03 junio, 2015

EL ILUSTRE LOCO....



EL ILUSTRE LOCO

Alguien decìa que despùes de la muerte la peor desgracia para el hombre es la locura. La muere nos sustrae de cuajo de la vida…la vida biològica y consciente…la locura nos arrebata la conciencia, dejàndonos al azar una vida biològica a la deriva, poblada de tinieblas, ideas absurdas y horribles fantasmas.
 
La muerte es reposo absoluto…la locura agitación total. Es preferible morir que vivir llevando a cuestas, como una cruz de calvario, una psicosis irreversible, alienante y furiosa. Comentan que de la locura a la genialidad hay un paso….pero siempre es preferible una genialidad cuerda que loca. Rumoran los que saben de eso que los genios y los sabios son siempre un poco locos, pudiera ser, pero no en realidad, sino màs bien eufemísticamente, cariñosamente si se quiere. La pasiòn espumante del loco es febril, maravillosamente obsesiva…Encerrado en el laberinto desasosegado de sus cosas, el loco vive fecundo en ficciones, venturoso en disparates.
 
Los sabios llaman a las disfunciones mentales graves psicosis. Las clasifican en tres planos, diferentes entre sì, pero profundamente interdependientes, esto es, nunca se dan puras en un solo orate. La primera, la mas sublime de todas las locuras, la locura por antonomasia, la màs ostentosa de todas: la esquizofrenia. Se cae al fondo de la conciencia y se hace añicos, como cristales rotos la personalidad. Ya no se es quien es sino quien dicta la sinrazón, un Napoleòn, un Alejandro Magno, un ciensòlogo, un noble apátrida….
 
La esquizofrenia es el mal de la mente con màs arrestos… Es locura en grande, sin tacañerías… La segunda en la paranoia. El paranoico se siente acosado, acorralado por enemigos imaginarios que quieren envenenarlo, darle un balazo, hacerlo desaparecer. Es suspicaz….desconfìa de todo y de todos. Su mundo es la eterna odisea por escapar de las asechanzas que no existen, de las confabulaciones que solo prevalecen en su templado cerebro. A la tercera llaman Manìaco-depresiòn, o psicosis circular. Porque es como un cìrculo; a veces eufòrico, boyante de optimismo y exuberante felicidad; otras veces, la otra mitad del circulo, profundamente triste y acongojado. Gimoteante…aplastado…y con fuertes ideas suicidas.
 
La de nuestro pròcer, fuè sin lugar a dudas una esquizofrenia paranoide, o sea delirante ideas de grandeza patria, de exaltaciòn duartiana, , es la que el, se sentìa emerger, mezcladas como era de esperar con terror persecutorio, por parte de los haitianos al principio, …de los afrancesados…y de Santana ni digamos, a quièn le fuè arriba en la antigua plaza de armas, hoy Parque Colòn, desenvainada la espada, y no lo descuartizaron los hombres de Santana a machetazos por la ràpida intervención de Felipe Alfau, Trinitario como èl, y del Cónsul francés Saint-Denys.
 
Emilio Rodriguez Demorizi, quien fuera un gran historiógrafo, escribe esta obra: “JUAN ISIDRO PEREZ, EL ILUSTRE LOCO, en 1938 y se la dedica a Don Federico Henrìquez y Carvajal, que a la sazòn, en septiembre de aquel año cumplìa 90 años edad. Tanto Don Federico, como el Dr. Zaglul, hacen semblanzas acerca de este trinitario que fue tocado con la centella de la vesania, y terminò sus años traspasado y errante por esas calles del Santo Domingo decimonónico.
 
En 1868 el còlera, que diezmaba la horrorizada ciudad de Santo Domingo, cobra, en nuestro ilustre loco, una vìctima màs. El Anuncio Buenrostro, de corazòn ancho…ancho como el mar, cargò con su cadáver del Hospital Militar hasta el cementerio donde tuvo que ser sepultado a la carrera en la fosa comùn, sin una cruz…sin una luz…sin una làpida…sin una oraciòn. De sus restos no se sabìa…Su infortunio llegò a tales magnitud que ni siquiera puede reposar en el Panteón Nacional entre los grandes.
 
De èl dice Don Federico Henríquez:- “Ilustre Loco…Con esa concordancia sintètica aparentemente paradójica, luego de considerarle como ilustre màrtir, nominè en un discurso febrerista a Juan Isidro Pèrez de la Paz, que fuè uno de los màs fieles a Duarte i de los màs adictos a su ideal nacionalista”…. La patria no lo ha mal agradecido y su memoria prevalece. Su demencia no ha sido, ni es vergüenza. Es, en el alma del buen dominicano, El Ilustre Loco¡…. 
 
 Tercera ediciòn de 1973, Primer premio del Certamen Centenario de la Trinitaria.

22 mayo, 2015

La vida de las estrellas que pueblan el firmamento, tienen un ciclo parecido al de los hombres que llenan la faz de la tierra. En el espacio sideral, las estrellas nacen, crecen se desarrollan y se reporducen, entonces su luz es radiante, transparente, envolvente y salutífera.

Aventajan y comienzan paulatinamente a lanquidecer, amarillàndose y opacando hasta que mueren por siempore. Dejando solo una estela perdida y erràtica en el firmamento, eternamente viajente, a millones de años luz y que a veces, sòlo a veces llego como ilusiòn, a herir la retina de los ojos que muy raras veces la contemplan, sin saber a lo mejor, que ya han muerto, desde la tierra.

Entonces tenemos que ese decurso vital de las estrellas, se parece mucho al de de los hombre, con la diferencia que la vida humana se calcula en veinte, cuarenta, sesenta u ochenta años y el de las estrellas en cientos de miles de billones de años. ¡Ah!, otra cosa que tambièn nos diferencia de las estrellas es que esta son mas humildes.

Lo son quizàs, porque aunque tengan mucha luz carecen de una muy importante que es la razòn, y no son conscientes de su propia estelaridad, de su embriagante belleza. Pero esto no sucede asì con los hombres, cuando este ha hecho historia, pues tenemos que cuando un hombre ha tejido a su alrededor el halo fascinante del estrellato polìtico incidiendo en la marcha, para bien o para mal de su pueblo, salvo muy raras excepciones, no quiere ya nunca mas comprender que su ciclo, como el de las estrellas ha terminado, que es hora de empaquetar y ceder espacio a los que vienen al compàs de los nuevos tiempos de la historia, el tiempo polìtico es mas que notorio y nos dicta cátedras al respecto.

Los seres humanos que en alguna u otra ocasión han brillado otrora como rutilantes estrellas del cielo político, enquistados en posiciones de luctante conservadurismo es práctico y saludable desprenderse de la ilusión de permanecer permanentemente.

11 marzo, 2015

EL ENCUENTRO...


EL ENCUENTRO

 Los días siguen siendo exactamente los mismos. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, y vuelta vez a, lunes, martes, miércoles…los mismos nombres.

 Y en cuanto a los meses por igual, enero, febrero, marzo, abril, diciembre, y al año siguiente ídem per  ídem con idéntica denominación, un número de días y festividades.

 Los días tienen sus horas contadas desde dios. Veinticuatro y quizás unas décimas de minutos y segundos.

 Nada que se note. Ni más, ni menos. A veces esos días son lluviosos,\ y cae  y cae el agua sin reposo, encharcándolo todo, poniendo en enojosa actividad las goteras, provocando derrumbes, pudriendo siembras, entorpeciendo el magro servicio eléctrico , averiando teléfonos, anegando avenidas, impidiendo el rutinario lavado de la ropa, paralizando actividades, y a la larga enfureciendo a la gente.

 Otras veces esos mismos días, porque son iguales, sólo abarcan veinticuatro horas, tienen un sol calcinante. El calor sofoca. El polvo no respeta el más mínimo resquicio, los mosquitos y unas cucarachitas pequeñas y de pardo color, por igual. No hay reposo. Está uno, siempre todo sudado y brilloso. A los que duermen siesta se les hace imposible, el descanso nocturno bochornoso. La ropa molesta y se cansa uno más de la cuenta,

 La vida vegetal que nos rodea sigue impertérrita. Las plantas no cambian por nada del mundo sus ciclos de floración y fructificación. El cosmos, que nos vela desde hace millones de años, nuestros planetas vecinos, nuestro candente sol, nuestra taciturna luna, la galaxia “vía láctea”, en la que está nuestro sistema planetario engastado, y las otras, con sus cientos de miles y millones de soles y planetas y satélites, siguen invariables sus elipsis giratorias de rotación y traslación constantes, a través del mismo trillo espacial, que las terribles y misteriosas fuerzas inducidas en ellos, por Dios, les han dictado.

 Y los animales irracionales, desde la sima insondable, incomprensible y oscura y bruta de sus cerrazones intelectuales, son todavía menos incapaces de alterar, en lo más mínimo, sus rutinarias y absurdas existencias.

 Sienten y no lo saben. “Padecen” hambre, sed, atropellos de todo género, mimos, también, y algunos hasta son valorados, como caballos, vacas, toros sementales, en cientos de miles de pesos…y ni idea.

 Los perros ladran igual. Idéntico es el maullido de los gatos, el dulce regalos de las abejas, el trino argentino de las aves, el furioso rugido de las fieras y su zarpaso devastador. Algunos son servidos como sabrosos manjares. Otros usados en apuestas y competencias. Los hay que sirven de guardianes segurísimos. Se emplean como transporte y carga. Sirven para entretenimiento y diversión y lujo, cuando sus pieles se usan en costosos abrigos o en calzado y carteras.

 Y, en lo que respecta al hombre, las mudanzas y cambios reales y profundos son menos. Los mismos sueños frustrados…Las mismas inquinas y envidias…Iguales temores…Incertidumbres…esperanzas…deseos de superación…realizarse en la vida, de vencer el dolor físico, de sobreponerse al abatimiento interior, de brillo, de progreso, de paz.

 Por lo visto todo representa la más solemne, la más grandiosa, la mas ciclópea sinfonía….¿del aburrimiento?...¿De la monotonía?...¿de la uniformidad en la variedad, de lo siempre igual?...O no será acaso una confirmación inequívoca de nuestras insatisfechas individualidades que no tendrán reposo nunca, tu a tu, lo realicemos con valiente decisión....

24 octubre, 2014

"UNA COSA ES LO QUE ES...Y NO LO QUE DEBERÌA SER"

Cuando el Dr. Leonel Fernàndez vislumbrò por primera vez el apoyo que le ofrecìa el Partido Reformista Social Cristiano, y la consecuente formacion del Frente Patriòtico Nacional con miras a la segunda vuelta, sabìa muy bien a lo que se exponìa: sabìa que los disgustos estarìan a la orden del dìa, principalmente en aquellas personas que le apoyaban abiertamente y no querìan nada que les oliera a Balaguer y mucho menos el anillo palaciego: sabìa a lo que se exponìa con aquellos militantes de su partido poseedores de una mìstica sublime y que no dejaron de externar el asombro e incredulidad que tal hecho les producìa; ; sabìa que estaba expuesto a grandes crìticas que le enturbiaron el ànimo y lo hicieron sufrir, pero no obstante se armò de una paciencia estoica y esperò calmadamente y con gran confianza los resultados que como consecuencia de este pacto marcarìan su vida como polìtico.


Si bien, los resultados fueron de todos conocidos, el Dr. Leonel Fernàndez supo en su momento que no hizo otra cosa que fuera abrazarse al mètodo filosòfico que divulgara William James, y que proclama que el ùnico cirterio para juzgar la verdad de cualquier hecho o situaciòn se ha de fundamentar en sus efectos pràcticos.


A todo esto no se puede dejar de reconocer en Balaguer su capacidad pragmàtica, el cogìa y dejaba segùn su personal convicciòn de donde sea y de donde venga y esto es precisamente lo que estuvo haciendo a lo largo de sus 60 años de vida polìtica, y no hay que dudar que ya en el ocaso de su vida delegò la herencia de su liderazgo al Dr. Leonel Fernàndez, sòlo el sabrà porquè lo hizo, mas sin embargo no hay que hacer muchas elucubraciones para comprender su actitud, hoy dìa lo estamos viendo, no le interesaba que el PRSC sobreviviera màs allà de su muerte, màs esto no lo han comprendido algunos de sus dirigente aunque otros asimilaron la lecciòn.


La gran decisiciòn del Dr. Leonel Fernàndez aceptando el apoyo de una fuerza polìtica antagònica durante años, que entendiò en su momento era lo que mas convenìa para asì lograr su meta, que no es mas que la de todo polìtico, la consecucion del poder, llevan a poner en juicio ciertas actitudes conductuales entre otros polìticos nuestros, que no obstante encontrarnos pràcticamente comenzando el siglo XXI , todavìa en sus grandes decisiones se dejan llevar por el sentimentalismo y el agradecimiento.


El ser pragmàtico nos permite tener los pies sobre la tierra y actuar de acuerdo a lo que el MOMENTUM demanda, los caminos hay que dejarlos abiertos para ese futuro incierto que rodea la vida de todo polìtico, ya que està mas que comprobado que nuestro gran enemigo de hoy puede ser nuestro aliado del mañana y viceversa.


El pragmatìsmo como filosofia doctrinaria està ausente en la mayoria de nuestros polìticos, que todavìa en estos nuevos tiempos que discurren, escuchan mas la voz del corazìn y de los sentimientos en vez de actuar en determinado momento de acuerdo a la realidad que los circunda, de acuerdo lo que mas convenga a sus intereses y por ende a los de su partido que de paso los llevaran a la ocupaciòn de la pirmera magistratura del Estado, que es la meta primordial de todo polìtico.




26 enero, 2014

JUAN PABLO DUARTE, EL HEROE MÀXIMO DOMINICANO.....



Es la Repùblica Dominicana la abuela de todos los pueblos de Amèrica y cuna de nuestra democràtica hispanidad, siguientdo la proyecciòn luminosa de Juan Pablo Duarte, nuestra pequeña repùblica antillana se ha esforzado en caracterizar y modelar su propia determinaciòn polìtica y luchando contra las hiedras de la ambiciòn y la locura, se ha mantenido indenme a las asechanzas e incorruptible a los apetitos de las pasiones preditorias puesto especial en el sentido de la admirable hispanidad de sus hijos, ya que tuvo que sufrir durante muchos la interpretaciòn de la doctrina.

La historia registra sucesos que tienen al hombre como único protagonista… La historia nos explica quièn es en realidad el hombre, mejor que todos los tratados de Psicología y Sociología juntos…. La historia es el relato de algo que casi fuè en un momento dado, hace cien, mil años, o màs…Digo que es un relato de algo que casi fue, porque la historia sucede en un supuesto presente, porque el “presente” parece ser que es, y nada màs iluso, en realidad casi no es…El presente no existe realmente; deviene…transcurre…pasa de contìnuo. Si hoy dìa entendemos los libros de historia es porque el hombre sigue siendo su actor principal…Su eje motriz es la misma, si no, nos fuera completamente inteligible…absurda….

¿Cómo comprender la traiciòn de Santana a la patria?....Còmo entender los gobiernos de Bàez…el bandolerismo de Desiderio Arias, la nobleza de espìritu de Francisco J. Peynado? ¿Còmo calar las dictaduras de Lilis o Trujillo?. Si ahora prevalecen esas situaciones, aunque el hecho pasado no se hubiese desencadenado en el discurrir del “hoy” de ayer…si no fuera el mismo hombre, està dicho, el actor y el espectador, serìan nulo el entender. Cada hombre es individuo y es universo….Vibramos con la conciencia del yo, y a la vez sentimos el palpitar todo del cosmos.

Sintetizamos la materia inerte, que ni vive, ni siente. Somos sustancias viva insensitiva, como los àrboles; viva, sensitiva como los animales…y viva racional, como sòlo nosotros mismos. Es un misterio inviolable. Un arcano de profundidades insondables: ¿Quièn entiende el ser todo, y a la vez uno?.... Los hechos històricos, sentimos, nos atañen como si hubiesen sucedido en la sala de casa, frente a nuestras propias narices…Los queremos y los repudiamos….Los aplaudimos y los execramos…Nos identificamos con ellos y los repelemos…Actuan con nosotros como hechos personales…

Aunque el tiempo evapora los hechos, como se evapora el agua hirviendo, y cicatriza las heridas màs hondas, los hechos no dejaràn de ser tales. Podrà no haber rencor, y, prevalecer el borròn y cuenta nueva. No vale, lo que pasò, pasò y no lo borra nada ni nadie. Ni un millòn de bombas atòmicas podràn impedir la caida del Imperio Romano de occidente, ni la conducción de Napoleón a la Isla de Santa Elena, o el ajusticiamiento de Rafael Trujillo frente al mar caribe…

Aunque la historia tiende a repetirse el escarmiento no enraiza tan fácilmente, la razòn es muy sencilla, cuando la historia se repite lo hace en otra generaciòn que queda sorprendida en su buena fè.

Juan Pablo Duarte, el hèroe màximo dominicano, no hizo obra inùtil al luchar y coronar con brillo la independencia de nuestro suelo patrio, puès le dio vida a un pueblo amante de su libertad y de imprimirle el rumbo que convino a su destino.

Siguiendo la proyecciòn luminosa de Juan Pablo Duarte, nuestra pequeña Repùblica Antillana se ha esforzado en caracterizar y modelar su propia determinaciòn polìtica luchando contra las hiedras de la ambiciòn y la locura, se ha mantendio indemne a las asechanzas e incorruptible a las pasiones preditorias.

De esta suerte, en el amanecer de nuestra jornada emancipadora, la simiente que lanzara al surco de la libertad la mano taumatùrgica del sembrador, no encontrò arraigo para consolidar el estatuto de nuestra incipiente nacionalidad; por lo tanto aunque el ideal se mantenìa erguido, no por esta circunstancia estaba menos expuesto a las influencias contaminadas, fue entonces cuando el Padre de la Patria, para librarlo de todo oprobio y de toda mancha prefiriò, como un predestinado, emprender el azaroso camino del ostracismo.

Ese ideal, el mismo que sintiò en sus primeras vibraciones de la Trinitaria, cabe en el pequeño rectàngulo de la Plazoleta de la Iglesia del Carmen, despuès de recorrer bajo la protecciòn de esa conciencia inflamada en optimismo las playas hòspitas de Venezuela, retornò con un equipaje de gloria vinculado a los inquietos tiempos de su juventud.

Ese mismo ideal, obligado por la patria y al orden racional de sus instituciones, no podìa morir en Duarte porque era una consecuencia orgànica de su sensibilidad, por lo tanto cuando ya estaba vencido por el tiempo, reconcentrò sus ùltimas energìas para lanzarlo a la posteridad, y con tan dinàmica trayectoria que iba como un viador de generaciòn en generaciòn, nutrido en virtudes y buscando un asilo pròcer que pudiera igualarlo en sus afanes de grandeza. Asì despuès de haber errado como un espìritu nòmada por nuestras latitudes cardinales, cayò satisfecho y confiado en los brazos abiertos de aquel anhelado porvenir.

Mas sin embargo este no fue el malogrado porvenir del año 1885, ni a las caòticas jornadas que tiñeron de sangre y colmaron de ruina nuestra conciencia nacional y mucho menos a las otras posteridades que trataron de hacer intransitables el camino de la libertad, que la naturaleza en sus indeclinables actos de renovaciòn le presenta a la sociedad de los pueblos, nada importan las dècadas fratricidas, los expedientes de mala ley, ni los crìmenes de lesa patria si sus fermentaciones espurias pueden herir para estimularnos hacia el bien o para convertir en abono de actitudes que propendan a la mejora y perfeccionamiento del Estado.

Todas las naciones de nuestra Amèrica hispana han sufrido los dolorosos estragos de la tiranìa y todas han ido relacionando, en la medida de sus fuerzas, hacia la buena ruta que le indica la marcha ordenada de la civilizaciòn.

La Repùblica Dominicana, como sus compañeras, ha pasado a lo largo de su existencia, por las alternativas inherentes a los pueblos que no han alcando mayoridad: las revoluciones, el peculado, las asonadas tumultuarias y los piquetes fusilares le crearon en pasados siglos una reputaciòn que, doloroso es decirlo aniquilaba nuestras riquezas naturales y nos confundìa en tinieblas.

Hoy dìa en que celebramos el 164 aniversario de la fundaciòn de Repùblica, años en que nuestra patria ha pasado por felices y desgraciados momentos, saliendo a flote, estancàndose, esangrentàndose, enaltecièndose en la gloria, enemigos de fuera y enemigos de adentro han confabulado contra esa soberanìa bendita que tanto nos ha costado. Una soberanìa que no es
tal en sentido estricto, pero no deja de serlo, y a la que entre tanto nos aferramos con decisiòn, firmes conscientes de que en el universo de las criaturas inteligentes las cosas son como son y no como nos gustara que fueran, la soberanìa de las naciones en desarrollo y pobres, con mas razòn, tienen, que dentro de la dependencia mantener donde su pueda un equilibrio de dignidad y decoro.

Ciento Sesentaicuatro años no son una cosa del otro mundo en la historia de un pueblo y sì lo suficiente para que crucen sus caminos varias generaciones capaces de asentar tradiciones fundamentales en sus propias experiencias. Nuestras efemèrides Patrias està llena de simbolismos patrios, de ejemplos imperecederos....

02 agosto, 2013

UN POCO DE HISTORIA: LA CONSTITUCION Y GREGORIO LUPERON.....

(*)...Aunque parezcan extraños a esta obra estos capìtulos, los colocamos  porque hemos deseado que en ella estèn expresadas todas nuestras convicciones" , (General Gregorio Luperòn).

De su obra "NOTAS AUTOBIOGRAFICAS Y APUNTES HISTORICOS".

"...Todas las constituciones polìticas de la Repùblica Dominicana han sido violadas por la mayor parte de nuestros gobiernos".

El artìculo primero de todas dice asì:

"La naciòn dominicana es y serà siempre libre o independiente, y su gobierno civil, republicano, democràtico, bajo la forma representativa, alternativa y responsable".

Este es un artìculo de lujo, porque fuera de los gobiernos de Espaillat y de Meriño, ningùn otra ha sido civil ni democràtico, excepciòn hecha de los gobiernos provisorios presididos por Luperòn y otros que han sido liberales.

No han sido responsables porque el General Santana impunemente asesinò la Repùblica y la anexò a España...El General Buenaventura Bàez violò las leyes cuantas veces le convino e hizo cuanto pudo para vender la Repùblica a los yankees.

El General Heureaux no respeta ninguna ley y tiene gran empeño en acabar para siempre con la Repùblica, sin que la naciòn se ocupe en hacerlo responsable de sus iniquidades....Jamàs se ha verificado la alternaciòn de los partidos sin sangrientas luchas y lamentables desgracias.

Rara vez la naciòn ha hecho uso de sus derechos y de sus deberes, garantizados por el articulo 7mo., sobre todo en la parte que señala a los ciudadanos la facultad de velar por la conservaciòn de las libertades pùblicas.

El el artìculo 10, que trata de la ciudadania, y prescribe que se pierde por haber servido contra la Repùblica, hay evidente falsedad, porque los que sirvieron contra la Repùblica en favor de España, fueron llamados, despùes de la guerra, a ocupar destinos pùblicos.Es una mentira el artìculo 13, que establece la libertad individual como derecho sagrado e inviolable. Tambièn lo es el artìculo 14, que dice que ningùn dominicano podrà ser distraìdo de sus jueces naturales, etc., con su inciso primero, que dice: "...En ningùn caso podrà alterarse la forma de los juicios"... puès que los gobiernos arbitrarios jamàs han respetado a los ciudadanos, prendièndolos, expatriàndolos y fusilàndolos, sin ninguna forma de juicio.

Es completamente nulo el artìculo 16, que dice: "A ninguno se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedìrsele lo que la ley no priva", puès que hemos visto gobiernos como los de Santana y Bàez obligar a los ciudadanos, contra la Constituciòn, a firmar anexiones a España y a los Estados Unidos de Amèrica.

Es igualmente falso el artìculo 17, que dice: "No podrà imponerse castigo alguno sin previa condena de tribunal competente, etc.", y su inciso ùnico, que dice: "Jamàs podrà ponerse a ningun ciudadano fuera de la ley". Santana, Bàez y Cabral declararon, por ejemplo, fuera de ley a todo expatriado que, sin permiso del gobierno, desembarcar en el territorio de la Repùblica.

Falso es tambièn el artìculo 21, que reza de este modo: "El domicilio es sagrado e inviolable, y no podrà ser allanado sino en los casos previstos por la ley y con las formalidades que ella prescribe". Los tiranos no han respetado, no digo el domicilio, pero ni la vida de ningùn ciudadano, consideràndolos a todos como a gente sin derechos.

Es falso tambièn el articulo 22, concebido en esta forma: "Los dominicanos pueden imprimir y publicar libremente sus ideas, sin previa censura y con sujeciòn a las leyes, pùes que ninguno ha podido publicar sus ideas libremente con Santana ni con Baèz ni con Guillermo ni con Heureaux.Es falso el artìculo 27, que dice: "Los empleados pùblicos son responsables del mal desempeño de sus funciones, y pueden ser denunciados por cualquier ciudadano, sin previa autorizaciòn". Sòlo se ha verificado este hecho una sola vez por el valeroso pueblo de Santiago de los Caballeros contra Gonzàlez, en 1876.

Santana, Bàez, Cabral, Gonzàlez, Cesàreo Guillermo, Heureaux y Gil, faltaron al juramento impuesto a los Presidentes en el articulo 56, que dice: "Juro por Dios y los Santos Evangelios observar y hacer oservar la Constituciòn y las leyes del pueblo dominicano, respetar sus derechos y libertades y mantener la independencia nacional".

Gonzàlez violò el artìculo 61 de la Constituciòn,dando òrdenes sobre la Hacienda Pùblica y mandatos de prisiòn contra ciudadanos honrados y pacìficos, sin estar aquellas refrendadas por los Ministros del ramo. tambièn sobornò la Convenciòn Nacional de Marzo de 1875 para hacerla anular los articulos 2do y 3ro. de la Constituciòn del Estado que decìa: "...La parte española de la isla de Santo Domingo y sus islas adyacentes forman el territorio de la Repùblica Dominicana; sus lìmites son los mismos que en 1793 la dividìan por el lado de occidente, de la parte francesa. Estos lìmites quedan definitivamente fijados". Artìculo 3ro.
El territorio de la Repùblica es y serà inalienable. Ningùn poder ni autoridad podrà enajenar el todo o parte alguna de èl en favor de ninguna otra potencia".
En lugar de esos dos artìculos tan terminantes y previsores, el Congreso fijò el articulo 2do de la manera siguiente:
"..Artìculo 2do. El territorio de la Repùblica comprende todo lo que antes se llamaba "parte española" de la isla de Santo Domingo y sus islas adyacentes. Un tratado especial determinarà sus lìmites por la parte de Haitì".

El artìculo 3ro. de la Constituciòn de Marzo de 1875 sòlo dice que el territorio de la Repùblica se divide en provincias y en distritos marìtimos. Todo esto fue hecho con la intenciòn de poder entrar libremente en negociaciones secretas con el gobierno de Haitì, con la esperanza de negociar parte del territorio dominicano.
Desde entonces, como la Constituciòn no señala ninguna pena o castigo a los gobernantes que enajenan o venden una parte del territorio, tiene la desventurada Repùblica, una pandilla de pulpos polìticos, que no se afanan por otra cosa, sino por acabar con la patria y venderla cualquier precio.

La Constituciòn de la Repùblica sòlo ha sido respetada religiosamente por el gobierno del honrado General Don Josè D. Valverde, por algunos de los gobiernos provisorios del Cibao, el del ilustre Espaillat, el del Padre Meriño, y el del General Gregorio Billini. Porque el del General Gaspar Polanco la violò con la muerte inicua del ex Presidente Josè Antonio Salcedo. El gobierno del General Pedro Antonio Pimentel la violò con las persecuciones y prisiones de respetables ciudadanos que no cometieron falta alguna, aunque no expatriò ni fusilò a ningùn ciudadano. El Gobierno del General Alejandro Woss y Gil, la violò tambièn fusilando bàrbaramente a dos individuos en la càrcel de Santo Domingo, sin previo juicio. Y mientras la naciòn no sea celosa de sus prerrogativas y de sus libertades, larguìsimas discordias seràn el resultado de su indiferencia por sus derechos.

No debieran olvidar los dominicanos que los gobiernos honrados, equitativos y justicieros, son los que sirven de verdadera enseñanza polìtica, a los pueblos propensos a la tiranìa y a la crueldad, y que nada vale la ciudanìa en una naciòn donde no puede reclamar el ciudadano protecciòn ni justicia. Los gobiernos opresores que temen a la opiniòn pùblica, explotan el trabajo del pueblo, vilipendian a los ciudadanos y deshonran la patria. Donde imperan no hay Repùblica; es un feudo que de vez en cuando cambia de Señor.

Asì como en los viejos tiempos de las heroicas cruzadas habìa exaltaciòn de generocidad, de delicadeza, de pundonor y desinterès, cosas todas que determinaban las acciones, inspiraban las hazanas y purificaban los fines, hoy, en los pueblos despotizados, en la Repùblica Dominicana, por ejemplo, sòlo predomina el sentimiento del goce, de la bajeza de la indignidad y de la relajaciòn, pudiendo esa llamarse la cruzada de la tiranìa, de la corrupciòn y de la vileza. TRISTE, ESPANTOSO Y LAMENTABLE CUADRO!....

FUENTE: Notas Autobiogràficas y Apuntes Hìstòricos del General Gregorio Luperòn....

REMEMBRANZAS...GENERAL GREGORIO LUPERON...



"...Las naciones son siempre lo que quieren ser, y no lo que algunos quieren que ellas sean"...-asì escribiò el autor de Notas Autobriogràficas y Apuntes Històricos, General Gregorio Luperon, un verdadero hijo de su època, casi increìble, que con la escasez de medios que contò en su infancia llegara a encarnar la conciencia màs pura, en lo civil y en lo militar de la Repùblica Dominicana que habìa surgido tan sòlo cinco años despuès que èl, naciò el 8 de setiembre de 1839.
Su familia?...Pobrìsima, sin ventosos abalorios de abolengo, naciò en una comunera secciòn de Puerto Plata.

Don Manuel Rodrìguez Objio en su obra "Gregorio Luperòn e Historia de la Restauraciòn" (Tomo I), dice textualmente:...."La residencia en el campo debiò familiarizarle con los hàbitos de quellos lugares y hacer de el un hombre completo por lo que respecta a la educaciòn fìsica. Sobrio por naturaleza, osado hasta la temeridad, hàbil en el manejo de las armas diestrìsimo jinete y peòn infatigable; parece pues que la Providencia le amoldaba para las rudas tareas que iba a imponerle un dia".....

Al hacer historia, escribirìa por mejor decir, Pedro Ma. Archabault cuenta..." que a los 12 años trabajaba en el corte de madera propiedad del señor Duboc en Puerto Plata, pocos años despuès a los 18, abraza para siempre lo que serà su gloria, las armas y la polìtica, atrincheràndose en la fortaleza San Luis de Santiago en julio de 1857 en un movimiento contra el gobierno de Baez."....

Se entrega en cuerpo y alma a la guerra restauradora que habrìa de ser su corona en vida y su gloria en la muerte. Hombre cabal en el campo de batalla y en el seno del hogar patrio, sirvièndole de muchas maneras: Consejero polìtico, Asesor del Estado, Ideòlogo Republicano, Presidente de la Repùblica, orientador de juventudes, luchador indomable contra los entuertos de los tiranos, defensor incansable de la soberanìa nacional frente a Haitì y España.

Gregorio Luperòn supo ser el mejor, como diplomàtico , el màs acabado y completo relacionador
pùblico de la Española apenas conocida y nunca mencionada como repùblica soberana, pues se entendìa que la isla era una y era Haitì, ante la monumental reina Victoria de Inglaterra, Otto Von Bismark de Alemania, Grevy y Cambetta de Francia este ùltimo, pràcticamente fundador de la tercera Repùblica francesa concluìda la guerra franco-prusiana (1870-71).

Obras son amores y no buenas razones, asì, quien supo decir y escribir bonituras sobre la patria cuando fue presidente de ella en 1880 durante el gobierno provisional con sede en Puerto Plata, demostrò, con hechos palpables lo que escribià y decía.

Sus ejecutorias de estadista nos lo muestran un hombre pràctico. Honrado a màs no poder. Recto de intenciòn e inconmovible en sus principios democràticos. Mejora el servicio militar obligatorio que rigiò en la Repùblica, pràcticamente hasta la caìda de la dictadura trujillista. Creò el Cuerpo de Bomberos. Garantizò la libertad de prensa, no sòlo de palabras hueras sino subvencionando con $40.00 pesos, suma astronòmica en la època, al mes toda publicaciòn peridìstica que se editara progubernamental o no; la publicaciòn de libros fue subvencionada con $25. Alimentò, vistiò y pagò el ejèrcito como debìa ser, y por sobre todas las cosas posibles defendiò tesoneramente la libertad de todos los dominicanos.

El paìs, como por arte de magia se tranquilizò. La histeria polìtica tumbadora de gobiernos, que como un millòn de demonios se habìa abatido sobre la Repùblica desde la caìda del eximio Presidente Espaillat, que entre los años 1876/79, tan sòlo tres años pusò y tumbò siete presidentes, un record....(¡¡??)...se calmò.

Pero èl no quiso seguir siendo presidente. Por màs que se le pidiò. Hablò, y nos lo cuenta en su obra, Notas Autobiogràficas y Apuntes Històricos, de Bonò, de Billini, de Meriño, de Casimiro de Mora, incluso del mismo Lilìs, a quien no conocìa en verdad y de quien luego serìa valiente opositor; èl dijo..." que no, que no, que no eran indispensables para el paìs los hombres sino la reciedumbre de las instituciones...el problema es, entiendo, que las instituciones republicanas no caen del cielo como los aguaceros, sino que son los ciudadanos confiables y serios"...como lo fue èl, quienes tienen que sembrarlas y cultivarlas, pero misteriosamente no quiso involucrarse en la regencia del paìs màs de lo que habìa hecho.

¿Razones?...volvemos a decir, un misterio de su sòlo corazòn...Es muy probable que si a un gobierno de Cuatro años de LUPERON, siguiera otro, de cuatro tambièn, de MERIÑO, y otro de BONÒ, y otro de MOYA, y otro de BILLINI.....otra fuera nuestra historia patria hoy dia...muy otra, pero tanta belleza no cabe en la realidad!....

Gregorio Luperòn tuvo un sueño que sòlo se limitò a esbozar no fuera a ser que se convirtiera en pesadilla al despertar, como efectivamente sucederìa si volviera a vivir, si fuera posible que volviera a vivir......


13 junio, 2013

14 DE JUNIO...UNA FECHA QUE CAMBIO LA HISTORIA....







UNA VIDA AL SERVICIO DEL
PUEBLO DOMINICANO
MANUEL TAVAREZ JUSTO

Un recuerdo para un luchador democràtico que combatiò al trujillismo y a las fuerzas neotrujillistas del balaguerismo, apoyadas por los Estados Unidos.
Por: Luis Mayobanex Rodrìguez (Argenpress)
 
Manolo Tavarez, líder del Movimiento Revolucionario '14 de Junio', inicio el 28 de Noviembre de 1963 una insurgencia armada en la zona rural de Repùblica Dominicana que guardaba como objetivo la restauraciòn del gobierno de Juan Bosch, desplazado del poder dos meses antes mediante un golpe de estado promovido por los Estados Unidos. El 21 de diciembre del mismo año Manolo morirìa asesinado.
 
Manolo Tavarez Justo fue un producto extraordinario de un periodo en la historia nacional de bùsqueda, definiciòn y rebeldìa.
 
Manolo se reafirmò en sus creencias polìticas y en su sueño de naciòn libre en medio de una sociedad medularmente violenta, intolerante y excluyente; en un entorno donde predominaba la desconfianza, el temor y el terror. Donde ser autèntico se pagaba con la libertad y hasta de la vida.
A Manolo le toco vivir intensamente las consecuencias que para una naciòn significaba estar sometida a un règimen decrèpito, antihistòrico y en crisis terminal. Un règimen aislado en el marco internacional y rechazado hasta por sus antiguos aliados.
 
Vivir, ademàs, en su sentido de tragedia y esperanza la repatriaciòn armada de junio de 1959, acontecimiento històrico que lo marcarìa para siempre y seria nutriente permanente en sus convicciones ideològicas y propuestas polìticas.
 
Consecuente con su tiempo y sus creencias, Manolo vio en la derrota de la insurgencia armada del '59 la posibilidad real de enfrentar y derrotar a la dictadura de Trujillo. Comprendiò que el movimiento guerrillero de Constanza, Maimon y Estero Hondo ayudarìa a incrementar el repudio en contra de la dictadura. Encontrò en los expedicionarios razòn para seguir luchando, no motivo para el abandono del ideal ni la deserciòn polìtica. Reaccionò consciente de que el futuro se construìa en el momento exacto en que vivìa.
 
Por eso sale, junto a un grupo de sus màs cercanos compañeros de ideal, entre ellos su adorada y brillante Minerva Mirabal, a darle forma orgànica a la resistencia antidictatorial. Adquiere conciencia del valor de la organizaciòn en la lucha polìtica con propòsito transformador. Lentos, pero sin pausa, salieron a difundir su mensaje liberador. A ganar adeptos. Asì va creciendo su proyecto y el Movimiento Clandestino 14 de Junio, con todo su simbolismo històrico y compromiso de futuro, se convierte en una incuestionable realidad en la nariz misma de la dictadura, en su propio vientre.
Las banderas programáticas y el sacrificio de los expedicionarios del '59 encuentran en el proyecto de Manolo sus mas consecuentes continuadores.De esta manera se articula el màs serio esfuerzo orgànico de la resistencia interna. Develado en Enero de 1960, sorprende hasta a la misma dictadura sus ramificaciones y alcance; la diversidad social y la calidad de sus integrantes. Cientos y cientos de ellos son apresados y torturados, incluidos Manolo y las hermanas Patria, Minerva y Marìa Teresa Mirabal.
 
La resistencia continùa. Adquiere forma y expresiòn en las erigisteis del r�gimen y en una sociedad controlada y atemorizada. Sedienta de sangre, la dictadura continuaba destrozando todo lo que asume como obstàculo a los propòsitos perversos del tirano, sus familiares y cortesanos màs cercanos.
Las alas de las mariposas son calcinadas. El 25 de noviembre de 1962 son asesinadas las hermanas Mirabal. La patria llora su impotencia, al tiempo que acumula mas odio y rebeldìa. Ojo de Agua, Salcedo, recorre la geografìa mundial, al tiempo que sus heroìnas acceden a la inmortalidad.
Sin embargo, el barco naufragaba. El entorno internacional màs cercano mostraba su rechazo al règimen de terror. La conciencia dormida de un pueblo despertaba, penetrando con su ìmpetu liberador la estructura misma de poder en que por 30 años se habìa mantenido la dictadura de Trujillo.
 
La còpula de la iglesia catòlica, històricamente comprometida y beneficiaria del règimen, se suma a la protesta y a la condena del reino del miedo, de la negaciòn de la libertad y la dignidad humana. Su Carta Pastoral de los inicios de 1961 contribuyò, al margen de sus reales intenciones, a la campaña internacional articulada contra Trujillo y sirviò de aliento a la resistencia interna.
Desde la càrcel Manolo, y parte de sus compañeros, renovaron el compromiso. El dolor ante la pèrdida de lo amado no anula la razòn, tampoco ahoga el grito contenido de libertad. Es la hora de los hornos: o se claudica o se templa el espìritu de rebeldìa.
 
El horror toca otras puertas y provoca las muestras de dignidad que aun laten en el espìritu encarcelado de seres humanos subalternos del règimen. Hasta el poder imperial, que nunca ha conocido el pudor, ya habìa opinado que el dictador era un 'hijo de puta', aunque propio, del cual habìa que salir antes que perderlo todo. Cuba es un ejemplo de dignidad y esperanza demasiado cercano y contagioso. Es un faro de esperanza hacia el cual miran miles de domincanos/as. Ejemplo emancipador que quiere emular en este y en otros continentes la contestaria generaciòn polìtica de los '60.
 
En ese contexto se produjo el atentado y ajusticiamiento de Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961, por parte de un grupo de antiguos y activos miembros de los cìrculos militares del poder.
Si bien este acontecimiento marcò el inicio del fin de la dictadura, no significò el colapso inmediato de la estructura polìtica, militar y legal sobre la cual habìa sido edificada.
 
Se dio, a partir del 30 de mayo, un complejo, convulso y doloroso proceso que cubrirìa la primera mitad de los '60'.Su punto màs sobresaliente lo constituirà el empeño de unos pocos por sostener el andamiaje y las figuras bàsicas del règimen decapitado, mientras que por el contrario viejas y nuevas fuerzas sociales y polìticas pugnando por darles termino al remanente, aun determinante, de la dictadura y abrir la sociedad a un real proceso de libertad y democratizaciòn.
 
En esa hora definitoria de la historia, un presidente titular buscando situarse en el medio de estos excluyentes propòsitos. Un presidente titular que busca reafirmarse como tal temeroso de las fuerzas que buscan desatarse, pero sin voluntad ni recursos para confrontar a los descendientes mas directos de Trujillo y figuras claves del poder dictatorial.
 
Aun con toda su carga de muerte y dolor, este proceso de apertura a una primera fase de un règimen democràtico se proyectaba como inevitable.Sorteado, aunque no superado del todo, el vendaval sangriento de la contraofensiva de los remanentes del trujillismo, se afianza en el escenario nacional la voluntad de cambio y el reclamo de destrujillizaciòn de la sociedad. Surgen las expresiones polìticas organizadas de diversa fuerzas sociales, entre ellas las tres que predominaròan en el primer lustro de la dècada del '60: el Partido Revolucionario Dominicano -PRD-, Uniòn Civica Nacional -UCN- y la Agrupaciòn Polìtica 14 de Junio.
 
De estas importantes organizaciones, el 14 de Junio emerge de la clandestinidad en julio del '61 encabezada por Manolo, el m�s prominente prisionero polìtico de esa època. Desde sus inicios se proyecta como una agrupaciòn sin ningùn tipo de vìnculos con el pasado que se buscaba enterrar.
Con la pasiòn y el arrojo que les caracterizaron, Manolo y el 14 de Junio se lanzaron a la lucha por desmantelar las esferas de poder que garantizaban el trujillismo sin Trujillo. Unas esferas del poder dictatorial que Joaquìn Balaguer no se atrevìa a tocar y que perversamente esperaba fueran destruidas por la acciòn popular, para el recoger sus frutos y hacerse dueño de un poder que no se atrevìa desafiarle a Ranfis Trujillo, hijo mayor del tirano, y demàs familiares.
 
Ya no era posible controlar el proceso desde el poder mismo, como pretendìa Balaguer. El regreso de exiliados, la libertad de prisioneros polìticos y la acciòn publica de diversos partidos, lejos de mediatizar, agudizaron el accionar antidictatorial ciudadano.
Para el '14 de Junio' la lucha contra los remanentes no solo contemplaba a los hijos y familiares del dictador, sino tambièn a Balaguer. Para el '14 de Junio' la destrujillizaciòn era una condiciòn fundamental para la democratizaciòn del paìs. Esta ultima era una consecuencia de la primera.
La presiòn popular, la ausencia de un lìder y una opciòn polìtica que pudiera unificar a los partidarios del status quo, los conflictos en los mismos mandos y estamentos militares y la ausencia de un consenso entre los principales partidos que permitiera una salida negociada a la crisis, hacia inexorable el derrumbe del viejo règimen.
 
Conscientes de esa realidad en desarrollo, Ranfis y los hermanos del dictador se juegan la aventura de hacerse nuevamente del poder total, incluyendo el Ejecutivo en manos de Balaguer. Al estar fuera de tiempo, esta acciòn fracasò irremediablemente. Asì no hay futuro en el marco nacional para los Trujillo; solo el destierro le quedò como salida.
 
La mitad misma de noviembre del '61 marca la salida para siempre de los familiares del dictador; no sin antes Ranfis cargar consigo los restos del tirano, una parte de su millonaria fortuna y asesinar, con sus propias manos, a casi todos los participantes en el ajusticiamiento de su padre.
La partida de esos personajes del règimen abriò la compuerta para la acci�n masiva del pueblo. La destrujillizaciòn ya no solo era una aspiraciòn en el àmbito de las ideas, tambièn lo era en la simbologìa material que representaba y recordaba tan funesto pasado de nuestra vida como colectividad nacional.
 
Los seguidores de Manolo estaban a la cabeza del pueblo urbano en este proceso de catarsis liberadora colectiva; porque eran el pueblo mismo. Es posible que polìticamente erraran al convertir la destrujillizaciòn en la bandera central de su lucha, mientras otros se preparaban para coger el poder. Pero lo que nadie puede jamàs negar es el indiscutible papel desempeñado por Manolo y su organizaciòn en la movilizaciòn y presiòn popular, y en la propia salida, en Enero del '62, de Balaguer del poder.
 
Vista asì la historia, Manolo y el '14 de Junio' fueron un factor de incuestionable valìa en el proceso de democratizaciòn y redefiniciòn de la naciòn en uno de sus momentos històricos mas decisivos. Contar la historia de la democracia dominicana en su fase post-trujillo, si se hace con apego a la verdad, es recrear la vida misma de valor y sacrificio de Manolo y sus compañeros/as de lucha.
Durante el periodo de gobierno del denominado Consejo de Estado, Manolo y su organizaciòn constituìan una realidad polìtica a considerar en la bùsqueda de salida o soluciòn a las situaciones y momentos de crisis inevitable en una sociedad como la nuestra que recièn acababa de salir de una dictadura.
 
Su peso e influencia polìticas buscaban que las reformas polìticas en discusiòn sirvieran al avance del proceso de transiciòn, no a su retroceso; al tiempo que el '14 de Junio' levantaba las demandas econòmicas y sociales que contribuyeran a hacer mas digna la vida de la mayorìa poblacional.
En ese periodo de debate y movilizaciòn polìticas, en su discurso Manolo subraya mas el cambio en la estructura polìtica y social de la naciòn.Con su predica y praxis Manolo va perfilando en la sociedad una marcada corriente antiimperialista. Incisivamente critica el poder oligàrquico, a la vez que el règimen de tenencia de tierra atrasado y de sòlidos rasgos feudales.A partir de las caracterìsticas nacionales propias y de la incuestionable influencia que en su generaciòn tenia la Revoluciòn Cubana, Manolo va articulando la propuesta de Revoluciòn Democràtica acentuadamente antiimperialista como soluciòn a las principales contradicciones que regulaban la sociedad dominicana de entonces.
 
Bajo ese predicamento caminaba el paìs. Entraba en contacto con el pueblo. Crecìa su liderazgo entre el estudiantado, entre los profesionales y sectores trabajadores de la ciudad, al mismo tiempo que el 14 de Junio se iba desarrollando como organizaciòn de masa y antiimperialista.
Consciente de la fragilidad institucional del paìs y de la influencia norteamericana, negativa a partir de la historia misma, Manolo alentaba un proceso de lucha extrainstitucional, en un periodo donde la mayorìa de los actores polìticos y econòmicos de la sociedad apostaban a cerrar 'la primera transiciòn' mediante el sufragio electoral.
 
Alertaba tambièn sobre el peligro que representaba para la democratizaciòn del paìs grupos econòmicos, militares y religiosos de poder medularmente antidemocràticos.Convencido de la necesidad de darle curso a un proceso de liberaciòn nacional y transformaciòn social y dada su desconfianza hacia las elecciones como mètodo para viabilizarlo, Manolo y el '14 de Junio', al igual que otras formaciones polìticas menores, llamaron a la abstenciòn en las elecciones del 20 de diciembre del '62, posiciòn que resulto irrelevante y desoìda hasta por parte de sus propios seguidores.
 
Celebradas las elecciones y electo Juan Bosch presidente en la boleta del PRD con un 59.53% de la votaciòn general, se acentuo en el paìs un realineamiento polìtico sujeto, esencialmente, a la condiciòn social de sus actores.
Aun con sus criticas a las inconsecuencias oficial, el '14 de Junio' captò desde el principio de la gestiòn perredeista la trama que desarrollaban los sectores mas retardatarios de la sociedad para hacer zozobrar el ensayo democràtico.Indicò las graves consecuencias que tendrìa para el paìs una interrupciòn del orden institucional inaugurado el 27 de febrero del 1963 y aseguro que cerrado los espacios de la lucha legal, al pueblo, y al '14 de Junio', solo les quedarìa el camino de la lucha armada para mantener viva la llama de la libertad y la democracia.
 
Consumado el golpe de estado, el 25 de septiembre, contra el gobierno constitucional, el '14 de Junio', perseguido, acosado y reprimido, como todo el pueblo, por el gobierno de facto del Triunvirato, dio inicio, el 28 de noviembre del '63, a una insurrecciòn armada que tuvo como escenario 'las escarpadas montañas de Quisqueya'.
Con mas dignidad y patriotismo, que armas y experiencia militar, los catorcistas, incluido su màximo l�der, escogieron el camino insurreccional buscando restaurar el gobierno que legal y legìtimamente se habìa dado el pueblo dominicano.
23 dìas despuès de iniciada, la acciòn guerrillera terminarìa con la muerte de una parte de sus integrantes, incluido Manolo, el mas consecuente y brillante lìder antiimperialista de nuestra historia republicana.
 
Su gran legado orgànico, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, no resistirìa su ausencia. Aunque registro momentos de heroìsmo y abnegaciòn, la imprudencia y la inmadurez de quienes estaban supuestos a dirigirle, junto a la acciòn externa del enemigo, ahogaron su condiciòn de proyecto de masa y su potencialidad de ser un factor protagònico en la construcciòn de una sociedad democràtica, libre y solidaria.
La guerra de Abril del '65 encontrarìa fragmentado al '14 de Junio'. Aun asì, eso no fue obstáculo para que sus dirigentes y militantes desempeñaran acciones de leyendas en el transcurso de la guerra.La figura, el ejemplo y el pensamiento polìtico de Manolo servìan de aliento a miles de combatientes constitucionalistas que defendìan la patria y resistìan la ocupaciòn extranjera iniciada el 28 de abril de 1965.
 
El sobresaliente papel militar desempeñado por los catorcistas durante el perìodo de la Guerra de Abril, si bien estimulo la esperanza de contar con una patria libre, no impidiò que posterior a la misma sucumbiera tan valioso instrumento de lucha patriòtica y antiimperialista del pueblo dominicano.El pensamiento polìtico de Manolo, aunque reducido a los discursos que se pudieron rescatar y publicar, influyò en la definiciòn y en el compromiso polìtico de miles de jòvenes de ambos sexos, que en el periodo posterior a la Guerra de Abril le toco vivir bajo el règimen de la contra-revoluciòn triunfante.
 
El recuerdo de Manolo era, en este periodo, razòn de làgrimas en parte de los mas veteranos y razòn de orgullo y rebeldìa para las nuevas generaciones de combatientes revolucionarios.Un factor relevante de su legado es su vida consciente marcada por el desprendimiento y la entrega a la causa asumida como correcta.Me atrevo asociar los mejores momentos de las fuerzas revolucionarias y antiimperialistas dominicanas, a la vida y al ejemplo de Manolo Tavarez. Es su liderazgo, en medio de una coyuntura excepcional, lo que contribuyo de manera decisiva a que el '14 de Junio' alcanzara la notoriedad y la importancia polìtica que tuvo en la primera mitad de la dècada del '60. Y en su pensamiento y en su ejemplo encontrò una parte de la izquierda revolucionaria de los '70.s luz y aliento para el desarrollo de su trabajo polìtico.
 
Manolo supero su tiempo y su pensamiento insuficientemente estudiado y mas insuficientemente defendido, todavìa es razòn de recuerdo y lucha en quienes siguen creyendo en la posibilidad de construir una sociedad justa y equitativa.Su honradez a toda prueba, su amor a la patria y su dedicaciòn a defender y a construir lo que asumìa como su verdad, son valores que adquieren vigencias ahora cuando aumenta el numero de quienes confunden lo posible con el ideal; en que hablar de defender la patria suena anacrònico, aun y cuando el modelo econòmico neoliberal la esta destrozando, y en un momento en que la militancia polìtica contestaria es cuestiòn de tiempo libre, no de cotidianidad.Recordar a Manolo obliga a impugnar una clase polìtica corrupta; una clase polìtica que asocia el èxito personal o de grupo a la capacidad demostrada en el arte de la corrupciòn y en el enriquecimiento ilìcito; a una elite con una increìble capacidad de perversiòn social.
 
Su memoria nos compele a seguir apostando a la edificaciòn de una sociedad en que las necesidades humanas sea prioritarias antes que el mercado; donde la solidaridad anteceda a la competencia y donde el sentido colectivo que provoca el amor a la patria verdadera, prevalezca ante las legitimas aspiraciones personales y de grupo que siempre acompaña el comportamiento humano.
Cada època obliga un tipo de homenaje a los màrtires de la patria caìdos y caìdas. Y para mi, en las actuales condiciones, el mejor homenaje que pudièramos brindarles es colocar lo que queda del acumulado històrico de la izquierda a la construcciòn de un nuevo, amplio y progresista referente polìtico que desafìe y confronte el poder de la tradiciòn partidaria dominante y que propugne por producir un giro con sentido de la historia y propòsito colectivo en el rumbo de la naciòn dominicana.
Es posible hacerlo; nos reta abrir un sincero espacio de dialogo, reflexiòn y acciòn de los hombres y las mujeres, organizados o no, que de verdad la patria les duele; entre quienes prosiguen creyendo en la divisa de servirle al pueblo de todo corazòn. Entre quienes encuentran en la solidaridad, como dirìa el poeta, la ternura y la expresiòn de los pueblos.

24 abril, 2013

LA REVOLUCION DE ABRIL EN SU 48 ANIVERSARIO...



FOTO HISTORICA QUE LE DIO LA VUELTA AL MUNDO, UN DOMINICANO ENFURECIDO SE ENFRENTA AL SOLDADO INVASOR.

RECORDATORIO 24 de abril de 1965

La intervención imperial estadounidense en Santo Domingo Tema:

Injerencia norteamericana en América Latina

La gente se lanza a las calles de Santo Domingo, armada con lo que tenga, con lo que venga, y embiste contra los tanques. Que se vayan los usurpadores, quiere la gente. Que vuelva Juan Bosch, el presidente legal. Los Estados Unidos tienen preso a Bosch en Puerto Rico y le impiden volver a su país en llamas. Hombre fibroso, puro tendón, todo tensión, Bosch se muerde los puños, a solas en el rabiadero, y sus ojos azules perforan las paredes. Algún periodista le pregunta, por teléfono, si él es enemigo de los Estados Unidos. No; él es enemigo del imperialismo de los Estados Unidos: -Nadie que haya leído a Mark Twain- dice, comprueba Bosch -puede ser enemigo de los Estados Unidos. Juan Bosch A la tremolina acuden estudiantes y soldados y mujeres con ruleros. Barricadas de toneles y camiones volcados impiden el paso de los tanques. Vuelan piedras y botellas. De las alas de los aviones, que bajan en picada, llueve metralla sobre el puente del río Ozama y las calles repletas de multitud. Sube la marea popular, y subiendo hace el aparte entre los militares que habían servido a Trujillo: a un lado deja a los que están baleando al pueblo, dirigidos por Imbert y Wessin y Wessin, y al otro a los dirigidos por Francisco Caamaño, que abren los arsenales y reparten fusiles. El coronel Caamaño, que en la mañana desencadenó el alzamiento por el regreso del presidente Juan Bosch, había creído que sería cosa de minutos.

Al mediodía comprendió que iba para largo, y supo que tendría que enfrentar a sus compañeros de armas. Vio que corría la sangre y presintió, espantado, una tragedia nacional. Al anochecer, pidió asilo en la embajada de El Salvador. Tumbado en un sillón de la embajada, Caamaño quiere dormir. Toma sedantes, las píldoras de costumbre y más, pero no hay caso. El insomnio, la crujidera de dientes y el hambre de uñas le vienen de los tiempos de Trujillo, cuando él era oficial del ejército de la dictadura y cumplía o veía cumplir tareas sombrías, a veces atroces. Pero esta noche está peor que nunca. En la duermevela, no bien consigue pegar los ojos, sueña. Cuando sueña, es sincero: despierta temblando, llorando rabiando por la vergüenza de su pavor. Acaba la noche y acaba el exilio, que una sola noche ha durado. El coronel Caamaño se moja la cara y sale de la embajada. Camina mirando al suelo. Atraviesa el humo de los incendios, humo Francisco Caamaño Deñó espeso, que hace sombra, y se mete en el aire alegre del día y vuelve a su puesto al frente de la rebelión LA INVASION Ni por aire, ni por tierra, ni por mar. Ni los aviones del general Wessin y Wessin, ni los tanques del general Imbert son capaces de apagar la bronca de la ciudad que arde. Tampoco los barcos: disparan cañonazos contra el Palacio de Gobierno, ocupado por Caamaño, pero matan amas de casa. La Embajada de los Estados Unidos, que llama a los rebeldes escoria comunista y pandilla de hampones, informa que no hay modo de parar el alboroto y pide ayuda urgente a Washington. Desembarcan, entonces, los marines. Al día siguiente muere el primer invasor. Es un muchacho de las montañas del norte de Nueva York.

Cae tiroteado desde alguna azotea, en una callecita de esta ciudad que nunca en su vida había oído nombrar. La primera víctima dominicana es un niño de cinco años. Muere de granada, en un balcón. Los invasores lo confunden con un francotirador. El presidente Lyndon Johnson advierte que no tolerará otra Cuba en el caribe. Y más soldados desembarcan. Y más. Veinte mil, treinta y cinco mil, cuarenta y dos Soldados de la 82ª División Aerotransportada norteamericana en República Dominicana. mil. Mientras los soldados norteamericanos destripan dominicanos, los voluntarios norteamericanos los remiendan en los hospitales. Johnson exhorta a sus aliados a que acompañen esta Cruzada de Occidente. La dictadura militar del Brasil, la dictadura militar del Paraguay, la dictadura militar de Honduras y la dictadura militar de Nicaragua envían tropas a la República Dominicana para salvar la Democracia amenazada por el pueblo. Acorralado entre el río y la mar, en el barrio viejo de Santo Domingo, el pueblo resiste. José Mora Otero, Secretario General de la OEA, se reúne, a solas, con el coronel Caamaño. Le ofrece seis millones de dólares si abandona el país. Es enviado a la ####. Soldados de la 82ava Divisiòn aerotransportada Norteamericana en Santo Domingo .


132 NOCHES

\132 noches ha durado esta guerra de palos y cuchillo y carabinas contra morteros y ametralladoras. La ciudad huele a pólvora y a basura y a muerto. Incapaces de arrancar la rendición, los invasores, los del todo poder, no tienen más Folletos arrojados por las tropas norteamericanas en República Dominicana. remedio que aceptar un acuerdo. Los ningunos, los ninguneados, no se han dejado atropellar. No han aceptado traición ni consuelo. Pelearon de noche, cada noche, toda la noche, feroces batallas casa por casa, cuerpo a cuerpo, metro a metro, hasta que desde el fondo de la mar alzaba el sol sus flameantes banderas y entonces se agazapaban hasta la noche siguiente. Y al cabo de tanta noche de horror y de gloria, las tropas invasoras no consiguen instalar en el poder al general Imbert, ni al general Wessin y Wessin, ni a ningún otro general. Folletos arrojados por las tropas norteamericanas en República Dominicana .
DISCURSO DE CAAMAÑO DURANTE LA ENTREGA DEL PODER PRESIDENCIAL.

Señores miembros del Congreso Nacional
Pueblo Dominicano:

Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. Ningún poder es legítimo si no es otorgado por el pueblo, cuya voluntad soberana es fuente de todo mandato público. El 3 de mayo de 1965, el Congreso Nacional me honró eligiéndome Presidente Constitucional de la República Dominicana. Solamente así podía aceptar tan alto cargo, porque siempre he creído que el derecho a gobernar no puede emanar de nadie más que no sea del pueblo mismo. Bien legítimo era ese derecho, forjado por nuestras grandes mayorías nacionales en las elecciones más puras de toda nuestra historia, y depositado en mis manos en momentos en que el pueblo dominicano se batía, a sangre y fuego, para reconquistar sus instituciones democráticas.Estas instituciones, surgidas de la consulta electoral del 20 de diciembre de 1962, fueron devoradas por la infamia y la ambición de una minoría que siempre ha despreciado la voluntad popular. Los dominicanos se batían a sangre y fuego, porque esa minoría le arrebató sus libertades el 25 de septiembre de 1963.
Esa minoría es la misma que siempre ha robado, encarcelado, deportado y asesinado a nuestro pueblo. Y esa minoría, representada por el Triunvirato que presidió Donald Reid, se llegó a creer que este país le pertenecía y que sus habitantes eran sus esclavos. Todos esos vicios y errores significaban mayores dolores y miseria para el pueblo. La vida se hacía insoportable. Ni una sola esperanza cabía en el alma de los dominicanos mientras se mantuvieran gobernando los usurpadores del poder. Para que renaciera esa esperanza se hacía necesario volver al gobierno libremente electo, es decir, a la democracia de la Constitución de 1963. Todo indicaba que la minoría gobernante, que pensaba y actuaba como propietaria de la nación, permanecería en el poder aún en contra de los más vivos reclamos populares, orientados hacia el rescate del régimen democrático.
La rebelión armada contra la ilegitimidad de su mando se convirtió entonces en una imperiosa necesidad social. Fruto de esa necesidad, y de la determinación de los dominicanos a ser libres, sin importarles la cuantía del precio, estalla el glorioso movimiento 24 de abril. Ese Movimiento, inspirado en el más noble espíritu democrático, no era un cuartelazo más. Razón tenía el profesor Juan Bosch cuando dijo, desde su obligado exilio en Puerto Rico, que los dominicanos estábamos librando una revolución social. Así era porque los sectores democráticos del pueblo, tras mucho sufrimiento y mayores frustraciones, habían tomado profunda conciencia de su papel histórico y, hermanados con los militares que respetamos el juramento de defender la majestad de las leyes, se lanzaron a la calle en busca de su libertad perdida. Heroicamente, con más fe que armas, y con enorme caudal de dignidad, el pueblo dominicano abría de par en par las puertas de la Historia para construir su futuro. Hondas, muy profundas eran las raíces de esa lucha. Desde la Independencia, desde la Restauración, caminaba el pueblo muriendo y venciendo tras su derecho a ser libre. El 24 de abril era un paso gigantesco hacia la construcción de ese derecho y hacia la democracia que lo consagra plenamente

.Los enemigos del pueblo, aquellos que por encima de los intereses de la Patria colocan sus propios intereses en un vano empeño por mantenerse en el poder, hacían correr, como ríos, la sangre generosa. Pero sobre nuestros muertos, nos levantamos siempre con mayor fuerza. La Revolución avanzaba triunfante. América entera miraba con admiración hacia esta tierra, esperando ansiosa nuestro triunfo, porque en él veía una victoria de la democracia sobre las minorías opresoras que azotan, como plagas, todo el Continente Americano.Desgraciadamente, el 28 de abril, cuatro días después de iniciada la Revolución, cuando la libertad renacía vencedora, cuando todo un pueblo se volcaba fervorosamente hacia el encuentro con la democracia, el Gobierno de los Estados Unidos de América, violando la soberanía de nuestro Estado Independiente, y burlando los principios fundamentales que sostienen la convivencia internacional, invadió y ocupó militarmente nuestro suelo. ¿Qué derecho podían invocar los gobernantes norteamericanos para atropellar así la libertad de un pueblo soberano? ¡Ninguno! Se hacían culpables de un gravísimo delito, que atentaba contra nuestra nación. Contra América y contra el resto del mundo.
El principio de No Intervención, base fundamental de las relaciones entre los pueblos civilizados, fue tan brutalmente desconocido que aún se escucha por toda la vastedad del planeta el eco de la más dura repulsa contra los invasores. En este continente de hermanos, al lado del clamor de los Gobiernos de Chile, Uruguay, México, Perú y Ecuador, que encauzaron su actuación internacional haciendo honor al sentimiento de fraternidad continental de sus respectivos pueblos, se escucha así mismo, en defensa de la No Intervención y de la soberanía de nuestro país, la vibrante y solidaria protesta de millones de latinoamericanos indignados. La humillación que el gobierno de los Estados Unidos de América del Norte hacía sufrir a la República Dominicana, militarmente invadida, significa también una dolorosa humillación para toda América.
 
 ¿Qué normas, qué principios pueden servir a las naciones americanas para hacer valer su vocación y su derecho a la independencia, cuando los gobernantes norteamericanos decidan, con vanas excusas y apoyados en la fuerza de sus cañones, imponerles su destino político? ¿A dónde ir a reclamar para que reconozca el derecho de un pueblo a ser independiente y dueño de su propia vida?
 
 ¿Qué organismos, qué instituciones serán capaces de defender esos derechos y de alentar a los pueblos a ejercerlos, sin temor a la intrusión de los que se han erigido en árbitros de la determinación ajena? Para desgracia de la República Dominicana y para desgracia de América, la Organización de Estados Americanos, en vez de asumir la defensa de nuestra soberanía, en vez de sancionar severamente la intervención militar para hacer de este modo honor a los principios que dice sustentar, no sólo se colocó de espaldas a su propia Carta Constitutiva, sino que también empujó, aún más, el puñal que hoy se clava en el corazón de nuestra patria. Cuatro días después de la intervención militar norteamericana, la Organización de Estados Americanos decidió que se hiciera 'todo lo posible para procurar el restablecimiento de la paz y la normalidad en la República Dominicana'. En el texto de la Resolución que expresa lo citado nada se decía acerca de la violación de nuestra soberanía. ¡Nada! Ni una sola palabra hace referencia al monstruoso crimen del 28 de abril de 1965, que por largo tiempo conmoverá a los frágiles cimientos del orden jurídico interamericano. Todo lo contrario. La Organización de Estados Americanos se empeñaba entonces, ignorando y torciendo los principios, en justificar y validar la intervención militar norteamericana. Y así creyó hacerlo creando la Fuerza Interamericana. La Resolución que consagra esa funesta medida, registrada como Documento Rec.2 de la Décima Reunión de Consulta de Ministros Americanos, revela muy a las claras la actitud del organismo regional a ese respecto.
En efecto, en ella se lee lo siguiente: 'Que la integración de una Fuerza Interamericana significará, ipso facto, la transformación de las fuerzas presentes en territorio dominicano en otra fuerza que no será de un Estado sino de un organismo inter-estatal...' ¡Transformación! He ahí la palabra que delata la convivencia de la Organización de Estados Americanos con los invasores. Se transformaban los 'marines' en Fuerza Interamericana. Aquello fue la institucionalización del delito político como norma de las relaciones internacionales de nuestro continente. La intervención norteamericana vino, pues, a detener el triunfo de la democracia dominicana y a apuntalar a la minoría que le niega y le disputa sus derechos a nuestros pueblos. Tras el llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional, obra de los funcionarios de la intervención extranjera, se echó al desprecio al pueblo, se fortaleció la corrupción, y el crimen se extendió por todo el país. A pesar de la frustración momentánea que en esos trágicos días sufriera la Revolución, el Gobierno Constitucional decidió defender sus derechos. Naturalmente, ante la violencia y la fuerza del poderío norteamericano, representado por más de 40 000 soldados, ya no era posible el triunfo armado del movimiento democrático dominicano. Tuvimos que negociar con los invasores a fin de conservar parte del tesoro de democracia que habíamos comenzado a crear. En la mes de negociaciones defendimos siempre los principios. Si abandonamos algunas de las conquistas por las que el pueblo dominicano se lanzó a la lucha, no se debió a que los negociadores de la Organización de Estados Americanos trajeran proposiciones de un mayor contenido democrático que el perseguido en nuestros objetivos iniciales. Cedimos solamente ante la realidad que nos imponía la intervención americana.
El corredor que las tropas extranjeras establecieron, arbitraria e injustificadamente, dividiendo la ciudad en dos, no tuvo otra razón que la de evitar que nuestra lucha se extendiera, desde esta gloriosa ciudad, hacia todo el resto del país.Las ansias democráticas habían hecho vibrar la República entera. La causa que con las armas en las manos defendía el pueblo de Santo Domingo era la causa nacional. Esta ciudad cuatro veces centenaria fue la vanguardia, y desde ella nos lanzamos, triunfantes contra los opresores criollos. Se vislumbraba ya la victoria de las armas democráticas, y cuando estábamos a punto de lograrla plenamente, Estados Unidos de América se interpone, invadiéndonos para salvaguardar los peores intereses y las más ruines ambiciones.
Fue entonces cuando tuvimos que ceder en algunos de nuestros objetivos, porque no podíamos vencer con las armas. Pero a pesar de toda la fuerza y de toda la violencia del poderío militar norteamericano, no cedimos por temor o por miedo a ser vencidos. Testigo es el mundo de la lucha que libramos, del coraje y la valentía de ese pueblo en el terreno del honor y en el campo de batalla. Oportuno es que me detenga aquí para rendir homenaje a los héroes que entregaron sus vidas luchando por la democracia y la soberanía nacionales.Ese Combatiente Desconocido, que reposa en esta Plaza de la Constitución, es el símbolo del sacrificio y del amor de los dominicanos por su libertad. Como él, murieron miles. De ese semillero de héroes crecerá vigoroso el futuro de la patria. Porque héroes son los que dieron la vida tratando de evitar que se creara el corredor internacional que detuvo nuestra marcha victoriosa. Porque héroes son los que, con piedras en las manos, detuvieron los tanques de acero en el Puente Duarte. Héroes son los que defendieron hasta el último aliento la Zona Norte de la ciudad; héroes son los que recibieron, impávidos, los ataques aéreos al Palacio Nacional; héroes los que durante los días 15 y 16 de junio recibieron valientemente la metralla extranjera; héroes los del 29 de agosto; héroes también los que han muerto en todos nuestros frentes, en campos y ciudades defendiendo la integridad nacional. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas.
Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. La verdad auspiciada por nuestra causa fue la mayor fuerza y el mayor aliento para resistir. ¡Y resistimos! Ese es nuestro triunfo porque sin la tenaz resistencia que opusimos, hoy no pudiéramos ufanarnos de los objetivos logrados. Nosotros cedimos, es cierto, pero ellos, los invasores que vinieron a impedir nuestra revolución, a destruir nuestra causa tuvieron que ceder también ante el espíritu revolucionario de nuestro pueblo. Ahí están, hablando por sí solas, las conquistas alcanzadas y que constan, engrandecidas por la sangre de los caídos, en el Acta Institucional y en el Acta de Reconciliación Dominicana. Se nos han reconocido múltiples derechos económicos y sociales. Hemos logrado la fijación de elecciones libres a breve plazo. Hemos conquistado las libertades públicas, el respeto a los derechos humanos; el regreso de los exiliados políticos, el derecho de todo dominicano a vivir en su patria sin temor a ser deportado. Pero, por encima de todo, hemos logrado una conquista inapreciable, de fecundas proyecciones futuras: ¡La conciencia democrática! Conciencia contra el golpismo, contra la corrupción administrativa, contra el nepotismo, contra la explotación y contra el intervencionismo. Hemos conquistado conciencia de nuestro propio destino histórico. En suma, conciencia del pueblo en su fuerza, que si el 24 de Abril le sirvió para derrotar a las oligarquías civil y militar, hoy, nutrida por esa maravillosa experiencia y esta lucha asombrosa le permitirá forjar, en la paz o en la guerra, su libertad y su independencia. ¡Despertó el pueblo porque despertó su conciencia! Esos son los logros de esta revolución. No solamente nuestros, sino también de América. Los principios que aquí han sido defendidos son los mismos que hoy conmueven a todas sus naciones.
 
 Cuando los pueblos situados al sur del Río Bravo expresaban su solidaridad con nuestra lucha, junto al estímulo fraternal iban también, profundamente unidas, sus más caras e íntimas aspiraciones. Desde México hasta Argentina la democracia es el sueño de millones de hombres que quieren convertir en realidad. Sueño de paz creadora, de paz y libertad decorosa. Pero ese bello sueño es turbado, hasta convertirse en pesadilla, por la codicia y la explotación de minorías ajenas al noble ideal de la convivencia humana. Si algún mérito me cabe por haber participado preeminentemente en esta revolución democrática, gracias al honroso mandato presidencial que me otorgara el Honorable Congreso Nacional, no es otro que el de haber comprendido esa dolorosa realidad de nuestro pueblo, y haber luchado ardientemente por tratar de transformarla en un porvenir cargado de esperanzas. Creo firmemente que el pueblo dominicano terminará por lograr su felicidad, y el 24 de Abril será siempre un símbolo estimulante hacia la consecución definitiva de ella.
Es nuestra obligación, como defensores de la democracia, abonar la siembra generosa que comenzó en esa fecha inmortal. Pero abonarla con entusiasmo creciente, con todo el espíritu, sin vacilaciones, sin descanso. El mejor modo de hacerlo está en la unidad de todos nosotros, en la vigilancia de todos nosotros, dispuestos mañana, como lo hemos estado hoy, a correr todos los riesgos en defensa de la democracia dominicana y del honor nacional. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República. Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras. Yo tengo fe en que así será. Finalmente, invito al pueblo aquí reunido a hacer el siguiente juramento: En nombre de los ideales de los Trinitarios y restauradores que forjaron la República Dominicana. Inspirados en el sacrificio generoso de nuestros hermanos civiles y militares caídos en la lucha constitucionalista. Interpretando los sentimientos del pueblo dominicano. Juramos luchar por la retirada de las tropas extranjeras que se encuentran en el territorio de nuestro país. Juramos luchar por la vigencia de las libertades democráticas y los derechos humanos y no permitir intento alguno para restablecer la tiranía. Juramos luchar por la unión de todos los sectores patrióticos para hacer a nuestra nación plenamente libre, plenamente soberana, plenamente democrática.

08 abril, 2013

GENERAL GREGORIO LUPERON...170 ANIVERSARIO DE SU NATALICIO...



"...Las naciones son siempre lo que quieren ser, y no lo que algunos quieren que ellas sean"...-asì escribiò el autor de Notas Autobriogràficas y Apuntes Històricos, General Gregorio Luperon, un verdadero hijo de su època, casi increìble, que con la escasez de medios que contò en su infancia llegara a encarnar la conciencia màs pura, en lo civil y en lo militar de la Repùblica Dominicana que habìa surgido tan sòlo cinco años despuès que èl, naciò el 8 de setiembre de 1839.
Su familia?...Pobrìsima, sin ventosos abalorios de abolengo, naciò en una comunera secciòn de Puerto Plata.

Don Manuel Rodrìguez Objio en su obra "Gregorio Luperòn e Historia de la Restauraciòn" (Tomo I), dice textualmente:...."La residencia en el campo debiò familiarizarle con los hàbitos de quellos lugares y hacer de el un hombre completo por lo que respecta a la educaciòn fìsica. Sobrio por naturaleza, osado hasta la temeridad, hàbil en el manejo de las armas diestrìsimo jinete y peòn infatigable; parece pues que la Providencia le amoldaba para las rudas tareas que iba a imponerle un dia".....

Al hacer historia, escribirìa por mejor decir, Pedro Ma. Archabault cuenta..." que a los 12 años trabajaba en el corte de madera propiedad del señor Duboc en Puerto Plata, pocos años despuès a los 18, abraza para siempre lo que serà su gloria, las armas y la polìtica, atrincheràndose en la fortaleza San Luis de Santiago en julio de 1857 en un movimiento contra el gobierno de Baez."....

Se entrega en cuerpo y alma a la guerra restauradora que habrìa de ser su corona en vida y su gloria en la muerte. Hombre cabal en el campo de batalla y en el seno del hogar patrio, sirvièndole de muchas maneras: Consejero polìtico, Asesor del Estado, Ideòlogo Republicano, Presidente de la Repùblica, orientador de juventudes, luchador indomable contra los entuertos de los tiranos, defensor incansable de la soberanìa nacional frente a Haitì y España.

Gregorio Luperòn supo ser el mejor, como diplomàtico , el màs acabado y completo relacionadorpùblico de la Española apenas conocida y nunca mencionada como repùblica soberana, pues se entendìa que la isla era una y era Haitì, ante la monumental reina Victoria de Inglaterra, Otto Von Bismark de Alemania, Grevy y Cambetta de Francia este ùltimo, pràcticamente fundador de la tercera Repùblica francesa concluìda la guerra franco-prusiana (1870-71).

Obras son amores y no buenas razones, asì, quien supo decir y escribir bonituras sobre la patria cuando fue presidente de ella en 1880 durante el gobierno provisional con sede en Puerto Plata, demostrò, con hechos palpables lo que escribià y decìa.

Sus ejecutorias de estadista nos lo muestran un hombre pràctico. Honrado a màs no poder. Recto de intenciòn e inconmobible en sus principios democràticos. Mejora el servicio militar obligatorio que rigiò en la Repùblica, pràcticamente hasta la caìda de la dictadura trujillista. Creò el Cuerpo de Bomberos. Garantizò la libertad de prensa, no sòlo de palabras hueras sino subvencionando con $40.00 pesos, suma astronòmica en la època, al mes toda publicaciòn peridìstica que se editara progubernamental o no; la publicaciòn de libros fue subvencionada con $25. Alimentò, vistiò y pagò el ejèrcito como debìa ser, y por sobre todas las cosas posibles defendiò tesoneramente la libertad de todos los dominicanos.

El paìs, como por arte de magia se tranquilizò. La histeria polìtica tumbadora de gobiernos, que como un millòn de demonios se habìa abatido sobre la Repùblica desde la caìda del eximio Presidente Espaillat, que entre los años 1876/79, tan sòlo tres años pusò y tumbò siete presidentes, un record....(¡¡??)...se calmò.

Pero èl no quiso seguir siendo presidente. Por màs que se le pidiò. Hablò, y nos lo cuenta en su obra, Notas Autobiogràficas y Apuntes Històricos, de Bonò, de Billini, de Meriño, de Casimiro de Mora, incluso del mismo Lilìs, a quien no conocìa en verdad y de quien luego serìa valiente opositor; èl dijo..." que no, que no, que no eran indispensables para el paìs los hombres sino la reciedumbre de las instituciones...el problema es, entiendo, que las instituciones republicanas no caen del cielo como los aguaceros, sino que son los ciudadanos confiables y serios"...como lo fue èl, quienes tienen que sembrarlas y cultivarlas, pero misteriosamente no quiso involucrarse en la regencia del paìs màs de lo que habìa hecho.

¿Razones?...volvemos a decir, un misterio de su sòlo corazòn...Es muy probable que si a un gobierno de Cuatro años de LUPERON, siguiera otro, de cuatro tambièn, de MERIÑO, y otro de BONÒ, y otro de MOYA, y otro de BILLINI.....otra fuera nuestra historia patria hoy dia...muy otra, pero tanta belleza no cabe en la realidad!....

Gregorio Luperòn tuvo un sueño que sòlo se limitò a esbozar no fuera a ser que se convirtiera en pesadilla al despertar, como efectivamente sucederìa si volviera a vivir, si fuera posible que volviera a vivir.....