El español Rafa Nadal disputará el próximo domingo la final del torneo olímpico de los Juegos de Pekín, que se juega en el Centro de Tenis de la Villa Olímpica, después de derrotar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 1-6 y 6-4, y se enfrentará al chileno Fernando González por colgarse una medalla de oro olímpica y que cerraría un curso de ensueño, después de ganar Roland Garros y Wimbledon
EUROPA PRESS/Gaspar Díez
Actualizado 15-08-2008 19:21 CET
PEKÍN.- El español Rafa Nadal disputará el próximo domingo la final del torneo olímpico de los Juegos de Pekín, que se juega en el Centro de Tenis de la Villa Olímpica, después de derrotar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 1-6 y 6-4, y se enfrentará al chileno Fernando González por colgarse una medalla de oro olímpica y que cerraría un curso de ensueño, después de ganar Roland Garros y Wimbledon.
El español Rafa Nadal disputará el próximo domingo la final del torneo olímpico de los Juegos de Pekín, que se juega en el Centro de Tenis de la Villa Olímpica, después de derrotar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 1-6 y 6-4, y se enfrentará al chileno Fernando González por colgarse una medalla de oro olímpica y que cerraría un curso de ensueño, después de ganar Roland Garros y Wimbledon.
A Rafa Nadal ya no le caben los trofeos en la sala de su casa. Pese a las dudas del segundo set, en el que se vio totalmente superado por un Djokovic profundo, que subía a la red para evitar que los puntos se alargaran en exceso y con un servicio muy efectivo, el manacorí logró asegurarse su primera medalla en los Juegos, la de oro o plata, una de las pocas metas soñadas que aún no había tachado de su lista de aspiraciones.
Dos de las tres mejores raquetas del mundo se medían en la balanza. Dos grandes pegadores que están apartando de la escena a la escuela clásica, la elegancia de Roger Federer, esfumado su sueño olímpico por los raquetazos de James Blake, que no jugará una final que se le escurrió entre los dedos ante un superviviente como el chileno Fernando González, oro en dobles y bronce en individuales en Atenas'04.
Dos raquetas, en la que la de Nadal había salido triunfal en cuatro de las cinco veces en las que se habían enfrentado -la única victoria para el serbio había sido en las semifinales del torneo de Cincinnati- en este curso glorioso para el manacorí en la arcilla de París, en la hierba del 'All England Club' de Londres, y ahora el de cuadrar su muestrario de trofeos con una medalla olímpica.
Su concurso había sido intimidatorio durante toda la semana olímpica, a pesar de las dudas con las que aterrizó en Pekín, aunque enfrente estaba ahora 'Nole' Djokovic, el "mejor en esta superficie", según había avisado.
Pero Nadal, cinta gualda, igual que la muñequera, camiseta con los colores nacionales, irrumpió en la pista central como un ciclón. No pudo, como a él le gusta, anotarse el primer juego con el saque del rival, aunque anduvo cerca pues disfrutó de un 0-40 favorable ante desarbolado Djokovic y le mandó un mensaje de autoridad. El tiempo le dio la razón al mallorquín que, con un juego profundo y un buen saque, se alzó con el primer parcial.
Dos 'breaks' en el quinto y séptimos juegos, le pusieron al borde (5-2) de ganarlo en un santiamén, pero Djokovic ya no era el que cometía un sinfín de errores en el fondo de la pista y se acercó después de recuperar un saque perdido para acabar en la orilla de la remontada (5-4) y ver cómo Nadal no desaprovechaba su segunda bola de set para tomar la iniciativa en el partido.
En cambio, el Nadal seguro de sí mismo se esfumó en el segundo set, en el que el serbio, cómodo como se hallaba ahora sobre una pista similar a la que le había dado su primer 'Grand Slam' en Australia, empezó a soltar el brazo, dibujó ángulos imposibles y ajustó el tino hasta encontrar las líneas. El resultado fue un 3-0 favorable para el tercer jugador del mundo, que no desaprovechó para apabullar (6-1) a un inexistente Nadal.
El partido se equilibró en el set definitivo, en el que el español salvó una situación compleja con 3-3 y 0-30 en contra y remontó hasta el 5-4 y saque de Djokovic. Entonces, todos los acontecimientos se agolparon.
DJOKOVIC SE PIERDE PRESA DE LOS NERVIOS
Con iguales a 30, 'Nole', el que acabó con la racha de 32 victorias seguidas del nuevo rey del tenis, pidió las imágenes del 'ojo de halcón' en un primer servicio en el que la imagen dio fuera, apenas unos milímetros en los que no cabía una aguja, superó una primera bola de partido, pero no la segunda.
No fue el mejor Nadal, pero poco importó. Brazos al cielo, Nadal se lanzó a la pista y tuvo que sentirse como el rey del Mundo, o experimentar la misma sensación de los gladiadores en el circo romano que vivió en su pellejo el lanzador Manolo Martínez cuando entró por vez primera en 'El Nido'. Las cuentas de la delegación española empiezan a cuadrar un poco más. Al oro o plata de Nadal se le unió el heroico triunfo unas pistas más allá del doble femenino.
Nadal sería el primer tenista de clase alta en subir a lo más podio olímpico después de que lo hiciera en los Juegos de Atlanta'96 André Agassi, eliminado por el manacorí en la tercera ronda de su último partido sobre el verde de Wimbledon en 2006.
Más acostumbrado está el chileno González, que tiene un balance de tres victorias y tres derrotas con el español. La nota positiva es que en las dos últimas ocasiones ganó el 'gladiador' Nadal.
EUROPA PRESS/Gaspar Díez
Actualizado 15-08-2008 19:21 CET
PEKÍN.- El español Rafa Nadal disputará el próximo domingo la final del torneo olímpico de los Juegos de Pekín, que se juega en el Centro de Tenis de la Villa Olímpica, después de derrotar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 1-6 y 6-4, y se enfrentará al chileno Fernando González por colgarse una medalla de oro olímpica y que cerraría un curso de ensueño, después de ganar Roland Garros y Wimbledon.
El español Rafa Nadal disputará el próximo domingo la final del torneo olímpico de los Juegos de Pekín, que se juega en el Centro de Tenis de la Villa Olímpica, después de derrotar al serbio Novak Djokovic por 6-4, 1-6 y 6-4, y se enfrentará al chileno Fernando González por colgarse una medalla de oro olímpica y que cerraría un curso de ensueño, después de ganar Roland Garros y Wimbledon.
A Rafa Nadal ya no le caben los trofeos en la sala de su casa. Pese a las dudas del segundo set, en el que se vio totalmente superado por un Djokovic profundo, que subía a la red para evitar que los puntos se alargaran en exceso y con un servicio muy efectivo, el manacorí logró asegurarse su primera medalla en los Juegos, la de oro o plata, una de las pocas metas soñadas que aún no había tachado de su lista de aspiraciones.
Dos de las tres mejores raquetas del mundo se medían en la balanza. Dos grandes pegadores que están apartando de la escena a la escuela clásica, la elegancia de Roger Federer, esfumado su sueño olímpico por los raquetazos de James Blake, que no jugará una final que se le escurrió entre los dedos ante un superviviente como el chileno Fernando González, oro en dobles y bronce en individuales en Atenas'04.
Dos raquetas, en la que la de Nadal había salido triunfal en cuatro de las cinco veces en las que se habían enfrentado -la única victoria para el serbio había sido en las semifinales del torneo de Cincinnati- en este curso glorioso para el manacorí en la arcilla de París, en la hierba del 'All England Club' de Londres, y ahora el de cuadrar su muestrario de trofeos con una medalla olímpica.
Su concurso había sido intimidatorio durante toda la semana olímpica, a pesar de las dudas con las que aterrizó en Pekín, aunque enfrente estaba ahora 'Nole' Djokovic, el "mejor en esta superficie", según había avisado.
Pero Nadal, cinta gualda, igual que la muñequera, camiseta con los colores nacionales, irrumpió en la pista central como un ciclón. No pudo, como a él le gusta, anotarse el primer juego con el saque del rival, aunque anduvo cerca pues disfrutó de un 0-40 favorable ante desarbolado Djokovic y le mandó un mensaje de autoridad. El tiempo le dio la razón al mallorquín que, con un juego profundo y un buen saque, se alzó con el primer parcial.
Dos 'breaks' en el quinto y séptimos juegos, le pusieron al borde (5-2) de ganarlo en un santiamén, pero Djokovic ya no era el que cometía un sinfín de errores en el fondo de la pista y se acercó después de recuperar un saque perdido para acabar en la orilla de la remontada (5-4) y ver cómo Nadal no desaprovechaba su segunda bola de set para tomar la iniciativa en el partido.
En cambio, el Nadal seguro de sí mismo se esfumó en el segundo set, en el que el serbio, cómodo como se hallaba ahora sobre una pista similar a la que le había dado su primer 'Grand Slam' en Australia, empezó a soltar el brazo, dibujó ángulos imposibles y ajustó el tino hasta encontrar las líneas. El resultado fue un 3-0 favorable para el tercer jugador del mundo, que no desaprovechó para apabullar (6-1) a un inexistente Nadal.
El partido se equilibró en el set definitivo, en el que el español salvó una situación compleja con 3-3 y 0-30 en contra y remontó hasta el 5-4 y saque de Djokovic. Entonces, todos los acontecimientos se agolparon.
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2 comentarios:
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