02 marzo, 2009

LA DECADENCIA DISIMULADA DEL PRESIDENTE DOMINICANO Y SU RÈGIMEN

Narciso Isa Conde Para Kaos en la Red Hoy 19:47 33 lecturas

-->Leonel por Mercader

Leonel Fernández -por encima del derroche de falso optimismo desplegado por él en ocasión del 165 aniversario de nuestra independencia en su discurso de “rendición de cuentas” ante la Asamblea Nacional- se está convirtiendo en un presidente rechazado por una gran parte de esta sociedad. Su descenso va parejo al deterioro de su gobierno y del Estado que esta dirigiendo.

La crisis nacional en el orden económico y social se ha agravado a consecuencia de las políticas ejecutadas en favor de las elites sociales, especialmente de los grandes grupos financieros, de los contratistas de obras del Estado. de las empresas de telecomunicaciones, de los beneficiarios de las privatizaciones de las empresas públicas y los recursos naturales, y de las magnates del turismo y las zonas francas; reiterada con gran descaro este 27 de febrero como modelo de crecimiento con falsas apologías a favor de un quimérico modelo productivo.

Adicionalmente –y no por ello menos desastrosos sus efectos- han gravitado el dispendio de los recursos públicos, el clientelismo, la corruptela política y todo el abanico de delitos económicos gubernamentales, estatales y para-estatales, todos ellos justificados o negados en la disertación comentada.

Todo esto se mezcla con el impacto demoledor de la crisis integral, estructural y sistémica del capitalismo mundial, con su vórtice en los EEUU y su expansión incontenible hacia Europa, Asia y la región latino-caribeña. La supuesta tesis del “blindaje” de la economía nacionalse evidenció como pura maniobra publicitaria sin base real, y ahora cuando el proceso hacia la recesión de la economía dominicana tiende a acelerarse, el presidente de la república se empeña en ocultar esa tendencia y atiborrar de mentiras y medias verdades la conciencia colectiva sin hablar del ya desacreditado “blindaje”. ¡Tenemos la “siete plaga de Egipto” encima, pero estamos mejor que el resto del mundo y pronto estaremos de maravilla si aceptamos su invitacióna acompañarlo junto a su corte y familia real en la nueva línea de Metro en el 2012!!

Los ingresos por turismo, remesas y exportaciones van en picada hacia abajo. Las recaudaciones fiscales han tenido una caída estrepitosa. La quiebra del sector zona franca no ha podido ser contenido en los injustificados subsidios. La ruina en cadena de las pequeñas y medianas empresas agropecuarias y manufactureras va en ascenso, agravada por el TLC y la crisis mundial

El petróleo baja y los precios de alimentos y servicios siguen en alza. La estructura impositiva (reprensada en el 40% de los precios al consumidor) sobre los hidrocarburos entra en crisis aguda con la reducción de los precios del petróleo y sus derivados.

La crisis energética se agrava: tarifas alta ymás apagones caros, aun después de la significativa reducción de la factura petrolera y a pesar de los grandes subsidios para cubrir la estafa de los generadores privados. Pero no hay que tocar ni un pelo de las privatizaciones.

La corruptela desenfrenada ha dado paso a la preeminencia de las conexiones de Estado con el narcotráfico procedente de Colombia, articulado al Estado y al gobierno de ese país, lo que ha provocado una grave descomposición en las estructuras de mandos de los cuerpos castrenses y policiales del país. Un cáncer con metástasis incontenible, intocado en su esencia con la puesta en retiro “por antigüedad” de 31 de los 224 generales existentes, entre los que hay unos pocos “quemados” por su proclividad al delito, otros por tiempo vencido y otros por no ser “afectos” al partido de gobierno, casi todos retirados para darle más cancha a la promoción que le sigue y especialmente al sector de ésta situado en el centro de la corrupción y el narco-poder y elentorno del presidente.

La podredumbre ha traspasado todas las fronteras institucionales y está fuera de control legal. Tiene vida propia, sombrilla presidencial y sus complicidades políticas-militares impiden ponerle freno desde este gobierno, tal y como lo confirma la manera como Leonel Fernández abordó este 27 de febrero el tema militar, presentando los casos escandalosos como “excepciones” y manipulando las remociones y retiros.

La delincuencia está dentro y fuera del gobierno y del Estado, en sus instancias más elevadas, restándole toda capacidad a las organizaciones encargadas de prevenirla, perseguirla y sancionarla, porque ellas mismas forman parte de ese inframundo perverso. Y como se sabe: delincuencia no combate delincuencia.

El gobierno gesticula y simula enfrentarla sin ninguna efectividad. Los escándalos se suceden unos tras otros, creando una crisis política-institucional de profundo calado y generando una crisis de confianza en franca expansión.

En medio de su Cumbre “anticrisis”, supuesta a buscar soluciones, el deterioro en todos los órdenes ha crecido y se ha multiplicado. El país luce a la deriva. El gobierno se ha convertido en un desgobierno.

Del presidente se dice en las calles todo lo malo, habido y por haber. Su credibilidad está en el piso y su capacidad de simulación ya no surte los efectos de antes. La realidad se impone sobre lo virtual-publicitario. A pocos meses de su reelección forzada, Leonel se ha tornado en una carga pesada, en un presidente con una enorme tasa de rechazo, cada vez más identificado como repetidor de las mismas mentiras con variados disfraces.

Su entrampamiento lo ha conducido a forjar -por razones puramente mercuriales- una peligrosa alianza con el peor gobierno del continente: con ese engendro colombiano presidido por Álvarez Uribe Vélez, llegando al extremo de aceptar como embajador del mismo a un general experto en masacres, forzado recientemente a renunciar de la jefatura del ejército de ese país por las consistentes denuncias de sus atrocidades; pasando además por alto la reformulación por Uribe de su política de expansión del conflicto armado fuera de sus fronteras y a contrapelo de aquella “Declaración de Santo Domingo”, impulsada hace pocos meses por el propio presidente Fernández, a raíz de la masacre de Sucumbio (bombardeo al campamento de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano).

Demasiado débil tiene que estar un presidente para dar pasos como esos y aceptar esas humillaciones y vínculos peligrosos, cuyos efectos no se pueden encubrir con el anunciado viaje a Cuba, usado como “tapa rabo” de su creciente degradación política y moral.

Si, Leonel está en franca decadencia y lo peor para él es que su capacidad de maniobra está llegando al fin, amarrado como está a la mala herencia neoliberal (en medio de la crisis global del capitalismo neo-liberalizador) y también al clientelismo, a la corrupción de Estado y la contaminación narcótica que arropa a su gobierno.

Y esto pasa a penas iniciándose este periodo después de su forzada reelección, gestándose tempranamente una singular crisis de gobernabilidad, que incluso podría cuajar sin que esté cercana una salida electoral útil para el reciclaje o el relevo sistémico, lo que podría mover a pensar en el uso y pertinencia del poder revocatorio del pueblo aunque no esté consagrado en nuestra atrasada Constitución.

Todo parece indicar que a Leonel la situación se le está tornando cada vez más fea, muy pero muy fea…dada su gran e ineludible responsabilidad en la expansión y profundización de esta crisis y dada su incapacidad para superarla por sus complicidades con las causas que la han generado. Más de lo mismo es su “nueva” oferta anticrisis adornada con algunas mentiras solemnes y máscaras pegadas con saliva.

Pero al parecer el presidente entiende que está lo suficientemente protegido al mostrarse en días recientes fuertemente abrazado a Bush-padre y al general Montoya, extraños antídotos en tiempo de Obama y en medio de la ola de cambios continental.

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