han podido dar una sepultura digna a sus seres queridos", ha rezado en la misa Louis Kébreau.

Por su parte, el ayudante del arzobispo Miot, Joseph Lafontant, ha pronunciado la homilía y ha recordado el compromiso del fallecido con los más pobres. "El creador nos invita a participar en la creación de un nuevo país, un nuevo Haití y un mundo nuevo".
Los restos mortales de Miot han desfilado en un coche fúnebre por las calles de la capital. Hasta que la catedral sea reconstruida, su cuerpo será enterrado provisionalmente en la provincia de Lillavois.

Pero no todo transcurrió en paz: al finalizar la ceremonia, algunos ciudadanos siguieron al presidente Preval protestando por su gestión. Algunos cantaban incluso el nombe del exiliado ex presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide.

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