31 marzo, 2009

OPTIMISMO EN BAJA POR LA CUMBRE DEL G-20


Por: María Laura Avignolo Fuente: LONDRES. CORRESPONSAL

CONTROL. UN BOTE POLICIAL INSPECCIONA UN SECTOR DEL PUERTO DE LONDRES.

Con un claro llamado "a la unidad" del presidente estadounidense Barack Obama, la cumbre del G20 en Londres está amenazada por las expectativas que sus protagonistas pusieron en ella y son cada día más difíciles de consensuar para encontrar una salida a la crisis global.
Paquetes de estímulo versus regulación de los mercados financieros son el match que hace peligrar amplias coincidencias. Las diferencias han puesto al primer ministro británico Gordon Brown en feroz "operación política" para explicar que la cumbre será una forma de demostrar que pueden "trabajar juntos"."Los europeos resisten los llamados de los estadounidenses para aumentar los paquetes de estímulo. Los europeos quieren focalizarse en las regulaciones financieras contrarias a las que los anglosajones aplicaron en los últimos 20 años. No van a acordar los paquetes de estímulo", sintetizó Adam Dixon, analista económico del grupo de investigación Oxford Analytica.
No fueron sólo las filtraciones al semanario alemán Der Spiegel de un proyecto de comunicado final donde se ignoraban los estimulos, sino la franqueza del primer ministro australiano, Kevin Rudd, quien explicó los matices de lo que decidirá la cumbre. Dijo a la prensa que el aporte adicional a la economía debería ser decidido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el año próximo y que no había ninguna expectativa de que la decisión sobre los estímulos fuera decidida en la cumbre en Londres. "Esa nunca fue la intención", precisó. "Va a haber otra cumbre, en el 2010 y yo asumo que se sabrán los números que se necesitan entonces".
La reducción de expectativas se convirtió en una maniobra indispensable para Gordon Brown, que juega su figura de estadista internacional, de cara a las elecciones generales británicas del 2010, como el ideólogo de una solución a la crisis. Si se frustra la cumbre por las actuales tensiones, las consecuencias para Brown pueden ser elecciones anticipadas o una amplia derrota laborista. En la primera entrevista concedida a un diario europeo, el presidente Obama dijo al Financial Times que "la prensa ha intentado enmarcar en esto o lo otro.Yo consistentemente he argumentado que es necesario uno y otro. Nosotros necesitamos estímulo y necesitamos regulación".Pero las palabras de Obama irritan a algunos líderes europeos como la canciller alemana Angela Merkel y debilitan a Brown, después de que el director del Banco de Inglaterra le advirtió que el reino no tiene más dinero para estímulos.Todos creen que Estados Unidos no ha hecho aún la autocrítica como autor de una crisis que afecta al mundo. Pero al menos se ha conseguido consenso para reformar el FMI y condicionar a los paraísos fiscales en el G20.
Los líderes comenzarán a llegar a Londres hoy y la ciudad se prepara para el caos que las protestas de los anticapitalistas provocarán entre el 1 y 2 de abril. Obama aterrizará por la noche en el aeropuerto de Stantead con una comitiva de 500 personas. Los carpinteros cubren las vidrieras con maderas para impedir los desmanes en la City, donde tratarán de llegar los manifestantes. La promesa de los grupos anarquistas es "tomar" el centro de Londres. El hotel Ritz y las boutiques de lujo en Picadilly y Bond Street han tomado precauciones y tabicado sus ventanas porque el temor es que ataquen los signos de lujo. El Excel Centre, en el este de Londres, alojará a la cumbre y los residentes están furiosos con las exigencias de seguridad de la policía. Para poder ingresar a sus casas deberán presentar dos papeles de identidad -uno con fotografía- en un país que se enorgullece de no exigir identificación compulsiva a sus habitantes.

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