Hugo Vries fue un sabio holandès quien muriera en 1835. Fue el primero que hablara sobre las mutaciones.
Una mutaciòn es un cambio.. Un mutarse, o cambiarse, o mudarse. Las mutaciones o cambios de que nos habla Vries es de suponer que se refieren a las de orden genètico que se manifiestan en cambios fisiològicos en los individuos, animales racionales, y en los comunmente llamados animales, esto es los irracionales.
Hoy dìa a los cientìficos apasiona el tema. Cualquier lagartijito insignificante tienen, se cree, por antepasados unos monstruos gigantescos, con cuerpo de metros y metros de largo y cola larguìsima, hervìvoros, insectìvoros y mansìsimos.
La mutaciòn se realiza tràs un proceso natural lentìsimo pero que a la hora de materializarse acaece de manera repentina como si todo fuera asì, de golpe.
La especie, afirman los sabios, es fija. Fija e inamovible hasta un mal momento. Decimos mal, porque en ese instante comienza una crisis de inestabilidad. La especie pierde su equilibrio. Su normalidad. Empiezan en ella cambios raros. Nuevas caracterìsticas la van marcando, la van acondicionando, la van reperfilando y en menos de lo que se dice berengena està la mutaciòn en piè.
Ya es algo diferente a la especie anterior. La que existe, aunque algunas trazas de las caracterìticas anteriores prevalecen como recuerdo.
Pero desgraciadamente las mutaciones no se limitan al campo fisiològico del mundo animal, acaece en el mundo de la conducta, de las simpatìas, de las ideas y opiniones.
Asì como hay virus y animales mutantes, hay seres humanos mutantes, en lo que respecta a sus preferencias y a sus pautas conductuales.
La fauna polìtica criolla no da tiempo. Tomarse una tregua puede ser suicida. Manteniendo apenas las apariencias el mutante se cambia la chaqueta en el lapso de un prende y apaga...y todo queda igual.
La vida es corta, las fortunas se evaporan en el fondo de los bolsillos ajenos y, los coqueteos de la polìtica criolla son tan de repente y volubles que es mejor ser un mutante avisado y preparado, que de una sola pieza y...mejor no decimos.
A todo esto los mutantes aceleran sus aprestos. Olisquean por donde và el viento, de donde sopla la brisa para serguir la corriente.
Oportunista y aprovechador, y decimos en que en buena lid, el mutante no puede ser fiel a ningùn caudillo, a ningùn partido, y menos aùn a ninguna ideologìa, o lìnea polìtica.
Sujetarse a esos paràmetros serìa condenarse a desaparecer, desdichadamente por nada, porque los lìderes, los partidos y las ideologìas sirven tanto cuanto valen para mejorarte social y econòmicamente.
Cuan lejos tenìa Vries, el cientìfico holandès, que su hipòtesis de las mutaciones seria multi-aplicable....
No hay comentarios:
Publicar un comentario