De Fernando González Urbaneja(el 05/04/2009 a las 23:17:41, en economia.
Llevamos cuatro días históricos de cumbres históricas, de declaraciones históricas, de encuentros históricos, de líderes históricos… sobredosis de asuntos históricos que producen cierto empacho. Cada personaje ha jugado su papel, desde el pequeño Nicolás que quiere representar Europa, a la exigente Merkel que no estaba dispuesta a dejarse mandar, al aplicado Brown que resume mejor que nadie los documentos, a ese viejecito retocado y rico italiano que siempre da la nota.
En tanta cumbre con tantos protagonistas dos personajes son los centrales, los líderes del G2 que aun no se ha constituido formalmente pero que empiezan a funcionar en la sombra: el norteamericano y el chino. Obama y Jintao son los que tienen la batuta, los que domina todos los escenarios de poder. El resto es decorado. La Unión Europea podría llegar a ser algún día una potencia con todos los elementos de poder pero para eso hacen falta más Tratados y un líder de verdad. En todo ese barullo el presidente del gobierno español ha circulado con sonrisa profidén y con algún encargo por cuenta ajena. Además ha conseguido las fotos y las declaraciones que necesitaba para ratificar que encabeza una potencia intermedia con pretensiones.
Han sido demasiados acontecimientos y demasiados compromisos como para asimilarlos en tan pocas horas. El discurso de Obama en Praga, ante una multitud (algo al alcance de muy pocos dirigentes políticos en ejercicio) con el desarme nuclear como paradigma, me parece lo más importante de estos días, sobre todo por lo que significa de objetivos y pretensiones. La primera cumbre, la de Londres, la dedicada a evitar una recesión larga o incluso una depresión, ya queda algo lejos, pero sus resultados deben ser de los primeros en llegar, para que toda esta sobredosis haya merecido la pena.
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