10 junio, 2008

LAS FILAS...

El otro dìa comentabàmos lo que hemos venido observando no sin cierta sorpresa, en algunos sitios de esta ciudad congestionada e imposible de vivir: ¿las filas!

El fin de semana de las madres, de mayo pasado, estaban las filas al por y mayor y detalle en todos los establecimientos comerciales del Polìgono Central de Santo Domingo, principalmente en los cajeros automàticos, eso era de pelìcula, filas interminables, recordè haber leìdo que el gobierno pagarìa ese fin de semana por coincidir con el dìa de las madres,

Como ahora se ha establecido el pago electrònico a los servidores pùblicos, los cajeros automàticos del Banco de Reservas se encontraban atestados de personas haciendo filas para cobrar....en Bella Vista Mall, Plaza Central, Plaza Lama, Multicentro Churchill, Acròpolis, todos los cajeros de la Avenida 27 de Febrero, era un verdadero compendio de filas y màs filas, nosotros que estabamos de un sitio a otro comprando regalos y una que que otras diligencias nos quedamos asombradas, nunca, nunca habìamos visto una cosa igual.

Ahora el dominicano se està habituando un poco màs a la organizaciòn, de la que toda la vida ha sido alèrgico, y ha rehusado como el diablo a la cruz.

La crisis nos està enseñando. Eso dicen y es verdad. Nos està enseñando a respetar el derecho del que llegò primero. A ser un poco màs paciente y saber esperar hasta para tener que ocupar un destartalado asiento de una de esas famosas guaguas o minibuses.

Si arriba de la crisis nunca vista que nos azota, la sobrellevamos en medio de màs desorden del que ya hay, no sè que serìa de todos.

LLenas las calles de basura y hoyos, caotizados, y arriba de eso, una contìnua rebatiña y furiosos molotes para ocupar un carro o una guagua no hay sistema nervioso que aguante.

Pero se va aprendiendo.

Ya, espontàneamente, se organizan filas en las aceras para coger una guagua. ¿Que bien!

Las he visto de acera y media hasta dos de largo, y la gente aguanta que llegue su turno, tranquilamente. A veces un solazo del diantre. Otras tremendo aguacero. No vale. Todos tan en paz, esperando ocupar su asiento.

Lo que es lo màs normal del mundo en los paìses grandes, ricos y organizados. Donde siempre hay agua en la llave, y nunca se và la luz, amèn de que existe un sistema de transporte verdaderamente maratònico que no falla, y que no hace que la gente tenga que salir de su casa dos o tres horas de antelaciòn para poder llegar, no a tiempo, pero aunque sea por lo menos con tan sòlo quince o veinte minutos de retraso...aquì nos llama a sorpresa. Es natural, es la nueva experiencia que se aprende: hacer filas.

Haga su fila, y espere, que con eso no se pierde nada y se logra mucho. Lo importante es llegar. Al trabajo, a la cita, a la diligencia, al negocio, a la compra, a la casa; no necesariamente "a tiempo" pero con el sistema nervioso destrozado, sino bien, y sin peligro para los nervios, el corazòn o la digestiòn.

Que pasarà cuando al fin termine, esta etapa increìble de crisis y pasemos balance, en su saldo positivo este sea uno, que se diga: aprendimos hacer fila cuando la crisis de los años 90 y principios del 2000...ay mi madre, ojalà que solo tengamos que decir a principos de la dècada del 2000, y ya....

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