Aug. 16, 2008, 9:10AM
Ya no tiene el bigote que lo caracterizaba y su cabello negro es ahora canoso.
Su récord de medallas de oro en una misma olimpiada se desmorona y dejó de ser considerado el mejor nadador de todos los tiempos. Sus siete preseas doradas descansan en una caja fuerte.
Es comprensible que Mark Spitz se sienta amargado.
Pero vio todas las carreras y disfrutó como el que más.
Y cuando Michael Phelps conquistó su séptima presea de oro por un pelo, empatando su marca, siguió festejando.
Su récord de medallas de oro en una misma olimpiada se desmorona y dejó de ser considerado el mejor nadador de todos los tiempos. Sus siete preseas doradas descansan en una caja fuerte.
Es comprensible que Mark Spitz se sienta amargado.
Pero vio todas las carreras y disfrutó como el que más.
Y cuando Michael Phelps conquistó su séptima presea de oro por un pelo, empatando su marca, siguió festejando.
"Estaba casi mareado de la emoción", declaró Spitz. "Me pareció lo más apropiado que ganase así. Yo gané una carrera por una centésima de segundo y no pienso devolver mi medalla".
Spitz tiene muchas razones para sentirse contento viendo las carreras de Phelps desde Detroit, donde su hijo menor está jugando en torneo de básquetbol.
Treinta y seis años después de su momento dorado, Phelps puso a Spitz nuevamente en el candelero.
"Estoy extasiado", declaró Spitz a la AP por teléfono. "Siempre me pregunté qué sentiría. Pero es como si me hubiesen sacado una enorme carga de encima. Alguien me dijo hace tiempo que a uno lo juzgan por la gente que lo rodea, y estoy contento de estar junto a Michael Phelps".
El teléfono suena más que antes y seguramente va a poder cobrar más por sus presentaciones.
Su única queja es que nadie lo invitó a la fiesta.
"Lo que hizo Michael me va a dar mucha más vida. Pero sigo siendo quien soy", dijo Spitz.
El legendario nadador tuvo la oportunidad de agradecerle en persona a Phelps cuando la cadena NBC los puso en contacto después de que Phelps empató su marca. Fue el encuentro de dos grandes de la natación.
"Iba a preguntarte cuál había sido tu carrera más difícil y cuándo supiste que podías ganar siete medallas de oro", expresó Spitz. "Pero ya no tengo que hacerlo.
Fue la de hoy, una carrera épica".
Spitz ganó buen dinero explotando su imagen luego de los juegos de Munich, donde conquistó las siete medallas de oro.
Pero, a diferencia de Phelps, quien ya gana unos 5 millones de dólares anuales, que pasarán a ser muchos más, Spitz no recibió un solo centavo por sus hazañas en la piscina olímpica. En esa época el profesionalismo estaba prohibido en los juegos olímpicos.
Con el correr de los años, Spitz fue quedando en el olvido, hasta que apareció Phelps y todo el mundo comenzó a hablar nuevamente de él.
Spitz se quejó de que el Comité Olímpico Internacional no lo invitó a Beijing para ver cómo Phelps superaba su marca.
Pero no lamenta que Phelps haya sacado del olvido.
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