19 febrero, 2008

DERRIBARAN SATELITE ESPIA AVERIADO


EEUU lanzará mañana un misil para derribar el satélite espía .
NOELIA SASTRE.-NUEVA YORK


Tiene todos los ingredientes de una película de Hollywood: el Pentágono intenta derribar un satélite espía fuera de control antes de que se estrelle contra la Tierra. Será mañana --un día después de que el transbordador espacial Atlantis aterrice en Florida-- cuando EEUU llevará a cabo el primer intento para desviar hacia el mar el aparato. La operación costará entre 40 y 60 millones de dólares (entre 27 y 41 millones de euros) y el objetivo es hacerlo cuanto antes para que, en caso de fallar, haya tiempo de disparar un segundo misil.

De no intervenir, el satélite se estrellaría a principios de marzo. Washington ha tomado la decisión por "el daño potencial que representa para los ciudadanos la explosión de su tanque de combustible tóxico". Sin embargo, el plan es visto como un intento de probar armas en el espacio e intimidar a China. Ha sido criticado tanto por Rusia --cuyo ministro de Defensa afirma que EEUU parece querer llevar "la carrera armamentística al espacio"-- como por expertos en la materia.

"En la historia de la era espacial no ha habido un solo humano dañado por objetos artificiales caídos del espacio, así que debe haber otra razón", comentó a The Washington Post Michael Krepon, analista del Centro Henry L. Stimson.

AL OESTE DE HAWÁIEl satélite, del tamaño de un autobús, contiene 500 kilos del combustible tóxico hydrazine, pero según los investigadores el riesgo es mínimo incluso si se derramara en medio de una ciudad. Como el satélite se dañó justo después del lanzamiento --en diciembre del 2006--, el tanque está lleno y podría esparcir combustible en un área del tamaño de dos campos de fútbol, según el Pentágono.

El riesgo que sí conlleva esta misión es la pérdida de prestigio si fracasa. Bush ha advertido a barcos y aviones de que despejen una gran área del Pacífico al oeste de Hawái durante una ventana de dos horas y media, comenzando a las 3.30 de la madrugada de este jueves, hora española. La Armada intentará derribarlo cuando entre en la atmósfera terrestre a una altitud de 240 kilómetros. "Si fallamos, no cambia nada. Si lo tocamos a medias, seguirá en órbita, pero si damos un golpe certero, será una muerte limpia y significará que estamos en buena forma", sentenció Michael Griffin, administrador de la NASA.

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