De verdad este pueblo esta HARTO, HARTOOOO, de los malvados apagones, estos son el estado de pecado mortal...la vergüenza...el deicidio...la vida...pasiòn y muerte, el Vìa Crucis, la dura penitencia...
El castigo interminable por faltas ignotas, o ni tan desconocidas, un cilicio despedazador en la cintura del pueblo dominicano, un làtigo de puntas degradadas en plomo, un boche denigrante, una paliza de verdugo...
A excepciòn de morir no hay peor castigo para muchos que la desgracia e incertidumbre del fuà de cada dìa, pero tienen que aguantarlo, tienen que soportarlo, hay que resistirlo al màximo con un dolor lacerante y sin remedio inmediato...
No sabemos realmente si habrà otro pais en Amèrica o el resto del mundo, donde la insanìa del diario apagòn haya pasado a formar parte de la cultura nacional, de los sìmbolos patrios casi...
Quedarse sin luz en nuestros barrios marginados, es igual a estar "desluzados" o màs castellanamente hablando deslucidos. Con el ruido infernal de cien mil plantitas elèctricas de emergencia, focos de mano con su haz de luz erecta, refleja en la luna, la eterna compañera espacial.
El nefasto fua ha terminado por crear una mala costumbre, la de, para que muchos no se mueran de un infarto, acostumbrarse a el. Ha sido lo peor, lo que nunca se debiò de haber hecho, cada apagòn debiò ser siempre como la primera vez, concitar furias e indignidades como el primer dia, con la misma resoluciòn y la misma enterza y la misma firmeza, y la misma voz protestaria, pero que và, se han ido acostumbrado, amoldando a el.
Lo han acogido a la mesa, dejado reposar en las casas y hasta reírse de el, increíble. Ahora a estas alturas del juego, no valen lamentaciones, ni maldecir, ni patalear y poner los dedos en cruz para que esto se resuelva de la mejor manera y ojalà que sea pronto...
Vaya con el apagòn del que tanto se ha dicho y maldecido, naciò para amargarle la existencia mas de la cuenta a los infelices mortales de esta ricura de media isla.
Ha llegado con sus alforjas llenas de agua tibia para enseñarlas a saborear a gusto, tibiecita como a nadie le gusta, pero ese es su sistema. Ha llegado demoledor, rompiendo electrodomésticos...
El odio, el amor, la esperanza, la lucha por la vida, los planes, el estudio, el trabajo, los caracteres, la forma de ser, la salud, la enfermedad, se han trastornado, tienen sentido diferentes, formas de ver y enfocar diferentes...
Es como los cuerpos dejar de respirar, los corazones de latir y la sangre de circular...es la muerte....
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