29 mayo, 2009

ESCANDALO CATOLICO:

Alberto Cutiè, su novio y el Obispo Episcopal
El padre Alberto se casa con su amante y se unió a la Iglesia Episcopal

La publicación de la 2da. batería de fotografías del padre Alberto Cutié con su amante, Ruhama Canellis, obligó al sacerdote estrella de los medios de comunicación en español a ofrecer una conferencia de prensa en la que anunció su abandono de la Iglesia Católica Apostólica Romana para pasarse a la Iglesia Episcopal, en la que podría casarse. No podrá celebrar la eucaristía aún, pero sí predicar y ejercer otras funciones.
28/05/2009 22:42

El padre Alberto, vestido con una camisa de cuadros, presentó oficialmente a la mujer que como sacerdote católico ha amado durante 2 años: Ruhama Buni Canellis, una guatemalteca de 35 años, con la que se casará próximamente.

Y para seguir con su ministerio cristiano, anunció que ingresará en la iglesia Episcopal que ha acogido, de esta forma, al sacerdote hispano más popular de USA por sus programas de radio, televisión y sus columnas en prensa.

La ceremonia de bienvenida de Alberto Cutié a la Iglesia Episcopal se realizó en la Catedral de la Trinidad, en el centro de Miami, Florida, USA, con el obispo Leo Frade como testigo.
Cutié, de origen cubano y 40 años de edad, tendrá que esperar 1 año para administrar el sacramento de la eucaristía como reverendo de la Iglesia Episcopal, pero el próximo domingo 31/05 pronunciará su 1er. sermón en la Iglesia de la Resurrección, en el barrio del Parque Biscayne.
Tras ocultar su relación amorosa con el sacerdote católico, la guatemalteca Ruhama Buni Canellis, divorciada y madre de un niño de 14 años, Alberto apareció sonriente junto con Cutié y los religiosos episcopalianos.
“Hoy he decidido oficialmente entrar en una nueva familia espiritual, dentro de la gran sombrilla del cristianismo”, manifestó Cutié,
El sacerdote admitió en entrevistas de televisión que fue muy difícil para él vivir con la batalla interna de tener una relación con una mujer a la que ama y a la vez infringir su compromiso con la Iglesia católica y los feligreses.
Sostuvo que su relación amorosa no fue un acto a la ligera y que éste se produjo después de un largo y difícil conflicto interno.
Al ser imposible cumplir con el celibato al que obliga la iglesia Católica, Cutié decidió unirse a los episcopalianos que le han recibido con los brazos abiertos habida cuenta de su enorme popularidad.
“Nunca abandonaré mi servicio a Dios“, agregó al señalar que, “ahora más que nunca”, está seguro de que Dios es amor y que la “lucha” interior que ha vivido “no comenzó hace pocas semanas”.

El obispo episcopal Leo Frade, cabeza de la diócesis del sur de Florida, fue el encargado de anunciar que Cutié se ha convertido en un miembro de la Iglesia Episcopal y deseaba ser ordenado sacerdote.
Cutié asumirá por ahora la condición de laico y no de sacerdote, ya que el proceso para que un cura católico se convierta en episcopal tarda al menos un año en completarse.
La decisión de Cutié de ingresar en la Iglesia Episcopal obedece a que ésta no prohíbe las relaciones de pareja ni obliga al celibato que impone Roma a los sacerdotes.
La Iglesia Episcopal estadounidense es presidida por la mujer obispo Katherine Jefferts Schori, y resulta una derivación de la Iglesia Anglicana, que tiene 77 millones de miembros en todo el mundo.
De esta forma, Cutié cumplió con su deseo expresado en varias ocasiones desde que estalló el escándalo de su relación amorosa con Ruhama Canellis, alias Buni: “Amar a una mujer no es incompatible con amar a Dios“.
La Iglesia Católica Apostólica Romana reaccionó con gran indignación atacando al sacerdote por sus actos y al obispo Leo Frade, máxima jerarquía local de la Iglesia Episcopal por la forma en que ha llevado el asunto.
Acompañado por su pareja, Ruhama Canellis, el padre Cutié leyó un comunicado en el que explicó sus motivos. Empezó con una referencia bíblica, del libro de los Salmos: "Muéstrame tus caminos Señor, enséñame tus sendas".
"Son palabras",
dijo Alberto, que "me han acompañado mucho tiempo". Luego, él reiteró su deseo de seguir siendo sacerdote y de servir a Dios, pero enseguida confirmó lo que ya se conocía, su cambio de bando: "Les quiero asegurar que esta lucha no comenzó hace unas pocas semanas atrás. Durante mucho tiempo he luchado, he buscado en el interior de mi corazón y mi alma, la guía de Dios en todo lo que afecta a mi vida. He hablado con amigos dentro y fuera de la Iglesia Episcopal sobre su servicio a Dios y sobre las similitudes que existen en todas las ramas del cristianismo, incluyendo aquellas que profesan la fe católica y apostólica. He visto con mis propios ojos cuántos hermanos míos sirven a Dios como hombres casados y con la bendición de tener sus propias familias. También debo reconocer que he luchado espiritualmente e ideológicamente cuando veo que ciertos miembros del pueblo de Dios se sienten excluidos de poder vivir una vida sacramental plena".
A continuación, Cutié señaló que seguirá amando siempre a la Iglesia Católica Apostólica Romana y a todos sus miembros, y que su lucha personal "no debe, en manera alguna, manchar el compromiso de tantos hermanos sacerdotes que viven a plenitud su compromiso célibe y son fieles a esa promesa".

Y añadió: "Hoy he decidido unirme a una nueva familia espiritual dentro de la gran sombrilla del cristianismo, pero nunca abandonaré mi servicio a Dios", y defendió que siempre ha tratado en su trabajo en los medios de comunicación promover la unidad entre todos los creyentes.
Un comentario católico apenas lo escucharon: "Ya se está promoviendo para seguir de estrella en radio y televisión. Pero se ha metido en tremendo lío y no se puede quejar de que le critiquen".

El padre Alberto terminó su homilía seglar pidiendo tregua: "En estos momentos les pido a todos que por favor, por favor (repitió) respeten mi privacidad y la de todos mis seres queridos. En los últimos días se han propagado tantas mentiras, sugerencias malignas, rumores e incluso acciones muy lastimosas por parte de quienes buscan sacar dinero y quieren aprovecharse para lucrar en esta etapa de transición en mi vida. Respetuosamente les pido a todos que por favor paren ya, ya es suficiente. Al comenzar esta nueva etapa en nuestras vidas, les pido que nos traten con la consideración y el respeto que merece todo ser humano".

La Archidiócesis de Miami, que se había mantenido en silencio hasta ahora, reaccionó tras la decisión del padre Alberto con una dureza inusitada. El arzobispo John C. Favalora dijo mostrarse "decepcionado", pues no había sabido nada de sus intenciones hasta el anuncio y le consideró ya separado de la Iglesia Católica Apostólica Romana "al profesar fe y moral erróneas".
Y siguió: "El padre Cutié aún se encuentra obligado por su promesa a vivir una vida célibe, la cual él asumió con absoluta libertad en su ordenación. Sólo el Santo Padre puede dispensarle de dicha obligación".
Incluso dijo: "La Iglesia Católica nunca abandonará a sus fieles como ha hecho el padre Cutié. Sus acciones no pueden ser justificadas con sus buenas obras. Han causado gran escándalo dentro de la Iglesia Católica, han hecho daño a la Archidiócesis de Miami, especialmente a nuestros sacerdotes y han creado una división entre la comunidad ecuménica y en general".

Favalora también criticó al obispo episcopal del sur de la Florida, Leo Frade, que apareció varias veces ante los medios, sonriente, encantado del próximo cambio eclesial, y declarando que el padre Alberto llevaba año y medio de "negociaciones" con su Iglesia Episcopal.
El sacerdote no admitió preguntas, por orden de la jerarquía Episcopal. Entre oraciones y sonrisas generales al final, la imagen pareció la de un fichaje estrella por un equipo religioso.
En el sur de la Florida hubo 5 casos de sacerdotes que han cambiado de equipo, pero ninguno era "galáctico".

Y ahora sí que, con semejante estrella religiosa involucrada en un amor con una mujer, estalló la polémica en Miami sobre el celibato.
En una 1ra. encuesta en una cadena de televisión, sólo 40% de los católicos admiradores del padre Alberto afirmó que lo seguiría a la confesión Episcopal, pero 60% consideró lo sucedido como una traición.

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