06 abril, 2010

BROTÓ AGUA DEL SUELO TRAS TERREMOTO EN BAJA CALIFORNIA "PEQUEÑOS VOLCANES DE AGUA".

Fuente: AP / Internet
06 de Abril de 2010

Guadalupe Victoria, México. — Después de los sacudones violentos, se abrieron grietas en la tierra y en los pisos de cemento, las que se agrandaron rápidamente y empezó a brotar el agua.
"La tierra se abrió, como un lápiz cruzando una hoja de papel, como una franja cruzando el piso", dijo Diona García Briseño, la mayor de cinco hermanos, que perdió la casa donde vivía con su esposo y dos hijos, de 18 y 10 años.

García Briseño, de 38 años, vio la tierra abrirse y el agua brotar, luego de salir corriendo de su casa. Tras el remezón, ingresó a la vivienda para ver que su piso de cemento se había convertido en un torrente de agua lodosa que salía del subsuelo. El agua siguió manando durante unas seis horas.
Raúl Lepe, de 45 años, señaló una grieta de nueve metros (30 pies) de largo, en un terreno baldío, de la que salieron "pequeños volcanes de agua", detrás de su tienda de ropa. El piso de su casa tuvo fisuras, por lo que Lepe debió dormir en su camioneta, hasta que un inspector revisara la vivienda.
Los vecinos de Guadalupe Victoria, la población más próxima al epicentro, están habituados a los terremotos, pero no estaban preparados para uno de semejante magnitud.
"La tierra se abrió, como un lápiz cruzando una hoja de papel, como una franja cruzando el piso", dijo Diona García Briseño, la mayor de cinco hermanos, que perdió la casa donde vivía con su esposo y dos hijos, de 18 y 10 años.

García Briseño, de 38 años, vio la tierra abrirse y el agua brotar, luego de salir corriendo de su casa. Tras el remezón, ingresó a la vivienda para ver que su piso de cemento se había convertido en un torrente de agua lodosa que salía del subsuelo. El agua siguió manando durante unas seis horas.
Raúl Lepe, de 45 años, señaló una grieta de nueve metros (30 pies) de largo, en un terreno baldío, de la que salieron "pequeños volcanes de agua", detrás de su tienda de ropa. El piso de su casa tuvo fisuras, por lo que Lepe debió dormir en su camioneta, hasta que un inspector revisara la vivienda.
Los vecinos de Guadalupe Victoria, la población más próxima al epicentro, están habituados a los terremotos, pero no estaban preparados para uno de semejante magnitud.

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