El hombre siempre ha pensado en resolver su vida. Resolver la vida, la existencia, no es otra cosa que salir a flote econòmicamente. Es el punto crucial, el dinero. Los bienes materiales. La existencia no es màs que voluntad de acciòn. Voluntad de soluciones ràpidas, pragmàticas y efectivas en torno a la soluciòn de la vida.
Por supuesto que la soluciòn no cae del cielo como por encanto. Hay que fajarse...Luchar. Justamente lo que la inmensa mayorìa no quisisera, y no porque no quiera trabajar o esforzarse, sino porque sabe sobradamente, que en nuestros paìses infra-desarrollados, cundidos de la "guachipa" de la politiquerìa, la robadera y el macuteo, lo màs que se consigue es subsistir a duras penas y si acaso.
Por ello el resonante èxito de las campañas publicitarias que auspician algunas empresas de sus productos mediocres y anodinos. Los mas haciendo concursos, en alarde de un real conocimiento de la ya desesperanzada situaciòn popular.
Las personas confian en estos y se lo creen, que van a resolver su vida, como el que se està ahogando y se agarra hasta de un pedazo de cartòn por no dejarse tragar por las aguas.
Este tipo de propaganda es algo asì como una especie de anestesia. Es, en absoluto positiva. Vuelve loca a la gente que en realidad quiere resolver su problemas, sin hacer lo mal hecho, con un golpe de suerte.
Que poca seriedad en la propaganda comercial. què poco respeto a las necesidades y aspiraciones del pueblo. Eso se llama jugar con la miseria, la ingenuidad y la desesperaciòn de los que no tienen nada que son los que enriquecen esas empresas millonarias y estas, luego, se lo devuelven con absurdos concursos.
La miseria es algo real, su soluciòn por igual debe ser de su misma naturaleza, real. No lo fantàstico. La soluciòn real es el trabajo, garantìa para encontrarlo justamente pagado. El trabajo es un derecho. El Estado està en la obligaciòn de garantizarlo. Pero el trabajo por si solo no basta si junto a el no van aparejados, la educaciòn, la salud, la vivienda.
Estas ùltimas deben brotar del capital mismo que genera el trabajo, bien sea que se trabaje para el Estado o para empresas particulares. Con todo, hay que partir del supuesto de que siempre habràn promociones comerciales extravagantes. En realidad esos que las promueven estàn en su derecho. Cuantas cosas peores no se han hecho ya en nombre de tal Derecho...que desconocen el respeto a los demàs...
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