Rafael Molina Morillo >> r.molina@codetel.net.do
Hace unos trece años, un grupo de ciudadanos representativos de diversos sectores sociales y entidades civiles, y preocupados por el destino del país, elaboró, tras arduas jornadas de trabajo, una Agenda Nacional de Desarrollo basada en las prioridades que, a su juicio, se imponían en ese momento.Trece años han transcurrido desde que aquella gente, que se autodenominó “Grupo de Acción por la Democracia”, dio a conocer los resultados de su esfuerzo, mediante un pequeño libro publicado con los auspicios de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.Quien se tome la molestia de repasar esas prioridades, tropezará con la sorpresa de que, en líneas generales, las prioridades señaladas entonces son, a rasgos generales, las mismas que hoy persisten en la agenda nacional, o sea que poco o nada ha cambiado. Si no, veamos cuáles fueron los puntos nodales de aquel ejercicio. Las “prioridades principales” señaladas fueron las siguientes:
1.- Lucha contra la pobreza, enfatizando la generación de empleo.
2.- Suministro de energía eléctrica estable, suficiente y a costo razonable.
3.- Mejoramiento de la educación, en calidad y cantidad, mediante el aumento del gasto público en educación.
4.- Mejoramiento del sistema de salud, estableciendo un marco jurídico adecuado y un plan básico de salud para todos.
5.- Focalizar la construcción publica de viviendas en los sectores más pobres, mientras el Estado promueve y regula la de otros grupos.
6.- Promover, a corto y mediano plazos, la incorporación de la población asalariada en un régimen de seguridad social que, a largo plazo, cubra toda la población. (En este punto se podría citar, como respuesta a esta necesidad, la implementación del Sistema Nacional de Salud).
7.- Modernización del Estado, enfatizando la eficiencia y racionalidad de la administración pública, la gobernabilidad y la rendición de cuentas.
8.- Implantar un Estado de Derecho que asegure la justicia, el cumplimiento de las leyes y el control del ejercicio del Poder.
9.- Profundizar la democracia a través de la participación, la descentralización y un mejor sistema de representación política en el Estado.
10.- Fomentar y proteger los recursos naturales, forestales y costeros.
A la lista precedente, el grupo en cuestión le agregó otras seis prioridades, que podríamos calificar de “secundarias”, a saber: reorientación del gasto público; modelo económico, economía estable, incentivos, ahorro; equidad de género; crecimiento urbano, saneamiento básico y medio ambiente; comercio exterior; agricultura de campesinos pobres; menores en circunstancias especialmente difíciles; y previsión social para la vejez.Amigos lectores: lean, miren a su alrededor y hagan comparaciones. ¿Han cambiado mucho, poco o nada nuestras necesidades prioritarias? ¿Estamos, acaso, estancados? ¿O es pa’lante que vamos?
Foto: Fuente Externa
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