AUTENTICO ESPIRITU DE TRABAJO....

Ultimamente se ha desatado un prurito enfermizo por hacer cosas y figurear, en ciertos funcionarios de alta y mediana jerarquìa que da pena.

Da pena como resbalan y tropiezan.

Es como si el mundo de la acciòn y la responsabilidad en el cuplimiento del deber fuera a acabarse ya. Ahora y por siempre.

O como sì, lo que es peor, despuès de pasarse meses y meses devengando graciosa y gratuitamente un sueldo nada despreciable, se lanzaràn, movidos no por los resortes de la vergüenza de cobrar sin trabajar, o por el firme propòsito de dejar huella siendo ùtiles a los demàs, a una acciòn desbocada, de figurìn, auto-ensalzadora y sin sentido, parejera y vacìa, con el ùnico visceral afan de satisfacer un irrefrenable apetito de personal vanidad. De vanagloria.

Y por ahì caiga quien caiga, rompiendo con lo que sea y contra quien sea.

Eso no debe ser, es evidente.

Las obligaciones inherentes a mi trabajo, a mis funciones, a mi razòn de estar dentro del tres administrativo, deben realizarse siempre, sea cual fuere la temperatura polìtica en el medio ambiente; no para que la prensa, la TV o la radio, y la gente o los jefes digan que fulano hizo.

Que sutano es muy trabajador. Se dice.

Que pererencejo es un lìder. Se comenta

Y asì se engorde y engorde de viento y paja, la vanidad y la presunciòn personal.

El hecho de trabajar, por sì mismo, salta a la vista, y no hay que andar repitiendolo mil veces o afilando aristas para ello.

Ni movilizando recursos que no hay, para que se conozcan.

Ni desnaturalizando el sentido, la necesidad y la puridad de la acciòn usàndola como afeite a mi "embellecimiento" personal.

El autèntico espìritu de trabajo aunque trabajamos para vivir- es espìritu de silencio y sacrificio.

Espìritu de humildad.

El autèntico espìritu de trabajo es el de la buena fe y la sencillez, virtudes cardinales del que dirige.

Lo contrario es allante y fanfarronerìa.

¿Cuento caballero, cuento! como diria un cubano...

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