29 marzo, 2009

OBJETIVO: SALVAR LA PRENSA...

Una máquina expendedora del 'Seattle Post-Intelligencer', la última víctima ilustre. (Foto: AFP)
Nancy Pelosi ha pedido relajar las leyes 'antitrust' en el sector
Un senador propone tratar fiscalmente a los diarios locales como 'fundaciones'
La soga de la crisis amenaza al 'San Francisco Chronicle' y al 'Boston Globe'
Carlos Fresneda Nueva York
Actualizado sábado 28/03/2009 20:50 horas

El número de periódicos muertos o heridos aumenta semana tras semana. Son ya 120 los diarios que han echado el cierre desde enero de 2008 y 21.000 los periodistas despedidos en otros 67. La última víctima ilustre, el 'Seattle Post-Intelligencer', ha dejado un vacío histórico en los quioscos. La soga amenaza ahora al 'San Francisco Chronicle al 'Boston Globe' o al 'Atlanta Journal-Constitution', estrangulados por pérdidas de un millón de dólares semanales.

La agonía del 'Chronicle –que podría dejar a San Francisco como la primera gran ciudad norteamericana sin un periódico– ha disparado las alarmas en Washington. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha decidido tomar cartas en el asunto y ha pedido al fiscal general, Eric Holder, que relaje las leyes 'antitrust' para poder salvar a su querido periódico.
El senador demócrata Benjamin Cardin ha ido incluso más allá y ha puesto en marcha una iniciativa legislativa –la Ley de Revitalización de los Periódicos– para lanzar un balón de oxígeno a los maltrechos diarios locales, que tendrían la opción de convertirse en "organizaciones sin ánimo de lucro" y acogerse a notorias exenciones fiscales.

De momento, nadie se ha atrevido a hablar de un "plan de rescate" comparable al de la industria automovilística, pero el debate político se está encauzando hacia la premisa que defienden John Nichols y Robert McChesney autores de un libro que está dando mucho que hablar antes incluso de su publicación: 'Salvar el periodismo: el alma de la democracia'.

'Tragedia' para la democracia
"Tenemos que asegurar que nuestras políticas permitan la supervencia de la empresas de información y el nivel de recolección y análisis de las noticias que los americanos esperan",
escribe Nancy Pelosi en su carta al titular de Justicia, a quien pide una revisión de las leyes 'antitrust' para ajustarlas a "a la realidad actual del mercado" en la bahía de San Francisco.

El senador Benjamin Cardin se ha desmarcado también esta semana con una propuesta insólita: rebajar la presión fiscal sobre los periódicos locales y permitirles sobrevivir como "fundaciones" (un camino abierto hace ya tiempo por publicaciones independientes como 'The Nation).

"Estamos perdiendo la industria de la prensa y la marcha de la economía es la causa inmediata del problema", admite Cardin. "Pero es el modelo de empresa, basado en los ingresos por anuncios y por circulación, el que se ha roto. Estamos ante una tragedia real para las comunidades en nuestro país y para nuestra democracia".

Sostiene Cardin que su propuesta no beneficiará a los grupos mediáticos que también tienen radios y televisiones, sino a "los periódicos locales que están luchando por salir a flote". Su propuesta ha sido acogida favorablemente por una parte de la industria, aunque los analistas advierten que muchos periódicos como el decano de Arizona 'The Tucson Citizen' –que pertenece al grupo Gannett y ha bajado de 65.000 a 17.000 ejemplares– se verán con las manos atadas y no tendrán otro remedio que echar el cierre si no son adquiridos por entidades locales.

John Nichols y Robert McChesney, los autores de Salvar el periodismo, afirman entre tanto que la consolidación de los grupos ha sido precisamente "el abrazo de la muerte" de la prensa. Los autores abogan por una política de subsidios y apoyo institucional "al periodismo de calidad" y advierten que internet "no puede conseguir su potencial revolucionario como foro de los ciudadanos" sin la base y el complemento que hasta ahora ofrecía la prensa.

«Somos muy entusiastas ante los intentos de promover on line el viejo periodismo, como hace 'ProPublica', 'Talking Points o 'The Huffington Post'", sostienen Nichols y McChesney en las páginas de 'The Nation'. "Pero nada podrá llenar de momento el vacío que dejarían los periódicos en las áreas metropolitanas".

El Pew Research Center, implacable en su seguimiento del largo invierno de la prensa, nos ofrecía estos días otra triste primicia: tan sólo uno de cada tres americanos echaría de menos el periódico de su ciudad si dejara de publicarse tal día como hoy.

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