LA CRISIS SE RECRUDECE Y GOLPEA A EUROPA...

Crisis financiera mundial

Las autoridades se lanzan al rescate de bancos en Reino Unido, Bélgica, Alemania, Dinamarca e Islandia - El desplome de las entidades financieras hunde las Bolsas
ANDREU MISSÉ - Bruselas - 30/09/2008

La crisis financiera de EE UU se dirige a toda mecha hacia Europa. El pánico se apoderó ayer de los mercados bursátiles internacionales, que registraron la mayor caída de los últimos 20 años, e hizo mella incluso en los Gobiernos europeos, incapaces de detener el alud de malas noticias y de levantar un dique a la sucesiva caída de bancos.

Sarkozy prepara reuniones para buscar una respuesta europea a la crisis
Los mercados sufrirán hoy la resaca del rechazo al plan de EE UU

La nacionalización de emergencia de Fortis acordada el domingo por Bélgica, Holanda y Luxemburgo resultó inútil. Fortis sufrió ayer un nuevo descalabro del 23%. En una cascada imparable, la crisis se llevó por delante varios bancos, que fueron intervenidos por el sector público o salvados por sus competidores con avales del Gobierno: BradfDexia (Francia y Bélgica); Brandford & Bingley, (Reino Unido); Hypo Real Estate (Alemania); Roskilde Bank (Dinamarca), y Glitnir (Islandia) corrieron esa suerte. La banca española sigue a salvo de la quema.

La pregunta que sobrevuela los mercados es quién será el próximo. Incluso antes del rechazo del Capitolio al plan de salvamento de EE UU -al que siguió el desplome de Wall Street, que llegó a caer más del 6%-, las Bolsas reflejaron este panorama de incertidumbre. El derrumbe fue la tónica en todas las plazas europeas, con caídas de entre el 4% y el 8%. El Ibex estuvo ligeramente mejor (3,8%), aunque los mercados podrían sufrir hoy la resaca del naufragio del plan de EE UU, que llegó con las Bolsas cerradas.

Los bancos centrales, liderados por la Reserva Federal estadounidense, intentaron -sin éxito- salir al rescate con el anuncio de una inyección de liquidez en la divisa estadounidense de 620.000 millones de dólares. Ésa es la política que vienen siguiendo desde el estallido de la crisis, hace ya casi 14 meses, con escasos resultados. La desconfianza es sensacional: los bancos siguen sin prestarse dinero a pesar de esas millonarias inyecciones de fondos públicos con créditos a corto plazo.

La crisis financiera se va filtrando a la economía real en varios países de la Unión. Irlanda se encuentra ya en recesión -una caída del PIB durante dos trimestres seguidos-, mientras que Alemania, España y Reino Unido pueden estar en esta situación en la segunda parte del año. El barril de petróleo cayó ayer más de 10 dólares ante la nueva coyuntura, que supone menos consumo de crudo. El brent -variedad de referencia en Europa- cerró en torno a 93 dólares, muy lejos de los 146 alcanzados en verano.

Ante el aluvión de dificultades, los políticos empiezan a movilizarse. El hiperactivo líder francés, Nicolas Sarkozy, convocó ayer una serie de reuniones con responsables financieros y políticos para diseñar una estrategia europea y mundial ante crisis. Para hoy ha convocado en el Eliseo a los dirigentes de los principales bancos y aseguradoras de Francia.

Sarkozy, que este semestre ostenta también la presidencia de la UE, prepara para los próximos días una reunión a la que asistirían los máximos líderes de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido (los miembros europeos del G-8), a la que asistirán el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y representantes del BCE y del Eurogrupo. Ese encuentro persigue preparar el Consejo Europeo del próximo 15 de octubre y sobre todo una cumbre internacional en noviembre, tras las elecciones de EE UU.

El presidente George Bush asistirá acompañado de su sucesor a la reunión -en el marco del G-8-, a la que han sido invitados países emergentes como China e India. El objetivo de este encuentro sería, según Sarkozy, "establecer las bases de un nuevo sistema financiero internacional".

Pero mientras el nuevo sistema llega, el antiguo hace aguas. El presidente francés explicitó su apoyo "sin reservas" a las iniciativas puestas en marcha en el Reino Unido, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Alemania a favor de la banca. En una línea similar se manifestó el primer ministro británico, Gordon Brown, que defendió las ayudas al Bradford & Bingley y su posterior venta al Santander. "El primer deber de un Gobierno es garantizar la estabilidad del sistema", aseguró. El Gobierno español no se pronunció sobre la situación.

La crisis de la banca europea obedece a situaciones muy diversas. La primera víctima fue el británico Northern Rock, que acabó siendo nacionalizado por el Reino Unido. Desde entonces, la mayoría de las dificultades se ha concentrado en EE UU. Pero los problemas vuelven ahora a Europa. Con una raíz similar: Fortis perdió 2.000 millones en las hipotecas de alto riesgo en EE UU y acometió una inversión equivocada con la adquisición de ABN Amro -que también ha sufrido el impacto de las subprime-, que luego no ha podido digerir. Las hipotecas de alto riesgo arrastraron también hace meses al banco alemán IKB, que precisó ayudas públicas y privadas por valor de 3.500 millones de euros, y a la caja de Baja Sajonia, que sufrió problemas de liquidez.

Las dificultades regresan a Alemania: las acciones de Hypo cayeron ayer más del 60%, y obligaron a un consorcio de bancos a acudir al rescate con un salvavidas de 35.000 millones de euros, con el aval del Ejecutivo alemán.

La nacionalización ha sido la salida adoptada en varios casos: Fortis y Northern Rock en Europa, y en Estados Unidos la aseguradora AIG y las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae.
Pero la respuesta del sector público en Europa es de menor calado, en consonancia con la profundidad de la crisis, al menos hasta ahora. No hay un proyecto equivalente al plan de rescate de 700.000 millones para comprar activos tóxicos a la banca, rechazado ayer en Washington. Aunque sí existen antecedentes similares: entre 1991 y 1993, el Estado sueco adquirió los créditos fallidos para salvar su sistema financiero. Unos años después, Francia hizo una operación similar con Crédit Lyonnais.

Las ayudas públicas están provocando una creciente oleada de protestas. El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, resumió ayer ese malestar al reclamar a los responsables financieros que "dejen de jugar al casino".

Cambios de vértigo en el mapa bancario
- Fortis. Bélgica, Holanda y Luxemburgo acuerdan nacionalizar la entidad con una aportación de 11.200 millones.
- Bradford & Bingley. El Santander compra de la red de oficinas y los depósitos de la hipotecaria británica, por los que paga 773 millones.
- Hypo Real Estate. Un grupo de bancos y el Gobierno alemán salen al rescate de la entidad, con 35.000 millones.
- Dexia. El Gobierno y las regiones belgas acuerdan participar en el grupo financiero franco-belga, con una aportación que se estima en 7.000 millones.
- Wachovia. En Estados Unidos, Citigroup anuncia la compra de los depósitos bancarios y asumirá la deuda de la entidad.
- Nicolas Sarkozy. El presidente francés, a su vez presidente de turno de la Unión Europea, convoca para hoy una reunión de responsables de bancos y compañías aseguradoras del país para abordar la crisis. También quiere reunir en las próximas semanas a los líderes mundiales del G-8, que agrupa a los países industrializados.

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