03 julio, 2010

VILLA PUEDE CON TODOS,,,,

PARAGUAY 0 - ESPAÑA 1


El delantero de España, pichichi del torneo, vence a Paraguay y clasifica a la selección para la semifinal

JORDI QUIXANO 03/07/2010
Así te han contado el equipo Jordi Quixano , Rafael pineda y Soledad Gallego Díaz desde Asunción; Mira el gol de Villa; Pon nota a los jugadores
Nadie le puede echar el lazo a Villa, que atiende con británica puntualidad a su cita diaria con el gol. Un remate suyo no solo le valió el 'pichichi' en solitario del torneo, sino que batió a la frondosa Paraguay y catapultó a España a la semifinal del Mundial. Duelo disputado en la medular, sin apenas ocasiones reseñables, se disparó por un instante con tres penaltis sucesivos -uno invalidado- y ningún gol. Hasta que Villa se rebeló. Como siempre.
El grito de Iker. Iker Casillas, uno de los protagonistas del partido tras haber parado un penalti, celebra la victoria de España frente a Paraguay y el pase a semifinales del Mundial.- ALEJANDRO RUESGA

Menos apocada de lo que se presuponía, Paraguay realizó desde el inicio del duelo una presión avanzada, tan acompasada como efectiva, tan atrevida como temerosa porque de superar la primera línea, España podía encontrar huecos. Pero no lo hizo porque faltó precisión en el pase, dinamismo en la circulación y movimientos en la punta de ataque, con Torres fuera de forma física, hasta el punto de que le retrataron los rivales en varias carreras, siempre perdidas para sus intereses. La sorprendente puesta en escena paraguaya, en cualquier caso, fue demoledora porque anestesiaron a los delanteros adversarios y porque la mejor respuesta la dio Piqué, estupendo en el corte y con una salida de la pelota deliciosa, pero siempre en posiciones retrasadas, lejos del marco que defendía Justo Villar.

Atolondrados y superados por momentos ante las ayudas defensivas de los rivales, el triángulo de la medular (Alonso, Xavi y Busquets) no acertó a combinar ni a despellejar el entramado defensivo paraguayo con los pases interiores. Se perdían en una circulación horizontal, poco incisiva y demasiado ingenua. Se resintió el equipo, que no enlazó con Villa, exquisito como extremo -apuesta personal de Del Bosque que seguro ha agradado a Guardiola para el Barça- porque tira las diagonales como nadie y porque engatilla la pelota a la mínima con un alto porcentaje de acierto. Sin Villa ni Torres, España exigió un revulsivo para anular a Paraguay. Tampoco funcionaron las subidas de Sergio Ramos, que nunca encontraron un receptor a los centros, ni los tímidos desmarques de Iniesta, que se perdió en el juego de entrelíneas y que no reactivo al equipo con su pie. Demasiadas lagunas para obtener un premio tan goloso.

Cuando el encuentro parecía dar las buenas noches, insípido y sin fútbol de salón, apareció Cesc y los nervios por doquier. El primero en sobresaltar el duelo fue Piqué, que le hizo un agarrón ciertamente ingenuo a Cardozo a la salida de un saque de esquina y el colegiado lo cazó. Señaló, con acierto, el punto de penalti. Pero el propio Cardozo, cargó la pierna izquierda al tiempo que le indicó con el cuerpo que lanzaría a la izquierda de Casillas. Paró el portero y el juego se reactivó a un ritmo vertiginoso, que en un abrir y cerrar de ojos se plantó en el área opuesta, donde Villa se cobró la posición, noto el aliento del rival y se tiró a la lona. Penalti más que riguroso. Xabi Alonso recogió el balón porque así lo quiso también Villa, que ya había fallado una pena máxima ante Honduras. Así, Alonso cogió la carrerilla y encañonó a gol. Pero el colegiado, protagonista de nuevo, lo invalidó porque dos jugadores españoles pisaron área antes de tiempo. Alonso repitió el lanzamiento y Justo Villar sacó una mano espléndida para desviar el balón, para que el balón lo recogiera Cesc y, antes de lanzar, sufrir un penalti de libro que, esta vez, el trencilla no apreció. Un mazazo para España, que ni siquiera resolvía el duelo desde los 11 metros.

Paraguay, estéril en funciones ofensivas, sin embargo, apostó por recular y por ceder definitivamente el balón a España. Una concesión que esta vez La Roja no desaprovechó. Salieron Cesc y Pedrito por Torres y Xabi Alonso y el equipo se remodeló. Del Bosque dio pleno protagonismo a los 'bajitos' del Barça, jugadores acostumbrados a tocar de primeras -lo que reclamaba el equipo- desde que empezaron a jugar a esto. Busquets de medio centro, Cesc y Xavi como volantes. Funcionó la propuesta por más que el ejercicio defensivo de Paraguay, fantástico, no cedió un metro en todo el partido y menos permitió una ocasión clara de los delanteros rivales en posiciones concluyentes. Hasta que llegó Villa. Siempre Villa.

En una jugada colectiva bien aliñada, con una circulación de primeras, Pedro remató raso al palo. El cuero rebotó y cayó en los pies de Villa, que desató su derecha para que el cuero pegara en un palo, en el otro, y besara las redes. Gol definitivo y semifinales al canto, propiciadas por otro tanto de El Guaje, que ya es el 'pichichi' del torneo con cinco goles. No se repuso Paraguay, falto de creatividad en los últimos metros, tónica de todo su campeonato, por más que Cardozo probara en una ocasión a Casillas. Guantes de oro y, en el área opuesta, botas de platino. España se mide ahora a Alemania y a la historia.

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