17 abril, 2008

LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA, MERA RELACION DE HECHOS.....


Cuando llegò el momento de la graduaciòn de bachiller a cada una de nuestras(os) amigas(o)s tambien nos llegò el momento de seguir cada uno por su lado, seguir por caminos diferentes, una lucha sin cuartel, definir lo que serìa nuestro futuro, nuestras deseos de encontrar el camino correcto de lo que en realidad serìa nuestra carrera, en esas desquicisiones llegò el dia esperado de la graduaciòn, ese dìa fue de festejos y como que no reparàbamos que dentro de escasos momentos en plena fiesta de graduaciòn, nos separarìamos con el juramento de seguir vièndonos de cuando en vez y contarnos como marchan nuestras vidas, ya mas maduras y con sentido de responsabilidad ingresamos a la Universidad.

La vida tiene sus jugadas, y lo que parecìa pan comido en realidad fue bien dificil de mantener, la coherencia y sobre juntarnos no de inmediato sinò dejar que el tiempo se encargara de ponernos a cada uno en el sitio que corresponde a todo ser humano cuando tiene una meta en su vida.

Nosotros particularmente rememoràbamos recientemente lo que fue nuestra vida de adolescente y la didàctica que se impartia, el pan de la enseñanza que recibamos en el dìa a dìa...todo esto a raìz de como marcha la situaciòn polìtica de hoy en dìa, porque sin duda alguna se asimila lo enseñado en las escuelas y te dà potestad para poder cualificar, desde luego sobre tu muy particular punto de vista, el porquè esto y no aquello.

Recodábamos nuestra escuela primaria, nuestras clases de historia y geografià y nos dàbamos cuenta, de los simplonas que eran. Mera relaciòn de hechos, muchas veces hasta ficticios y romànticones. Cuentos chauvinistas y de mal gusto...Deformantes y absurdos.

Teorizamos ya con conocimiento de causa, y decíamos que algo existía de mal en el engranaje ideológico de un paìs, cuando a sus hijos, al darles en la escuela primaria, clases de historia, se les enseñan fantasìas piadosas como hechos històricos incontrovertibles y verìdicos a vergüenza.

Llegamos a la concluciòn que la historia no es un cuento, es ante todo una ciencia con una metodologìa estrictamente científica, es decir, rigurosa, exigente, permanentemente apegada a la verdad, al anàlisis. Y sujeta a la màs filosa crìtica. Que no halla resquicio dudoso, ni rincòn que se halla esclarecido a màs no poder.

La historia es el contenido de la experiencia vivida por el gènero humano, desde que tiene consciencia existencial. Esto asì, requiere de una veraz exactitud. Una veraz exactitud que tiene infinitos peligros, entre otros, nosotros mismos. Si, aunque parezca un absurdo, nosostros somos los peligros de cuidar.

Digo que constituìmos un peligro, muchas veces, porque nos gustarìa que la historia nos contara las cosas a nuestro acomodo y queramos o no muchas veces el subconsciente nos engaña; por otro lado frente a los hechos de la historia tendemos a actuar como frente a nuestras propias experiencias lo que de bueno nos sucede tendemos a aumentarlo, a lo que de malo nos sucede a minimizarlo y darlo al olvido; nuestros enemigos son todo lo peor que existe y no les damos ni el màs leve chance a sus mèritos y cosas positivas.

Nosotros comprendemos que el sentido patrio, tiene forzosamente que alimentarse, muchas veces las màs, de una gran dosis de ideas fanàticas y chauvinistas, hay que reconocer que al principio, en el comienzo de las naciones, por ejemplo nosotros aquì en los años posteriores a 1844 època esa que por sus propias circunstancias y vivencias exigía no andarse con tonterias a la hora de contarles la historia a los niños y a exagerar se ha dicho.

Nuestros tiempos son otros. No son los tiempos de la victoria final, es cierto, pero sì lo son del gran respiro polìtico, como nunca, entonces a buen entendedor pocas palabras bastan. La crìtica històrica se impone. A nivel Primario? Si, y por que no, solo que hay que saber hacerla.

Básicamente existen tres criterios acerca de la historia y de su enseñaza, el tradicionalista, dogmàtico y encerrado. En èl, la Historia se ve como algo asì como una leyenda nebulosa y ciclòpea en siglos y hazañas, cargada de hèroes y fantàsticas heroìnas, inaccesibles y grandiosas; tambièn existe el criterio presidencialista, aquì el "Elan vital" lo constituye Dios. Nada sucede en el devenir de los tiempos, los siglos y los milenios sin que Dios lo ordene y disponga. Los hèroes son hechura de Dios, las circunstancias en que estos se debaten, su divino y antojadizo capricho.

Existe un criterio que es cientìfico y crìtico, que expone los hechos, analiza las causas que le dieron origen, y la o las influencias que esos hechos han tenido en la posteridad.

Quizas sea esto uno de los gajes de nuestro subdesarrollo que tenemos que comenzar a actacar duramente.

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