Perspectiva del Día: Doce años despuésEl 13 de diciembre de 1996, Leonel Fernández dictaba el Decreto 613-96 sobre los Consejos de Desarrollo Provincial.
Se hablaba entonces de “promover la más amplia participación social en la administración y toma de decisiones locales”.También se hablaba allí de la “formulación de un Plan Nacional de Desarrollo que integre a los representantes de la sociedad civil e instancias estatales en los niveles comunitarios, municipales y provinciales”.
Esa integración de la “sociedad civil e instancias estatales en los niveles comunitarios, municipales y provinciales” hace falta hoy, doce años después y más que nunca.
Echamos de menos también a ese “Plan Nacional de Desarrollo” dirigido a “promover la más amplia participación social en la administración y toma de decisiones locales”.
De haber continuado las administraciones siguientes -incluyendo a la del PRD 2000-2004- por ese camino de la organización social para la “administración y la toma de decisiones locales” muy distintos fueran los problemas a que hoy nos enfrentáramos en República Dominicana.
Hoy, doce años después de aquel Decreto 613-96, no estamos igual porque estamos peor en materia de organización social; por el tiempo que se ha perdido; porque han aumentado la pobreza y la exclusión y porque el espacio dejado por el descuido institucional oficial ha sido ocupado por nuevos y amenazantes actores; porque hemos sido incapaces de formular aquel Plan Nacional de Desarrollo y darle continuidad y porque, en consecuencia, los niveles de dispersión son mayores.
De no existir ese mecanismo fundamental que integre lo nacional, lo provincial, lo municipal y lo local -incluyendo, sobretodo, a ese micro nivel de la Junta de Vecinos, el Club Barrial, la cooperativa- no hay manera de resolver problemas fundamentales de sociedades complejas como la actual.
De no existir ese grado y esos espacios de coordinación para el tratamiento y solución de problemas comunitarios y locales que son reflejo y causa de problemas nacionales (a nivel sanitario, ambiental, educativo en el más amplio sentido de la palabra…) no hay manera de construir democracia colectiva; no hay manera de promover cohesión social y podemos estar seguros de que seguiremos a la deriva, no importa cuántos programas asistenciales construyamos y cuánta asistencia reparta el Estado benefactor que, por ese camino, nunca pasará de ser Estado asistencialista en el peor sentido de la palabra.
Santo Domingo, 17 de marzo de 2009
Fuente: Perspectiva Ciudadana
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