La Repùblica Dominicana de estos dias, es la repùblica zarandeada de un lado para otro por fuerzas que pugnan por obtener la hegemonìa y control de los poderes del Estado, olvidàndose que la razon primordial de los hombres que dirigen nuestras Instituciones es servir a la Patria, no servirse de la Patria.
El Poder Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, La Junta Central Electoral, La Càmara de Cuentas, La Liga Municipal Dominicana, Los Partidos Polìticos, etc. etc., desfilan ante los ojos de un pueblo atònito que no sabe a que atenerse ante el resquebrajamiento que las pugnas a lo interno de estas instituciones, estàn sumiendo a nuestra naciòn en un verdadero caos que provoca làstima y conmiseraciòn, puès està enferma nuestra patria.
Està enferma porque las naciones son y funcionan como los organismo vivos, como estos se enferman y dentro de sus dolores presentan sus altas y bajas, mejoran y empeoran, sufren y se revuelcan en sus camas, que es la historia, se les aplican anàlisis, medicinas, unas desde dolorosas y potentes inyecciones hasta simples jarabes y pastillas.
Como cualquier organismo biològico el organismo social puede convulsionar hacia un estado crònico de enfermedad, o sanar decididamente y por igual decididamente morir, por lo tanto es aconsejable que en tiempos de crisis deben mantenerse en la cama de la tranquilidad y del reposo, a contrapelo de la agitaciòn, la presiòn y la intranquilidad para poder encontrar por si mismo y de modo natural su equilibro, esto es su sanaciòn total.
¡Què misèrrima en nuestra polìtica!...¡Que pobres nuestras Instituciones!...Que lejos estamos de ser una Naciòn en sentido pleno!...A pesar de ello no todo està perdido, serà un poco difìcil si se quiere, ya que en paìses como el nuestro la actividad polìtica està ensuciada y rebajada de categorìa, del arte que pudiera tener, del estudio y del arte que es, la han convertido en una grotesca artesania de ciencia, en una burda patraña, tan llena de hipocresìa y de mentiras que asquea. Entendemos que es cierto, que en polìtica no se puede decir las verdades, todo lo que se piensa, pero aùn asì la polìtica es luto y es fiesta, luto por los problemas que tiene que encarar, fiesta por las satisfacciones que acarrean satisfacciones morales que en muchos casos son inmerecidos.
Por esto tenemos que es parte y contraparte de la Repùblica actual, luces y sombras en la protagonizaciòn de una naciòn como la nuestra, de su propia triste historia. De su propia tràgica historia. De su propia y por què no esperanzadora historia, pero como siempre junto a la desesperanza hay un destello de luz, junto al llanto, una sonrisa, detras de nuestras llagas, se atisban segmentos en el pueblo que nos dicen que no todo està perdido.
Porque hemos de vivir continuamente en estas enternas disputas, en este querer atropellarnos inmisericordemente unos a otros, en este no querer anteponer nuestro bienestar personal en aras de la patria trayendo como consecuencia que nos desbordemos y surja la ira, provocada tanto de los militantes de un partido como de otros donde las pasiones tienden a resurgitar como volcanes vomitando fuego y lava, produciendo conmociones terribles a su alrededor, haciendo a su vez imposible la existencia de un entendimiento entre los seres humanos que forman parte protagònica de las tragedias polìtica que vivimos dia a dia los dominicanos....
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