16 mayo, 2008

URGE UN CENSO NACIONAL DE POBLACIÒN Y FAMILIA...


En paises como el nuestro parece ser que a los Presidentes de turno les favorece no tener a cabalidad una idea aproximada de cuantos somos, cuantos estamos en edad de votar, cuantos habitantes existen en el Distrito Nacional y sus provincias...el desorden es su mas fervoroso aliado para salirse con las suyas en cuanto a la ejecuciòn de una verdadera planificaciòn en base a un Censo Nacional de Poblaciòn y Familia.

Creo hace mas de 15 años no sabemos a ciencia cierta cuantos somos, todo es supuesto, nunca con cifras exactas.

Hay que tener en cuenta que no se puede llevar adelante una casa si se desconoce que personas y cosas hay en ella, y si tal sucede en un sencillo hogar, que no serà en el gran hogar y madre de todos, la patria.

Ningùn gobierno hoy dìa puede ir tirando y desconociendo a quienes gobiernan y como se llaman esos ciudadanos, cuantas familias hay, de que vive la gente; son chiriperos, obreros no especialidados, especializados, tècnicos, profesionales, y asì por el estilo.

Sinceramente es como cosa de locos. Hay que Censar. No se puede dirigir un paìs sin saber que tal es en realidad ese paìs que se dirige. Conocer un paìs y sus reales condiciones no es cualquier cosa, sobre todo un paìs con una tasa de emigraciòn e inmigraciòn tal alta como el nuestro y una capacidad de exageraciòn tan escandalosa.

Cuantos somos?...Ocho millones, siete millones, seis millones, ¡Vaya Ud. a saber!...Cual es la cifra exacta de los haitianos que ya cubren nuestra isla de extremo a extremo...Cuantos son los dominicanos que han emigrado, y quien sabe? Nadie con certeza puede afirmar con cifras valederas absolutamente nada. Y de sexo, condiciòn social, nivel acadèmico, vivienda, trabajo, ni hablar. Todo lo que se dice, que si esto que si lo otro, que si lo demàs allà son càbalas e inventos.

No tenemos, y es vergonzoso decirlo, datos confiables de nuestra propia naciòn. Todo es un apròximado, una probabilidad, un màs o menos. En nada de esas fantansiosas elucubraciones se puede creer. La Repùblica Dominicana està de espalda a sì misma, no se conoce, no se ha visto en el espejo de su propia dialèctica social, del cambio, de la mutaciòn natural que los años traen aparejadas.

Las razones de esta actitud displicente y descuidada como dijimos al comienzo es fàcil imaginàrselas, el poco interès polìtico que le ven a la inversiòn millonaria del empadronamiento, y porque somos tan peculiares no tememos equivocarnos.

El paìs y su ciudadanìa tienen que organizarse para el progreso. El primer paso de ese largo y pesaroso camino es saber con que contamos. Con que contamos a nivel de pueblo dominicano, y no de millones en las bòvedas de los bancos, que en definitiva se vuelven sal y agua, si no se invierten, para su crecimiento, dentro de un plan, o serie de planes que el empadronamiento sugiere espontàneamente.

Habrà que invertir en esto, habrà que trabajar, habrà que dejar de lado gastos superfluos, pero es hora que el gobierno sepa que un empadronamiento es urgentìsimo en estos cruciales momentos, esto no puede dilatar mas.

Al Censo estan obligados todos los paìses cada diez años. El ùltimo llevado a cabo supera esa etapa y se constituyò en una verdadera anarquìa, màs aùn cuando a la fecha todavìa no se sabe sus resultados reales. Como se pueden garantizar unos comicios cuando no sabemos en realidad cuantos somos, cuantos son los haitianos que de hecho ya viven permanentemente en nuestro paìs, sean legales o ilegales.

Es indiscutible para el Estado toda esa informaciòn, ademàs de que es una obligaciòn que no puede soslayar. Nos hemos acostumbrado a improvisarlo todo, y algo peor a inventar datos, y manosearlos por años de años sin querer comprender que esos datos estàn o tienen que estar ya desfasados, superados por el tiempo.

El censo favorece a la producciòn industrial para consumo interno. Por supuesto que las construcciones, por igual a la producciòn agrìcola, a la educaciòn, a la salud. Ademàs el censo es un movimiento interno de reencuentro con nosotros mismos. Es la Repùblica Dominicana volcada sobre la Repùblica Dominicana para conocerse mejor y mejor comprender su propia idiosincracia.

Es hora de ir pensando en efectuar un Censo de poblaciòn y familia, y con el un conocimiento màs completo de cuanto somos, que hacemos, como vivimos, que nivel cultural tenemos, que nivel de higiene general, y por ahì todo lo que hace hoy a esta comunidad nacional, una repùblica iberoamericana independiente....pero no...a los polìticos no les interesa estas clases de informaciones para sus provechos electorales....una pena..


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