Alberto de Mónaco contrae matrimonio civil, en una ceremonia breve y sobria
MÁBEL GALAZ - Madrid - 01/07/2011
Y ella dijo "oui". Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock se convirtieron en matrimonio cuando el reloj del palacio de los Grimaldi marcaba las 17.08 de la tarde. Fue una ceremonia breve, oficiada en inglés y francés, celebrada en el Salón del Trono a la que asistieron 80 familiares. Y como en todas las bodas hubo lágrimas, esta vez las de Estefanía, la hermana emocionada del príncipe, sentada junto a una impertérrita Carolina. En las calles, los miles monegascos que seguían en el circuito de televisión la ceremonia estallaron en júbilo: ya tenían una princesa y con ella asegurado el futuro del Principado.
Vestida de manera muy sobria, con un traje de chaqueta azul cielo de Chanel, su pelo rubio recogido de manera sencilla y un suave maquillaje, Charlene se mostró como una novia emocionada y contenida en sus sentimientos y tímida también a la hora de contestar a la preguntas de Philippe Narmino, el consejero del Estado que ofició la ceremonia civil. Solo se la escuchó rotunda cuando le preguntaron si quería convertirse en esposa de Alberto de Mónaco. Respondió alto y claro en francés, si bien en otros momentos lo hizo en inglés, su idioma nativo. Una de las pocas sonrisas que se le escapó fue cuando Narmino le dijo: "Te casas con un príncipe pero también con un país". Ella mejor que nadie sabe el porqué de su matrimonio.
Tras 20 minutos de ceremonia, el nuevo matrimonio firmó el acta con un bolígrafo especialmente diseñado por Montblanc con piedras preciosas y el anagrama de la pareja. Los testigos elegidos por la pareja fueron para el príncipe soberano Chris Le Vine, sobrino de la fallecida Grace Kelly, y Donatella Knecht de Massy, mujer de uno de los nietos de la también fallecida princesa Antonieta de Mónaco, en el caso de Charlene.
El momento más esperado llegó cuando Alberto y su princesa salieron al balcón del Salón de los Espejos para saludar al gentío que les aguardaba para aclamarles. Allí se dieron el primer beso, un beso breve y contenido, que no dejó satisfecho a los presentes que reclamaron más.
Pero la fiesta no ha hecho nada más que empezar. La jornada seguirá con una fiesta en la calle en la que se servirá un buffet preparado por el Fairmont Monte-Carlo, que contará con platos mediterráneos y algunos típicos de Sudáfrica, en honor a la novia. Además, brindarán con botellas exclusivas de Champagne Perrier-Jouet.
La celebración proseguirá con un espectáculo de música electrónica y luz dirigido por Jean-Michel Jarre, en honor de los recién casad
(+)El enlace que pudo ser un desenlace
La prensa francesa asegura que Charlene Wittstock intentó huir al descubrir que el príncipe ha sido recientemente padre
MÁBEL GALAZ - Madrid - 30/06/2011
El enlace pudo haberse quedado en un desenlace. Eso se desprende de las informaciones que hoy publican varios diarios franceses en las que se insisten en que Charlene Wittstock, la prometida del príncipe Alberto, se dirigió el pasado domingo al aeropuerto de Niza para huir del palacio de Mónaco. La causa: nuevas revelaciones sobre la vida privada de Alberto que habrían provocado un gran disgusto en la futura princesa. Se dice que Charlene se enteró de que Alberto -además detener una hija de 19 años y un hijo de 12-, habría sido padre hace dos años de otro hijo, y hace dos semanas de otro más. Alberto y Charlene se conocieron hace 10 años, formalizaron su relación hace cinco y anunciaron su compromiso hace uno, de tal manera que los dos últimos hijos habrían nacido cuando el príncipe ya habría decidido casarse con la nadadora sudafricana.
El palacio de Mónaco niega, como ya anunció en un comunicado oficial, que Charlene fuera una novia a la fuga, pero el diario francés Le Figaro asegura en su edición digital que una filtración de la policía del aeropuerto de Niza dio la alerta. "Esos rumores solo tienen como objetivo dañar gravemente la imagen del soberano, y en consecuencia la de Wittstock, y suponen un perjuicio grave para este feliz acontecimiento", indicó Palacio en un comunicado. Todo está a punto para dicho acontecimiento, ya que la boda se celebrará los días 1 y 2 de julio.
Pese a ello, el diario L'Express añade que la novia, que esta semana ha acudido a París para las últimas pruebas del vestido, al parecer "evita ostensiblemente" las reuniones y fiestas familiares, lo que contribuye, a su juicio, a incrementar los rumores. El Ministerio del Interior en París, sin embargo, se abstiene de comentar lo sucedido.
Fue L'Express quien dio la primera información de que la novia había suspendido la boda para regresar a toda velocidad a su hogar en Sudáfrica. Stéphane Bern, asesor de la familia Grimaldi, ha hablado del asunto para asegurar: "Una mujer puede muy bien decir que ella está embarazada del príncipe. No vamos a hacer una prueba de ADN para comprobarlo, tres días antes de la boda".
Los dos hijos reconocidos del príncipe Jazmin Grace, de 19 años, cuya madre es una camarera estadounidense, y Alexander, de 7 años, nacido de una relación con una azafata aerea togolesa de origen francés, llamada Nicole Coste, no estarán presentes en la boda, ya que el príncipe no quiere imponer a los niños su "exposición a los medios".
(+)
Charlene, ¿novia a la fuga?
El palacio monegasco desmiente que la prometida de Alberto haya intentado suspender la boda y asegura que los "rumores" pretenden "dañar la imagen del soberano y de su prometida"
EL PAÍS - Madrid - 28/06/2011
Cuando apenas faltan tres días para la boda que unirá a Alberto II de Mónaco con su prometida, Charlene Wittstock, los rumores de crisis en la pareja se multiplican. Esta tarde el Palacio de Mónaco ha enviado un comunicado para zanjar los rumores de ruptura de la pareja, que el semanario francés L'Express ha hecho públicos estos días.
El comunicado hecho público por el palacio dice: "Desmentimos oficialmente la información publicada esta mañana en L'Express. Los rumores pretenden dañar la imagen del soberano y, en consencuencia, la de su prometida, Charlene Wittstock, y tienen un perjuicio grave para este feliz acontecimiento". Alberto y su prometida se casarán este viernes en un enlace civil, y el sábado en otro, de carácter religioso.
Según el semanario francés, los problemas habrían empezado la semana pasada. Entonces, la exnadadora olímpica se habría marchado "precipitadamente" de Mónaco en dirección al aeropuerto de Niza (localidad cercana al Principado) para "embarcarse en un vuelo en dirección a Sudáfrica". "Un vuelo sin retorno", según publica L'Express, que especula con que Wittstock habría comprendido que "la vida privada del hombre con el que estaba a punto de casarse [...] no era tan ejemplar como ella imaginaba".
El semanario recuerda que Alberto de Mónaco hizo público que tiene dos hijos de dos madres distintas, Alexandre Eric Stéphane, que nació en París en agosto de 2003 (y al que reconoció en julio de 2005), y Jazmin Grace Rotolo, californiana nacida en 1992, y de la que hizo pública su paternidad en junio de 2006. Ninguno de ellos podrá heredar el trono del Principado al haber sido concebidos fuera del matrimonio.
Sin embargo, y siempre según la versión del semanario, en el último momento consiguieron convencer a Wittstock para que volviera a Mónaco y cumpliera su compromiso matrimonial, para el que ya está todo preparado y para el que la novia está realizando las últimas pruebas del vestido en París. Además, L'Express afirma que la futura Charlene de Mónaco evita "ostensiblemente" las reuniones y fiestas familiares. Sin embargo, recientemente se la ha podido ver charlando con la princesa Carolina y su hija, Carlota Casiraghi, en una competición hípica en el Principado.
(+)
Charlene, una nueva Grace
Dentro de un mes, Mónaco celebrará la esperada boda del príncipe Alberto que asegurará el futuro del Principado
MÁBEL GALAZ - Madrid - 29/05/2011
Raniero de Mónaco se marchó a Hollywood para encontrar una princesa con la que asegurar el futuro del Principado y devolverle su brillo perdido; y halló a Grace Kelly. Alberto de Mónaco, su hijo, y ahora monseñor del Estado monegasco, también ha buscado su princesa con el mismo objetivo, pero lo ha hecho en el mundo en el que mejor se mueve: el deporte. Si hace 25 años, Alberto se paseaba por las calles de Madrid durante la disputa del Mundial de Natación con el saltador de trampolín Greg Louganis, ahora lo hace por las alfombras de los palacios europeos con Charlene Wittstock, una nadadora de 33 años que acaba de salir de la piscina para convertirse en la gran esperanza del Principado y acallar los rumores sobre Alberto y su escaso interés por el matrimonio a sus 53 años.
La nadadora, de 33 años, ha esperado una década a que él se decidiera
Dentro de un mes será la gran semana de Alberto y Charlene. Porque la suya no se trata de una boda al uso, de esas que organizan las casas reales. Ellos tendrán dos bodas: una civil el 1 de julio y otra religiosa el 2. Además habrá conciertos en las calles, fiestas en las mansiones de los Grimaldi y espectáculos de todo tipo con el objetivo de promocionar las bondades del Principado de Mónaco. Y es que si en esta boda se presupone que hay amor de por medio, lo que nadie duda es que se trata de un matrimonio del que depende el futuro de este pequeño Estado que vive permanentemente amenazado por ser fagocitado por Francia. Su supervivencia depende de que los Grimaldi sigan gestionando su destino más como empresarios de un próspero negocio que como miembros de una casa real. Pero para ello el príncipe debe tener descendencia reconocida y Alberto hasta ahora la tenía, pero no era la adecuada. Hace varios años se filtró que era padre de una niña residente en Estados Unidos, y de un niño que pasaba temporadas en Mónaco.
Los ya adolescentes hijos de Alberto son fruto de dos relaciones pasajeras que mantuvo cuando al príncipe se le veía pasear más con amigos que con amigas. El reconocimiento público de estos dos hijos, que ya lo habían sido formalmente en el registro civil -al nacer, en 1992 y 2003- no resolvía el problema de la sucesión, ya que las leyes monegascas dejan muy claro que los hijos del heredero deben ser concebidos dentro del matrimonio. Para lo que sí sirvió el descubrimiento fue para acallar rumores y preparar el camino.
Fue hace 10 años cuando Alberto conoció a Charlene. Ella competía y él asistía como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). Se fijó en ella por su parecido con Grace Kelly, pero nadie imaginó entonces que sería la elegida tras un largo periodo de reflexión. En este tiempo de incertidumbre se llegó incluso a barajar la posibilidad de que fuera Andrea, el hijo mayor de Carolina, quien sucediera a su tío. Pero pronto esta opción quedó descartada, porque el joven dejó claro que prefería ser un rico heredero de fiesta en fiesta que el gestor de los negocios de los Grimaldi. Además Carolina, llamada a ser la primera dama y ayudante de su hermano, no tenía tiempo de controlar a su descontrolado marido Ernesto de Hannover y atender a las cuestiones protocolarias. Por eso la opción de Charlene ganó enteros.
Como deportista que es, esta joven sudafricana de 33 años ha sabido correr esta carrera de fondo, medir sus fuerzas y sobre todo esperar. Diez años ha tenido que aguardar Charlene para que Alberto se comprometiera. En una reciente entrevista concedida ante su inminente boda ha confesado que no esperaba que el príncipe se lo pidiera, quizá porque había perdido la esperanza. Fue justo antes de la boda de Victoria y Daniel de Suecia. Sorprendió la presencia de Alberto y Charlene en los salones de palacio con todas las cabezas reinantes presentes. Pocos días después se supo que ya estaban comprometidos y una semana después lo anunciaban.
En el último año la maquinaria de palacio ha estado trabajando para Charlene, que cada vez se parece más a Grace en su forma de vestir, de hablar, de pensar. Quien, por si quedara alguna duda, sabe cuál es su misión en el Principado y así lo ha dicho: "Quiero ser madre cuanto antes".