08 julio, 2009

EL ULTIMO BAILE...

Los restos mortales de Michael Jackson siguen sin ser enterrados
09.07.09 -
MERCEDES GALLEGO
CORRESPONSAL. NUEVA YOK

Los restos de Michael en el Staples Center de Los Ángeles. / EFE

Su funeral fue el más emotivo de todos los tiempos, con una audiencia récord que colapsó internet y puso a medio mundo frente a las pantallas. Pero su cuerpo sigue aún vagando sobre la tierra como alma en pena. El ataúd del rey del pop abandonó el Staples Center de Los Ángeles en dirección desconocida. Nadie lo ha visto volver al cementerio de Forest Lawn en Hollywood, donde su familia había oficiado previamente una ceremonia privada. En los formularios para el certificado de defunción, esta morgue figura como un «lugar temporal». La causa de la muerte aparece como «pospuesta», y su cerebro sigue en manos del forense hasta que se tengan los resultados toxicológicos.

Una fuente forense de la cadena CNN que dice haber visto el cuerpo sostiene que estaba lleno de marcas de inyecciones en los brazos, lo que podría corresponder a la inserción de agujas para anestésicos o a los intentos para resucitarlo tras el paro cardiaco del pasado día 25.


En pro del morbo, la cadena también asegura que el cuerpo de Jackson es «blanco como la leche de los pies a la cabeza».


Desde principios de los 80 su piel se fue aclarando paulatinamente, lo que dio lugar a especulaciones sobre si se había sometido a un procedimiento experimental para convertirse en blanco. Él siempre sostuvo que sufría una extraña enfermedad llamada vitíligo. Cuando sus tres hijos aparecieron sin máscara en su funeral, el público pudo ver que no tenían ninguna característica física de los afroamericanos, lo que resulta especialmente raro.


Su ex mujer Debbie Rowe, madre de los dos primeros, ha dicho que fueron fecundados in vitro, y otras fuentes sin confirmar añaden que Michael Jackson ni siquiera era el padre biológico. Lo que no quita para que su hija Paris, de 11 años, cogiera el martes un micrófono por primera vez para decir al mundo entre sollozos que era «el mejor padre que nunca os pudierais imaginar».
En el rancho de Neverland, donde construyó un paraíso para los niños, su hermano Jermaine dice que le gustaría verlo enterrado, pero el condado de Santa María, donde se le sometió a un humillante juicio de cinco meses por abusos sexuales de los que fue exonerado, se lo ha impedido hasta el momento.

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