12 septiembre, 2007

MIGUEL VARGAS MALDONADO: EN LA ENCRUCIJADA..



POR: REVISTA 110

¿Es Leonel Fernández un candidato invencible? Es posible. ¿Puede Miguel Vargas Maldonado derrotarlo? Depende.

La realidad de la correlación de fuerzas entre los dos candidatos es difícil de medir, pues el gobierno ha sido hábil en manejar la percepción por encima de la realidad. El marketing político ha vendido la idea de que Leonel Fernández conserva el arrastre con el que arrasó en las elecciones y muchos están convencidos de esa idea.

Sin embargo, el uso de la percepción como instrumento para alterar la imagen de la realidad es similar a los fuegos artificiales cuya impresión dura hasta que explotan.

La imagen de marketing, de la realidad política, comenzó a desmoronarse el 12 de junio cuando se publicó la encuesta realizada por la Penn, Schoen en torno a la intención del voto en las elecciones del 2008, en la que se establecía una preferencia para Leonel Fernández del 50%, mientras Miguel Vargas Maldonado obtenía el 35%. la diferencia del 15% no era, sin embargo, motivo de alegría en el bando reeleccionista, pues la encuesta confirmaba que Miguel Vargas era un fenómeno político, pues aunque mudo, como se le acusaba, sin oferta y sin haber articulado su campaña, quedaba en una posición muy ventajosa frente a un presidente calificado de un excelente comunicador, con grandes luces y una masiva campaña de publicidad que pinta sus ejecutorias como un éxito resonante en todos los órdenes.

La segunda sacudida a la política de creación de imágenes lo constituyó la huelga del 10 de julio que dejó más de 12 heridos y 50 apresados. Se pensaba que con el masivo apoyo popular que tenía el régimen sería un fracaso el llamado a paro convocado de manera festinada por una organización poco representativa como el Foro Alternativo. La huelga se dio con fuerza porque la gente quería protestar entendiendo que había motivos para ello. Se estaba despertando de la percepción a la realidad de que Leonel Fernández no las tenía todas consigo.

De nuevo sufrió un revés el "marketing" de gobierno con la encuesta de agosto de Gallup-Hoy, que coloca a Leonel con preferencias de 42.3% quedando Vargas Maldonado en 35. Esto llevó al jefe de campaña de la reelección, Francisco Javier García a descalificar a Miguel Vargas por su lento crecimiento, aunque callando el rápido descenso de Leonel Fernández.

La reacción del gobierno ha sido de pánico ante la posición de Miguel Vargas en los sondeos, a tal grado, que se embarcó mediante nombramientos a opositores a conformar un frente que dejara solo al candidato perredeísta.

Para el gobierno la situación es preocupante porque el desgaste típico del último año es evidente y todo parece indicar que Miguel Vargas Maldonado, a pesar de una campaña banal y modesta, está capitalizando el descontento.

La pregunta es si la posición de Miguel Vargas ha hecho "techo" o la de Leonel "piso". A leonel se le hace difícil hacer más intensa su campaña, sin llegar a una contraproducente saturación, pero Miguel Vargas tendrá que hacer una oferta más convincente que la de "más empleos", porque no es con ese discurso de los años 70 que va a derrotar a Leonel.

Si Leonel tiene el voto cautivo de quienes lo apoyan, por encima de los fallos de su gobierno, entonces la estrategia de Miguel tiene que ser económica. Solo el bolsillo puede cambiar las inclinaciones del corazón.

El problema de Miguel Vargas para articular una oferta contundente, con el objetivo de sabotear las iniciativas económicas del gobierno, radica en que el PRD no ha superado el clientelismo. Es por esto que Miguel Vargas no se atreve a golpear en el punto más vulnerable al gobierno: la gula fiscal. Aunque el PRD condenó por innecesaria la pasada rectificación fiscal, no ha utilizado precisamente el desmonte tributario como punta de lanza. O sea, que lo que trasmite el discurso de MV es que se desea desplazar a Leonel Fernández, pero conservando intacta la política fiscalista existente en beneficio de su clientela.

Con el fardo del clientelismo, Miguel Vargas no podrá llegar lejos y es notorio que no tiene intención de socavar los puntos débiles de corte clientelista del gobierno. Por eso no se pronuncia a favor de una reforma administrativa que reordene las instituciones públicas, eliminando las oficinas superfluas o las extravangacias que estamos viviendo en materia de sueldos, barriles, incentivos y otras canonjías. La impresión que deja al soslayar esas distorsiones es que las quiere conservar para repartirlas entre sus adeptos.

La austeridad tampoco aparece en los labios de Miguel Vargas Maldonado, precisamente porque solo así se pueden eliminar impuestos. Se dice que Leonel es un enfermo con el gasto pero eso no parece preocuparle a Miguel.

La situación se plantea simple. Miguel Vargas debe ofrecer un programa de gobierno claro y convincente que represente una ruptura con el clientelismo endémico de nuestra política, pues si no se diferencia de Leonel, la gente continuará creyendo que "lo que es igual no es ventaja" y que "es mejor malo conocido que bueno por conocer".

FUENTE: REVISTA 110
FOTOS: FUENTE EXTERNA.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

leonel es un ladron k vendio la mina de sal y lleso argo k no era de el era de el pais y quiere seguir robando por eso quiere quedarse