Los seres vivos de cualquiera de los reinos de la madre natura, el vegetal, animal, o humano, generan en el transcurso de sus ciclos vitales una abundantìsima cantidad de desechos. Esos desechos son de dos naturaleza, los que genera el mismo proceso vital que es permanente combustiòn y su producciòn viene a terminar post-morten; y los externos al proceso intrìnseco de la vida, pero ligada a ella, y que los seres vivos no pueden dejar de producir.
Muy a su pesar, el hombre convive con la suciedad que tiene que estar de contìnuo desplazando, con la escoba, con el suape, con el detergente, el agua caliente, el jabòn...ya que su cualidad de ser inteligente lo obliga a repudiar la inmundicia, amèn de que èl mismo, y està dicho, las genera por lo que la lucha interminable por eliminarlas es doble.
Ni nacemos ni morimos limpios. Cruzamos una vida de suciedad, esquivando aquì y allà mil riesgos de embarrarnos. Los ricos, muy ricos y poderosos no escapan a este destino. toda la historia de la cultura y la vida humana, cuando se vaya a compediar, en algunos volùmenes a lo mejor ponen de epìlogo "y se pasaron tantos millones de años luchando por estar limpios"...
Y hay otra suciedad que aterra. No se ve. No se huele. Lo caracterìstico de esta es que duele. Duele porque surge dentro del alma humana y se denota por la insidia y el odio, la envidia y la mala fe. Al carecer de notas exteriores no llama tanto la atenciòn, aunque por ello no deje de ser la siempre repudiable suciedad.
Esa suciedad es fruto de una gran futilidad y pobreza interior.
Ningùn espiritu abundante en ideales tiene espacio para dar cabida a la infamia de un corazòn corrompido o de una lengua viperina.
Por desgracia esta suciedad de espìritu trae la otra, la de los desechos exteriores que ahoga esta primigenia ciudad de los Colones.
No hay que hacerse ilusiones, limpiar la ciudad de Santo Domingo es una empresa ciclòpea, sòlo posible en teorìa, pero en la realidad pràctica ni soñarlo.
¿Por què relacionar la suciedad interior con la exterior? Por una razòn muy simple, el sucio producto de los desechos que usamos o eliminamos, sòlo una actitud permanente de descuido, indiferencia, desprecio a los demàs, permite que se acumule y amontonen sin cesar.
Sòlo una mala educaciòn crònica, y una mal formaciòn cìvica, tanto en los ciudadanos como en las autoridades ha dado pie a que la situaciòn sanitaria de la ciudad capital sea lo que es, en tèrminos generales, un asco.
Solo un pueblo acostumbrado a la fuerza y al terror, por su carencia de conceptos claros, es que, fruto de esa imposiciòn arbitraria mantiene su ciudad limpia.
Aquì esta balalla està miserablemente perdida en la inmensa mayoria de sus sectores, uno a veces desplazándose quisiera encontrar un zafacòn donde depositar el vaso plàstico en que se ha tomado un refresco y no se encuentra teniendo las personas que tirar el vaso en algùn montoncito de basura de los tantos que abundan en nuestras esquinas.
La suciedad que no vimos en nuestra infancia y adolescencia, tenemos ahora la pena de tener que convivir con ella.
No se puede achacar que es al crecimiento de la ciudad. Lo que pasa es que si efectivamente la ciudad ha crecido y sigue creciendo tambièn junto a ella ha crecido nuestra falta de sensibilidad ciudadana....
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