19 abril, 2009

OBAMA VE VOLUNTAD DE CAMBIO EN CUBA Y PIDE QUE EMPIECE POR LIBERAR PRESOS...

BARACK OBAMA EN RUEDA DE PRENSA EN TRINIDAD

La V Cumbre de las Américas concluyó en la capital de Trinidad y Tobago con la reconciliación formal entre USA y todos sus rivales en la región, incluido Venezuela. Barack Obama dijo que sus (ex) antagonistas, no representan una amenaza para los intereses estadounidenses, y les prometió respeto, por encima de sus diferencias ideológicas. Al mismo tiempo, para el conjunto de América Latina, el presidente de USA declaró terminado el tiempo en que Washington se limitaba al uso de su poder militar. Pero hay que resolver el embargo comercial a Cuba.
19/04/2009 21:19

Un dato revelador acerca de la V Cumbre de las Américas es que ningún país quería ser la sede de esta reunión.
Una de las pocas decisiones concretas que se toman en estos cónclaves presidenciales es dónde van a reunirse de nuevo. Pero hasta esa decisión resultó ser demasiado exigente para los Gobiernos que en 2005 participaron en la tumultuosa IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata (Argentina).

Nadie se ofreció a hospedar la siguiente reunión y sólo después de un complicado proceso de consultas y negociaciones, el Gobierno de Trinidad y Tobago accedió a invitar a los 34 mandatarios del continente a reunirse en su capital.

La reticencia a hospedar la cumbre americana se debe a los tiempos que corren: reunir a los gobernantes de las Américas equivale a organizar una convención de perros y gatos. Muchos de ellos no se llevan bien, y salvo el consenso en pedir a Washington que levante el embargo a Cuba, son pocas las convergencias entre los mandatarios.

El brasileño Lula da Silva se lleva mejor con Barack Obama que con la argentina Cristina de Kirchner; el mexicano Felipe Calderón, el colombiano Álvaro Uribe y la chilena Michelle Bachelet están mucho más cerca de las posiciones de USA que de las de sus colegas de Venezuela, Ecuador o Nicaragua.

Las políticas de Perú o Uruguay tienen más afinidades con las estadounidenses que con las de Bolivia o Paraguay. Lo mismo se puede decir de las diferencias entre Costa Rica y Honduras.
Las diferencias surgen por visiones y conductas muy distintas en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión; en el papel que deben tener el Estado y el mercado; en cómo tratar a los inversionistas nacionales y extranjeros; en cómo relacionarse con USA y cuáles son los países de otros continentes con los que hay que aliarse.

También hay entre los mandatarios latinoamericanos divergencias acerca de la concepción misma de la democracia, sobre la independencia que deben tener en la práctica el Poder Judicial y el Legislativo, y en la manera de tratar a la oposición política.

La cumbre acabó con una declaración final con distintos compromisos en materia energética, medioambiental y de inmigración, que Venezuela y 4 de sus socios de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) se negaron a firmar por no incluir una condena expresa del embargo de USA a Cuba.

Pero ese dato, anticipado desde hacía días, no empaña el valor de la cumbre en cuanto a posible punto de partida para una nueva era en las relaciones continentales, una era "en la que no hay socios pequeños y socios grandes, sino socios en igualdad de condiciones", tal como dijo Barack Obama en una conferencia de prensa.

No hubo acuerdos concretos en ese sentido. Como ocurrió en la reciente gira de Obama por Europa, su presencia en Trinidad y Tobago ha servido más bien para sembrar una semilla que todavía no se sabe si dará fruto. Gran parte de ello depende de la respuesta que la nueva política estadounidense encuentre en los países latinoamericanos.

Respecto a Cuba y Venezuela, 2 de los puntos más espinosos para la política exterior estadounidense en la región, el presidente Obama ha afirmado que ha visto señales "potencialmente positivas".
En una rueda de prensa en Puerto España, tras el final del encuentro, preguntado respecto de la criticada ausencia de Cuba en la cumbre, Obama ha explicado que a diferencia de en la isla, cada uno de los líderes que han participado en el encuentro había sido elegido de manera democrática. "Quizás no estemos de acuerdo con algunos de ellos, pero esta cuestión democrática no la vemos en Cuba".

No obstante, ha destacado que el Gobierno de Cuba ha enviado algunas señales de que quieren un cambio y expresó su confianza en que "a la larga, lo veremos".
"Hay cosas que el Gobierno de Cuba puede hacer, como liberar presos políticos o permitir el libre envío de remesas. Esto es algo que Cuba puede hacer", añadió.
Obama, tal y como dijo antes la secretaria de Estado de USA, Hillary Clinton, reconoció que la política estadounidense hacia Cuba no ha funcionado en 50 años porque el pueblo de Cuba hoy no es libre.

"Los cambios en la política exterior de mi gobierno no van a significar que los problemas que motivaron el enfriamiento de las relaciones vayan a desaparecer de pronto, pero es importante acercar las posiciones", explicó.

Por otro lado, también subrayó que "al establecer mejores relaciones con otros países, en la población hay más cionfianza en que colaborar con USA trae más beneficios".
Obama destacó que la V Cumbre de las Américas ha servido para establecer una nueva etapa de respeto hacia los países soberanos y democráticos del hemisferio, a pesar de las diferencias de opiniones.

A juicio de la Casa Blanca, la cumbre ha resultado "un éxito" para Obama. Según un alto funcionario estadounidense, antes del comienzo de la reunión se había hablado mucho sobre un posible enfrentamiento entre Obama y los líderes latinoamericanos pero "no vimos nada de esto".

El clima general de las reuniones "generalmente ha sido notable, tanto por su cordialidad como por la actitud colaboradora" y las "perspectivas de colaboración", afirmó el alto funcionario.
Durante su estancia, Obama ha obtenido abundantes elogios de sus socios en América latina por su promesa de una "alianza de iguales" en el continente y ofertas de cooperación en ámbitos como la lucha contra la crisis económica o contra el cambio climático.

Obama defendió su acercamiento en esta cumbre a los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; de Nicaragua, Daniel Ortega; y de Bolivia, Evo Morales. "Tenemos muchas diferencias respecto a muchos temas, pero en la medida en que podamos ser respetuosos de las reglas democráticas, podemos encontrar lo que tenemos en común", defendió.
Respecto a Morales, tuvo incluso palabras de reconocimiento como "el primer indígena que accede al poder en un país de mayoría indígena".

Obama garantizó al Presidente boliviano, que horas antes había acusado a USA de estar detrás de un intento de asesinarle, que su Administración jamás intentará derrocar a un dirigente que no le satisfaga y que será respetuosa "con todos los Gobiernos elegidos, aunque no esté de acuerdo con ellos".

El Presidente estadounidense admitió sus diferencias con Chávez, "que se ha referido de forma encendida a USA y se ha entrometido en los asuntos de otros países de forma preocupante". Pero recordó que se trata de un país con un presupuesto militar infinitamente inferior al norteamericano, "que difícilmente puede representar una amenaza para los intereses estratégicos de USA".

Obama estimó que esta cumbre era la oportunidad de cambiar la visión que USA tiene de sus vecinos del sur. Aseguró que, en su mejor versión, su país representa "los mejores valores e ideales". "Pero hay que aceptar", dijo, "que otros tienen diferentes culturas y otros valores" con los que se puede convivir. "Otros países tienen buenas ideas también, y tenemos que escucharles", afirmó.

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