29 marzo, 2009

EUROPA BUSCA EL LIDERAZGO DE OBAMA....


El presidente de EE UU afronta la crisis económica y los conflictos internacionales en su primer viaje al continente - La UE celebra el regreso al multilateralismo
ANDREU MISSÉ - Bruselas - 29/03/2009

Barack Obama, dos meses y medio después de ocupar la presidencia, dedica su primer viaje internacional de más de una semana a Europa. El presidente refuerza así su mensaje anunciado en reiteradas ocasiones de dar un giro a la política exterior de Estados Unidos con una apuesta clara por el multilateralismo. La gravedad de la crisis económica y la amplitud de los conflictos armados internacionales no han hecho más que profundizar en este enfoque. Una nueva perspectiva ha sido captada y aplaudida rápidamente por los principales dirigentes europeos. Europa reconoce en Obama al líder occidental que ha comprado sus valores y ansía en convertirlo en su principal socio en la escena política internacional.

Con esta visita se acaba una era de alianzas incondicionales
Los escenarios son: crisis, seguridad, cambio climático y mundo islámico
Las diferencias económicas entre Washington y la UE se han desvanecido
La OTAN revisa en su 60º aniversario la guerra afgana y la relación con Rusia

En pocos meses las relaciones entre EE UU y Europa han dado un vuelco. Con el nuevo inquilino en la Casa Blanca se pasa página a la Europa dividida por la guerra de Irak. Se acaba con el periodo de los aliados incondicionales de EE UU representados por el Reino Unidos y los antiguos países del Este. Los principales países, como Alemania, Francia y España, vuelven a tomar como referencia a EE UU con los que aspiran fraguar una nueva alianza. El nuevo liderazgo de Obama puede contribuir a reducir las todavía serias disensiones en el seno de la UE.

El ex presidente Felipe González, que lidera el Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE, se hacía eco esta semana del llamamiento de Obama que "podría significar el fin del lateralismo en materia de seguridad y en materia financiera, lo cual es una buena noticia, que no debería llevar los europeos a pensar que si Estados Unidos solo no puede, sin Estados Unidos no podemos". "Y no podemos esperar", añadía el socialista español, "a que ellos reaccionen para ver cómo empiezan a salir y poder ir todos detrás de esta reacción".

El periplo de Obama -del 31 de marzo al 7 de abril- se desarrollará en cinco escenarios en donde se abordarán los grandes desafíos que atenazan el mundo: crisis económica; seguridad, cambio climático y reconciliación de Occidente con el mundo islámico.

En Londres, participará a la reunión del G-20, donde las grandes potencias occidentales y los principales países emergentes deben acordar la ruta y las medidas para salir de la crisis económica. Sin duda, será la reunión más importante y donde mejor se visualizará el nuevo enfoque global de los problemas, sobre todo por la presencia de China. Habrá tres asuntos dominantes: endurecer la regulación y supervisión del sistema financiero para acabar con el dominio de los bancos sobre la economía; eliminar los puntos negros como los paraísos fiscales temas y regular los productos opacos tipo hedge funds (fondos de alto riesgo) y, en tercer lugar, reformar el Fondo Monetario Internacional, duplicando o triplicando sus recursos actuales de 250.000 millones y dando a los países emergentes más representación. Las diferencias entre Washington, partidario de dedicar más fondos a la recuperación económica, y la UE, sobre todo Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que han puesto el acento en endurecer las reglas del mercado, se han desvanecido en los últimos días.

En Estrasburgo (Francia) y la vecina ciudad de Kehl (Alemania), Obama asistirá a la celebración del 60º aniversario de la constitución de la OTAN. El encuentro persigue encontrar una respuesta común para los principales conflictos como Afganistán, las relaciones con Rusia y el debate sobre el concepto estratégico de la OTAN. Para Shada Islam y Eva Gros, investigadores del European Policy Center, "Afganistán representa un test crucial para el futuro de las relaciones transatlánticas, las esperanzas europeas de forjar una fuerte asociación estratégica con EE UU y la credibilidad de la UE como actor global".

Esta prueba se aproxima. Obama dio el pasado viernes un giro a su política en Afganistán. Karel Schwarzenberg, ministro de Exteriores de la República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la UE, anunció poco después: "Estamos dispuestos a aumentar nuestra acción civil".

La tercera etapa será Praga, 4 y 5 de abril, donde el presidente estadounidense tendrá el primer encuentro con los Veintisiete. El asunto dominante será la seguridad energética y la lucha contra el cambio climático. Aquí las reticencias de EE UU para alcanzar un acuerdo de mínimos sobre reducción de emisiones de CO2, son importantes. Por otra parte, el Parlamento Europeo aprobó esta semana una resolución, propuesta por el eurodiputado del PPE Francisco Millán, para reforzar las relaciones entre EE UU y la UE con un Acuerdo de Asociación Transatlántica que prevé dos cumbres anuales, en vez de una.

La penúltima etapa del viaje será Normandía, para celebrar el 65º aniversario del desembarco, otro gesto para recordar la solidaridad entre las dos orillas del Atlántico. Finalmente, en Turquía, Obama mantendrá un encuentro con los líderes turcos para promover la reconciliación entre Occidente y el mundo musulmán y enterrar los años de desencuentro de la era Bush.

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