RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 25/06/2008
La bombilla de toda la vida, la que ideó Thomas Edison en 1879, cuenta los días que le quedan en España. La Comisión de Medio Ambiente del Congreso tiene previsto aprobar hoy una proposición de CiU que insta al Gobierno a sustituirlas en tres años por otras de bajo consumo.
El PSOE e IU-ICV y ERC apoyan la moción, lo que ya le garantiza salir adelante. La medida no es de aplicación sencilla pero sí supondría un ahorro: las bombillas consumen un 3% de la electricidad que se produce en España.
Una corriente eléctrica atraviesa un filamento metálico hasta que lo deja incandescente y da luz. Pero más del 80% de la energía se va en calentar la bombilla. Es sencillo. Pero también un despilfarro. Sobre todo, porque ya hay lámparas de bajo consumo que, por unos 10 euros, ahorran toda esa electricidad.
Por eso, la proposición no de ley de CiU pide al Gobierno que apruebe un plan antes de fin de año para "la sustitución progresiva y definitiva, en tres años, de las bombillas de filamento incandescente y otras de baja eficiencia, salvo las imprescindibles, por bombillas de bajo consumo". El portavoz convergente en la Comisión, Pere Macías, explica: "Es una medida que puede parecer simbólica, pero si llegamos a sustituir aunque sea el 60% del total el ahorro será significativo".
El PSOE apoyará la iniciativa a cambio de añadir que la sustitución gradual -aunque sin fecha- "ya figuraba en la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia que aprobó el Gobierno", según la portavoz socialista, Soraya Rodríguez.
El texto sí permite que sigan funcionando las bombillas imprescindibles, como las utilizadas en medicina.
El texto sí permite que sigan funcionando las bombillas imprescindibles, como las utilizadas en medicina.
La proposición imita una medida que hace un año adoptó el Gobierno de Australia. La canciller alemana, Angela Merkel, ha pedido a la UE un reglamento que antes de 2009 establezca cómo se deben eliminar las bombillas incandescentes.
En España hay unos 350 millones (unas 25 por hogar) y emiten tantos gases de efecto invernadero como 650.000 personas. A 10 euros por unidad, cambiarlas costaría unos 3.500 millones de euros. El Partido Popular no se opone a la medida, pero considera que la fecha límite fijada es "poco realista", según su portavoz, Carlos Floriano, que pedirá un plazo más flexible. Joan Herrera, de ICV, también apoyará la medida. Lo confirmó mientras irónicamente daba la bienvenida a CiU a la lucha contra el cambio climático y señalaba que la legislatura pasada propuso sin éxito algo parecido.
Las bombillas incandescentes, como las bolsas de plástico o las botellas de agua no reciclables se están convirtiendo en un símbolo de la lucha contra el cambio climático. No es que su sustitución por bienes más ecológicos vaya a evitar el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sus impulsores consideran que ayudan a crear una conciencia ciudadana de lucha contra el calentamiento global.
La Comisión de Medio Ambiente debatirá también hoy una proposición del PSOE para impulsar la plantación de 45 millones de árboles y una moción del PP para acelerar el trasvase del Guadiana a Huelva que aprobó el Gobierno en febrero, entre otras.
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