17 enero, 2010

Haití - Puerto Principe: El infierno de la nada
“Existen males mayores que el que está sufriendo el pueblo de Haití tras el terremoto, nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida”, palabras del Obispo de San Sebastián Munilla y que ahora dice fueron sacadas de contexto.
Enviado por: Pedro Pozas Terrados (Nemo) / ECOticias.com , 17/01/2010, 19:25 h (59) veces leída

También fueron sacados de contexto todos los asesinatos llevados a cabo por la iglesia en la llamada “Santa Inquisición”.

Son palabras que salen de un corazón impuro como el suyo, que sólo ve en la espiritualidad, un negocio de almas, un caldo para seguir viviendo de la palabra de Dios, sin saber que esta maldiciendo a Dios con lo que ha dicho.

Es impensable que la Iglesia no haya tomado cartas en el asunto rápidamente y lo hayan desterrado a la ignorancia. Muchos sacerdotes no lo quieren como obispo y esta claro que esta haciendo un flaco favor a esa Iglesia de Dios que ya no existe por culpa de muchos que como él, se regodean en hábitos morados creyéndose seres elegidos por El. Que ignorancia. Él mismo, ese obispo Munilla, tendría que haber dimitido y como penitencia (ellos nunca se ponen penitencias), tendría que haber ido a Haití, a Puerto Príncipe, y ayudar con sus manos a desenterrar a tantos miles de personas que han quedado sepultadas y que han muerto lentamente en la desesperación del abandono, y mirarles a los ojos, que vea el sufrimiento cara a cara, para que se olvide de la espiritualidad y se sienta más humano derramando al menos lágrimas por el infierno en que se ha convertido una ciudad de por sí castigada por el odio y el poder.

Si, un abandono de la Comunidad Internacional que no ha sabido o querido reaccionar ante esta catástrofe de dimensiones apocalípticas. ¿Cómo es posible que con tanto ejército internacional de EEUU, de la OTAN, de la Naciones Unidas no se hubieran movilizado desde el primer momento y llegar en horas al lugar de la catástrofe? ¿Cómo es posible que no se den cuenta que las ayudas que están llegando se quedan en el aeropuerto porque no hay nadie que las lleve a los lugares donde el sufrimiento es máximo? ¿No son capaces de organizar rápidamente caravanas de camiones militares y carros acorazados para abrirse paso entre las ruinas y llegar a la gente que esta caída en el suelo? Han pasado cuatro días y la ayuda literalmente no ha llegado. Hay escasas máquinas para desescombrar y rescatar las miles de personas que enterradas se están encontrando con una de las muertes mas horrorosas, una muerte lenta, con sufrimiento, con soledad, con esperanza perdida.

Ante tan tamañas injusticias, he perdido por completo la confianza en el hombre, en la religión y tal vez en Dios, que sigue ciego ante tanta injusticia en la Tierra y castigando siempre a los más pobres, a los más humildes y magnificando a los poderosos.

El hombre ha perdido el sentido y el dolor del corazón. Si en lugar de un terremoto, hubiera sido una ofensiva militar, a estas alturas habría miles de soldados en Haití, miles de carros de combate, de tiendas de campaña, de suministros......pero claro, hay que ayudar a una población que se desespera, que ve volar a los helicópteros y marcan en el suelo un SOS de desesperación, de impotencia. Hay que ir despacio, no es objetivo de guerra. ¿Cómo se puede organizar la ayuda sin existir una infraestructura que lleve esa ayuda a los lugares donde la muerte y los gritos de dolor se entremezclan con la desesperación?. ¿De que sirve el dinero si toda una capital con su gobierno, han quedado sumidos a la nada o desorientados con todas las estructuras básicas rotas y hundidas?.

No entiendo ni se quien puede estar al mando de la ayuda internacional. Pienso que la misma ayuda es un caos, no hay orden, no hay grúas en el aeropuerto para bajar las mercancías, no hay vehículos ni gasolina para arrancarlos. Lo primero que debían haber mandado son a miles de hombres con maquinas pesadas y carros blindados para formar una infraestructura sólida de salvamente, para desenterrar a los máximos posibles. Pero no, solo llegan aviones con paquetes y poco personal. Esto no es una ayuda internacional, es un caos y con el, miles de personas más están muriendo.

Desde estas páginas y con los ojos llorosos de ver escenas dantescas y niños asustados, chillando, personas heridas que son operadas sin anestesia y gritos de dolor que continuamente se escuchan por todos lados, como un altavoz sonoro e infinito perdido en la más absoluta de las soledades, SUPLICO que las Naciones Unidas formen un Organismo Mundial de Emergencia, con técnicos preparados en los diferentes escenarios que se pudieran presentarse en cualquier punto de la Tierra (terremotos, tsunami, incendios, inundaciones...), de las características de Puerto Príncipe, y que fueran los encargados de organizar una infraestructura teniendo a su disposición miles de hombres y material para acudir en pocas horas al lugar del desastre. Por desgracia esta estampa nos la seguiremos encontrando cada vez con más frecuencia ante el cambio climático al que nos estamos sumiendo, sin que los gobiernos y políticos no hagan nada y estén traicionando a la humanidad.

Mientras, el dolor de lo inaudito, sigue tiñendo de sangre Puerto Príncipe, con cadáveres descomponiéndose en medio de las calles, con gentes atrapadas que se encuentran en sus ultimas horas de aliento, en niños perdidos de mirada gris que deambulan por las calles sin saber donde van a parar, siendo vulnerables y corriendo otros peligros como el rapto para fines oscuros.

¿Por qué se consiente tanto dolor? ¿Por qué Dios si lo hay, deja que millones de niños mueran de hambre, de enfermedades curables? ¿Por qué permite que un pueblo que sufre, siga sufriendo en un infierno, en una pesadilla mortal?.

Mientras, el infierno de la nada, sigue mostrando al mundo que los hombres no saben ser humanos, que hemos dejado de llorar con el corazón y por ese motivo estamos perdiendo la humanidad.

PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)

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