La huelga es un recurso odioso. Odioso para quienes las realizan, pues no vaya a pensarse que los huelguistas sean tan sàdicos y mensos que les guste hacerlas por hacerlas....Odioso a las causas por las que se realizan, y estas casi siempre son las injusticias....Odioso a las personas contra las que se realizan como es natural, se deben sentir mal.
Lo mejor fuera que no hubiera necesidad de hacerlas...Pero las hay. ...Unas veces tranquilas, otras explosivas y es una pena.
Con todo las cosas se pueden remediar por las buenas. Sin que claudiquen los principios...Sin que haya quienes salgan perdiendo.
El trillo no es otro que el diàlogo. ¡Jamàs el monòlogo!...
El diàlogo abierto, sincero, franco.
Diàlogo en que las espectativas y pareceres de unos y otros se enfrenten de palabras, reposadas.
Se enfrenten, pensando en los tantos puntos en comùn que existen. Muchos mayor cantidad que en los diferendos.
Se enfrenten, y en las desaveniencia el buen ànimo sea el que campee. Ni la lanza al ristre. Ni las bombas...
Asì las aristas estàn llamadas a suarizarse.
El ceder de parte y parte se concierta, y como un sol tempranero, la tranquilidad llena de satisfacciòn a todos.
Los tiempos son harto difìciles, y una buena cara, fresca, sonriente y amiga es lo mejor.
Lo màs digestivo..
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