por: desde francia A cuatros días de su decisivo partido contra Sudáfrica, el próximo martes, y pese a tener aún una leve esperanza de acceder a octavos de final, la selección francesa parece vivir horas aciagas. El "affaire" del insulto del delantero Nicolas Anelka al entrenador Raymond Domenech revela la amplitud del malestar reinante en la concentración gala. La era Domenech concluye en un clima de profunda división... informa RADIO FRANCIA INTERNACIONAL
Primera plana del cotidiano deportivo L'Equipe que ha desatado una tormenta en la opinión pública francesa
Antes de viajar a Sudáfrica, la selección francesa era ya un tema polémico. Desde el fracaso en la Eurocopa de 2008, la hostilidad hacia el entrenador Raymond Domenech fue ganando terreno ante la evidencia de que Francia no jugaba bien y no obtenía buenos resultados. Como para el Mundial 2006 y para la Eurocopa 2008, Francia logró sin embargo clasificarse por los pelos, con el añadido esta vez del polémico gol contra Irlanda, en la repesca, gracias a la famosa mano de Thierry Henry.
Las semanas previas al Mundial, Domenech decidió no incluir en su grupo a: tres excelentes jugadores de origen magrebí: Samir Nasri (Arsenal), Karim Benzema (Real Madrid) y Hatem Ben Arfa (Marsella), prefiriéndoles a jugadores que no rindieron para nada en Sudáfrica, a saber respectivamente Sindney Govou, Nicolas Anelka y Mathieu Valbuena. El origen norafricano de los tres jugadores descartados alimentó la sospecha de que la decisión fue inspirada por el clan "africano" de la selección...
Portada de L'Equipe en que se reproduce el insulto de Anelka a Domenech.
DR Por Alejandro Valente
A cuatros días de su decisivo partido contra Sudáfrica, el próximo martes, y pese a tener aún una leve esperanza de acceder a octavos de final, la selección francesa parece vivir horas aciagas. El "affaire" del insulto del delantero Nicolas Anelka al entrenador Raymond Domenech revela la amplitud del malestar reinante en la concentración gala. La era Domenech concluye en un clima de profunda divisió
Antes de viajar a Sudáfrica, la selección francesa era ya un tema polémico. Desde el fracaso en la Eurocopa de 2008, la hostilidad hacia el entrenador Raymond Domenech fue ganando terreno ante la evidencia de que Francia no jugaba bien y no obtenía buenos resultados. Como para el Mundial 2006 y para la Eurocopa 2008, Francia logró sin embargo clasificarse por los pelos, con el añadido esta vez del polémico gol contra Irlanda, en la repesca, gracias a la famosa mano de Thierry Henry.
Las semanas previas al Mundial, Domenech decidió no incluir en su grupo a: tres excelentes jugadores de origen magrebí: Samir Nasri (Arsenal), Karim Benzema (Real Madrid) y Hatem Ben Arfa (Marsella), prefiriéndoles a jugadores que no rindieron para nada en Sudáfrica, a saber respectivamente Sindney Govou, Nicolas Anelka y Mathieu Valbuena. El origen norafricano de los tres jugadores descartados alimentó la sospecha de que la decisión fue inspirada por el clan "africano" de la selección.
La presencia de clanes y de grupos de influencia se fue confirmando durante el torneo, sobre todo a medida que Raymond Domenech se obstinaba en titularizar a jugadores con un rendimiento muy bajo, en especial Anelka y Govou. En cambio, acabó excluyendo, contra México, al conductor del equipo, Yoann Gourcuff, detestado por una parte de los jugadores, celosos de su aura mediática, de su cara de niño bonito, de su buena educación y de su origen social.
En semejante contexto, el escándalo suscitado por los insultos que, según el diario L'Equipe, Nicolas Anelka profirió el jueves contra Raymond Domenech, que le había reprochado su indisciplina táctica al final del primer tiempo del partido Francia-México, no hace más que confirmar el mal ambiente que reina en el equipo y el escaso respeto que inspira su entrenador. Anelka fue excluido del equipo tras haberse negado a presentar disculpas públicamente, viaja este mismo fin de semana rumbo a Francia. La Federación francesa le prohibió dar la conferencia de prensa que había solicitado tras la publicación del artículo en L'Equipe, y habrá que esperar su llegada a Francia para conocer su versión de los hechos.
Entretanto, el escándalo tomó la dimensión de un asunto de estado, ya que el proprio presidente Nicolas Sarkozy tuvo que comentar el caso durante una visita a Rusia. "Si la versión dada por la prensa es confirmada, se trata de una actitud u=inaceptable", dijo el mandatario. Sin esperar la llegada del jugador, la cadena de restauración Quick anunció que hará retirar todos sus paneles publicitarios en los que aparece el futbolista.
En todo caso, el escándalo viene a agravar el descontento de los franceses hacia su selección. Ya nadie sueña con una improbable clasificación y se espera que acabe de una vez la era de Raymond Domenech a la cabeza de los Bleus y que su sucesor, Laurent Blanc, haga lo necesario para restablecer la buena imagen de la selección en Francia y en el mundo.
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