PARÍS (FRANCIA).- El presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández (d), y el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura,tras la firma de una carta de intenciones sobre la colaboración entre la UNESCO y la FUNGLODE. EFE/Patrick Lagés
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Un artículo firmado por Quisqueya Lora y que circula a través de la Internet, llama la atención sobre un hecho que no ha sido destacado por los medios que publicaron la noticia, incluido 7dias.com.do: que el presidente Leonel Fernández aprovechó su visita a la UNESCO para firmar un acuerdo con esta agencia de las Naciones Unidas a nombre de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).
El cable de la agencia EFE, agencia de la que se nutre 7dias.com.do, dice textualmente: “Además, el presidente dominicano firmó una carta de intenciones sobre la colaboración entre la UNESCO y la Fundación Global Democracia y Desarrollo, que versará especialmente sobre el trabajo en relación con la mejora de los niveles de enseñanza en la República Dominicana, añadieron las fuentes”.
Con justa razón se pregunta la autora si acaso es admisible que Fernández aproveche los viajes que realiza en su condición de Presidente de la República y las relaciones que establece en esa dignidad en beneficio de su la FUNGLODE, un proyecto personal que, según se declara, se sostiene con contribuciones privadas.
Recuerda Lora que no es esta la primera vez que Fernández incurre en una acción como la descrita. También durante un viaje oficial, realizado a España en mayo de este año, el Presidente firmó un acuerdo de colaboración institucional con la Universidad Internacional de Andalucía, en su calidad de presidente “honorífico” de la FUNGLODE. En tal virtud, la colaboración se dará entre este proyecto personal y la referida universidad.
Nuevamente es el presidente Fernández quien difumina la línea que separa su condición de mandatario de todos los dominicanos, algunos de los cuales tienen fundaciones y otras organizaciones sociales que franca desventaja frente a la suya, del hombre político que busca consolidar sus estrategias.
Y lo hace pasándole por encima al Artículo 8 literal c) del Código de Ética del Servicio Público, Ley 110-01, que prohibe “ Utilizar su cargo para obtener ventajas, beneficios o privilegios que no estén permitidos por la ley, de manera directa o indirecta para él, algún miembro de su familia o cualquier otra persona, negocio o entidad”. (Ver en: http://www.cnecc.gob.do/documentos/doc/Ley120CodigoEtica.doc
¿Quién le pone el cascabel al gato?
7dias.com.do
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