Los tres países que asisten a la reunión de Londres piden una mayor participación de la región en la toma de decisiones internacionales
EL PAÍS - Madrid - 02/04/2009
México, Brasil y Argentina formarán hoy un frente común en la cumbre del G-20 en Londres. Los tres países latinoamericanos miembros del grupo abogarán por una mayor participación de la región en las decisiones financieras y por la implementación de sistemas regulatorios.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio ayer en París el primer golpe sobre la mesa en este sentido. En una reunión con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, Lula subrayó la intención de los dos mandatarios de "no asumir la responsabilidad de una reunión fracasada". Tanto Lula como Sarkozy esperan que los miembros del G-20 aprueben una regulación del sistema financiero, porque consideran que la crisis actual es consecuencia de la falta de control.
Sarkozy, que compareció con Lula tras reunirse en París, subrayó que los dos gobernantes quieren "que el mundo cambie y que haya un mínimo de regulación, teniendo en cuenta el desastre que ha supuesto la desregulación". El presidente francés insistió en la "total identidad de puntos de vista" con su homólogo brasileño, y avanzó que los ministros de Exteriores y de Finanzas trabajan en "una contribución común de Brasil y Francia para una nueva gobernanza mundial".
La relevancia de Brasil no es casualidad. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial (BM) lo han señalado como uno de los pocos países de América Latina que no será seriamente afectado -de inicio- por la recesión mundial. El FMI aún prevé un crecimiento del 1,8% para el mercado brasileño; mientras que Argentina registrará una variación cero para este año y México un retroceso de al menos un 0,3%.
Lula reconoció que "habrá resistencia" de algunos países del G-20 a dar su visto bueno a regular los mercados financieros, y en particular a la iniciativa para combatir los paraísos fiscales. "No todos los amigos piensan de la misma forma", ironizó.
El presidente de México, Felipe Calderón, afirmó ayer que la cumbre debe ver la crisis "como una extraordinaria oportunidad para el cambio". "Creo que esta crisis puede y debe verse como una oportunidad para reemplazar las viejas ideas con ideas nuevas y actuar con audacia e imaginación", afirmó Calderón en un acto en el Parlamento británico, en el tercer día de su visita de Estado al Reino Unido.
"Necesitamos aumentar los recursos para conceder préstamos, además de incluir a las economías emergentes en el proceso de decisión [de las instituciones multilaterales], insistió el mandatario mexicano, quien también consideró necesario adoptar medidas contracíclicas en cada país" para atajar la recesión mundial, al tiempo que reafirmó el "compromiso" de México con el "libre comercio". Calderón, antes de acudir a la recepción que la reina Isabel II ofrecerá en el palacio de Buckingham, subrayó que su país "es uno de los pocos que ha reducido recientemente aranceles, ya que el libre comercio es una poderosa herramienta para el crecimiento".
"Sé que todo el mundo quiere proteger su propia economía. Mi mensaje es: la mejor manera de proteger nuestras economías es rechazar las protecciones", insistió el presidente mexicano.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha decidido adelantar su regreso a Buenos Aires por la muerte del ex presidente Raúl Alfonsín. Fuentes de la delegación argentina informaron ayer a Efe de que Fernández regresará el jueves por la noche a su país tras asistir a la reunión y hacer una ofrenda floral ante el busto del general San Martín, libertador de Argentina, en una plaza de Londres. La posición de Argentina ante la cumbre quedó clara durante la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), celebrada esta semana en Medellín. Allí, Eugenio Díaz Bonilla, representante argentino en el BID, indicó que su país defenderá la reforma de organismos multilaterales internacionales, "sobre todo el Bando Mundial y el FMI" para dar mayor participación a los países en desarrollo.
Fidel Castro y la relevancia de los grandes acontecimientos
Son tres los países latinoamericanos invitados a la cumbre del G-20, pero la importancia de las decisiones que se tomarán en Londres no ha pasado inadvertida por los mandatarios de la región ausentes de la reunión.
El ex presidente cubano Fidel Castro destacó en un artículo en el diario Granma la "importancia" de la cumbre, al señalar que de los acuerdos que se adopten "dependerá el futuro de millones de trabajadores en el mundo"; mas criticó la falta de interés que la reunión ha despertado en el mundo. "Los clásicos del béisbol y el fútbol llenan estadios y entusiasman a las masas de todo el mundo", pero "cuando se trata de economía se cuentan con los dedos de la mano los que se interesan sobre el tema", señaló.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe,
dijo ayer en Medellín que la cumbre debe empujar el flujo de recursos a través de los bancos multilaterales dirigidos al fomento de las infraestructuras y la protección social. En Medellín, que albergó hasta el lunes la 50ª Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
Uribe subrayó que los miembros del G-20 deberían tener en cuenta varios aspectos, como fomentar "el flujo de recursos para los países a través de los organismos multilaterales como el BID".
Entretanto, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, destacó en Doha, durante la segunda cumbre entre países árabes y suramericanos, que "la voz surgida" entre los asistentes a la reunión "tendrá una fuerza suficiente" para hacer llegar su mensaje a la cumbre que se celebra en la capital británica. Bachelet advirtió que la situación económica actual puede derivar en una crisis social.
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