25 noviembre, 2008

LAS HERMANAS MIRABAL: ANTOLOGIA DE UN DOLOR NO SANADO....

El tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina ordena matar a las luchadoras opositoras Minerva Mirabal de Tavárez y a su hermana María Teresa Mirabal de Guzmán, en octubre del 1960.

El 25 de noviembre del 1960 son asesinadas por esbirros de la tiranía, junto a su hermana Patria Mirabal de González y Rufino de la Cruz Disla, luego de una visita que hicieran a los esposos de las condenadas, José Alejandro Guzmán Rodríguez y Manuel Aurelio Tavárez Justo, presos políticos y líderes de un movimiento antitrujillista conocido como 14 de Junio.

FORTALEZA DE SALCEDO.-Noviembre del 1960
En el interior de una celda Manolo Tavárez Justo y Leandro Guzmán están presos. La puerta es abierta violentamente por varios militares dirigidos por un oficial.Oficial:–Prepárense que se van de aquí.
Manolo:–¿Cómo que nos vamos de aquí? ¿Para dónde?
Oficial:–Cállese la boca y no pregunte.
Acto seguido los prisioneros son esposados, sacados de la fortaleza militar y entregados a agentes del Servicio de Inteligencia Militar –SIM– de la tiranía, quienes los introducen a un carro de los denominados “cepillo” (VW) y al salir por una de las calles de Salcedo se topan con Jaime Enrique, sobrino de Manolo y Leandro, quien al verlos intenta hablar con ellos pero el vehículo no se detiene y el muchacho de 12 años corre hacia la casa donde su mama Dedé Mirabal a quien le relata el fugaz encuentro con sus tíos.
OJO DE AGUA. CASA DE LAS MIRABAL
Jaime Enrique:–Sí, sí, tío Manolo y a tío Leandro, que se los llevaban en un carro.
Dedé:–Minerva, ven acá rápido.
Minerva:–Dime Dedé, qué fue…
Dedé:–Jaime Enrique, cuéntale a tu tía lo que viste.El niño relata la historia. Minerva se pone en acción, llama a María Teresa y las tres se presentan ante el despacho del comandante de la fortaleza de Salcedo.
Oficial:–No hay que preocuparse por nada, señoras, sus maridos fueron trasladados a la fortaleza San Felipe de Puerto Plata, un traslado rutinario…
María Teresa:–¿Y por qué para allá, tan lejos de sus familias?
Oficial:–Eso es una orden de arriba.
EN LA CARRETERA HACIA PUERTO PLATA
El “cepillo” transita con Manolo, Leandro y tres agentes del SIM. Los presos van en el asiento trasero junto a uno de los esbirros, cuando se origina una conversación debido a la incomodidad que le producen los grilletes a Leandro, quien está esposado con las manos atrás.
Agente del SIM:–¿Qué le pasa?
Leandro:–Es que estas esposas me están rompiendo las muñecas…
Agente del SIM:–¡Ah! Echate pa’lante.
Chofer del SIM:–Mira, déjate de estar de pendejo. Qué tiene tú que ver, coño, si le tá jodiendo la muñeca, coño, que se joda.
Aún asi el agente continua acomodando a Leandro.
CASA DE LAS MIRABAL
Minerva:–No, no, no… tenemos que ir ahora mismo para allá. Dedé, quédate con los muchachos y le dices a mamá lo que está pasando.
Dedé:–Vayan con cuidado, ¡que esa carretera es muy peligrosa!
FORTALEZA DE SAN FELIPE
El comandante de la Fortaleza de San Felipe recibe al capitán del Ejército, Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM en la región Norte.Capitán Peña Rivera:–
¡Coronel Saladín! ¿Dónde están los pendejos esos…?
Coronel Saladín:–Están por ahí, ya se los mandé a buscar, capitán. Mire, aquí hay que partirles el pescuezo a to’eso conspiradores comunistas, sobre todo a la engreída esa, la Minerva Mirabal…
Capitán Peña Rivera:–Coronel Saladín, hay que ser discreto. El jefe no quiere que esta vaina se sepa mucho…En ese momento entran Manolo y Leandro con las manos esposadas atrás.
Coronel Saladín:–¡Ah, capitán, aquí están los comunistas!
Capitán Peña Rivera:–¿Ustedes saben por qué están aquí? Ustedes están aquí porque tenemos informes de que se va a producir un desembarco de armas, por aquí, por esta área. Yuyo D’Alessandro se puso a hablar por Radio Swan y sabemos con lujo de detalles que ellos vendrán por aquí; así que ustedes dos están aquí para tenerlos a todos juntos cuando los atrapemos.
Coronel Saladín:–Mire, capitán, déjese de hablarles así a estos muchachitos. ¡Coño! Pero que dos buenos pendejos. Y estos son los carajitos que quieren tumbar al generalísimo Trujillo. Ustedes no son más que una partía de vagabundos. Conspiradores comunistas. Al Diablo van ustedes a tumbar. Sólo a un comemierda se le ocurre conspirar contra el Benefactor de la Patria. ¡Malagradecidos!
Capitán Peña Rivera:–¡Eso es lo que ustedes se ganan muchachones! Coronel, nos mantendremos en comunicación. Ah, y dígale a las esposas de esta gente que pueden visitarlos sólo los viernes en la tarde.
El capitán Alicinio Peña Rivera se retira de la Fortaleza San Felipe. El coronel Saladín envía a Manolo y a Leandro a las celdas.
Coronel Saladín:–Raso, llévese a estos pendejos, encuérenlos y métanlos en la última, en la de allá atrás.Ese mismo día, horas después de retirarse el jefe del SIM, capitán Alicinio Peña Rivera, llegan Minerva y María Teresa a la Fortaleza San Felipe de Puerto Plata y se entrevistan con el coronel Saladín, quien les concede un encuentro fugaz con sus maridos presos.
SALÓN DE LA FORTALEZA SAN FELIPE
Minerva y María Teresa entran apresuradamente al salón donde esperan Manolo y Leandro con las manos esposadas delante.
Minerva:–Manolo, Leandro. Esto fue sorpresivo.
Manolo:–Esto no me gusta nada.
Leandro:–¡María Teresa! María Teresa:–¿Cómo están aquí?
¿Qué les hace falta?
Leandro:–Colchones y mosquiteros, y algunos libros.
Manolo:–Sí, pero ahora estamos más lejos y ustedes no pueden estar viajando en esa carretera tan peligrosa…
Minerva:–Aquí hay un amigo de la familia, se llama José Eugenio Pimentel Lister.
Manolo:–Ese es a quien le dicen Don Chujo.
María Teresa:–Anjá. Con Don Chujo hay confianza.
Manolo:–Bueno, ¿y con quién andan ustedes?
Minerva:–Con Purita y René Bournigal, ellos nos trajeron y se quedaron ahí afuera.
María Teresa:–El coronel Saladín dijo que sólo podíamos venir los viernes…
Leandro:–Los viernes en la tarde, eso lo ordenó el capitán Víctor Alicinio Peña Rivera. A propósito, María Teresa trata de ser más cautelosa cuando tú hables en la calle sobre la situación…
María Teresa:–¿Por qué lo dices?
Leandro:–Porque ese capitán, que es el jefe del SIM, me llamó un día, cuando estábamos en la Fortaleza de Salcedo, y me dijo, me contó lo que tú le habias dicho a un joven de Santiago, que tú le dijiste a esa persona que “la juventud está muy tranquila”, y Víctor Alicinio Peña Rivera vino y se pronunció diciendo “Mira Leandro, ahí está tu mujer jodiendo”, y me mostró la declaración de ese hombre…
María Teresa:–¡Ah! Sí, ya sé quién es. Pero despreocúpate, seré más cautelosa
.El encuentro es terminado por órdenes del coronel Saladín, quien reunido en su despacho con un agente del SIM se comunica con el jefe del SIM a nivel nacional, Candito Torres Tejada.
Coronel Saladín:–Cabo, comuníqueme con Candito Torres Tejada –del otro lado de la línea responde el temible jefe del SIM– ¡Ah!, señor, es para informarle que su orden se cumplió. Sí, señor, aquí les dijimos que podían visitar a sus maridos solamente los viernes en la tarde. Bueno, señor, el capitán Alicinio Peña Rivera, que le comunicara cuando ellas estuvieran por aquí, como los presos me los trajeron hoy, pues ellas se aparecieron en la tardecita, pero ya se fueron para Salcedo. Sí, señor, estoy a sus órdenes, así se hará (el interlocutor cuelga el auricular).
OJO DE AGUA, SALCEDO. -CASA DE LAS MIRABAL
Minerva y María Teresa acaban de llegar muy tarde en la noche y en ese instante también se presenta doña Fefita, madre de Manolo. Doña Chea, su abnegada madre, las abraza y trata de tranquilizar su agitación.
Minerva:–Es un abuso, mamá. Es el colmo de esta desgracia, nos llevan a los muchachos, los tienen presos como si fueran perros, y encima nos dicen que sólo los podemos ver los viernes. Y no los vamos a dejar solos. Que Trujillo siga confiscándonos lo que le dé la gana, pero a ésta que está aquí sólo la detienen con la muerte.
Doña Chea:–¡Cálmense! ¿Quién les dijo eso de que sólo los viernes podían visitar a sus maridos?
María Teresa:–Dice Leandro que esas son cosas del SIM.
Minerva:–Iremos a Puerto Plata en lo que sea y como sea. De seguro que están planeando algo malo, pero no les daremos el gusto, no dejaremos solos a Leandro y a Manolo.
Dedé:–Hay que tener cuidado, miren lo que le pasó a Marrero Aristy, ¡que Dios no lo quiera!Minerva:–Trujillo es loco, pero no tanto. Ahora, si estuvieran pensando en “accidentarnos” ya lo hubiesen hecho. Olvida eso Dedé.
Dedé:–No me olvido de eso, no. Tú sabes que igual hicieron con Donato Bencosme, y eso que él sólo hablaba mal de Trujillo, pero tú eres otra cosa, tú diriges un movimiento antitrujillista, te apresan a cada rato, y si te soltó de seguro que no es para nada bueno.
Minerva:–Trujillo no le tiene nada bueno a nadie en este país… Pero ya, que tú sabes que no estoy sola. Dios me cuida…
DÍAS DESPUÉS
Se acerca el 25 de noviembre del 1960. Minerva ha realizado ya dos viajes a Puerto Plata y se siente confiada. El rumor crece sobre un supuesto plan para asesinarla. En cada conversación alguien le refiere lo mismo, sin embargo ella mantiene su posición de continuar los viajes. Con el médico Angel Concepción hablaron ella y María Teresa sobre el tema el 24 de noviembre, él era su compadre y apoyaba sus acciones.
Minerva:–Doctor, me dijeron que no fuéramos mañana a Puerto Plata, porque nos van a accidentar.
Angel Concepción:–Mire comadre, eso es verdad. Mañana no es un buen día…
María Teresa:–Pero es que ahora ellos necesitan que usted vaya rápido…a ver cómo anda la salud de ellos…
Angel Concepción:–Bueno, como están las cosas, pero si vamos es mejor irnos por Nagua y Gaspar Hernández. Ya mataron a Ramón Marrero Aristy en esa carretera…
Minerva:–Marrero Aristy, qué solos se quedan los muertos… pero tú no estás solo. Doctor, usted sabe las condiciones en que están Manolo y Leandro. El único momento de alegría que tienen es cuando nos ven. ¿Qué pensaría usted de la esposa que por temor a la muerte deja de cumplir con su deber de esposa?
Angel Concepción:–Estoy preocupado con su seguridad, Minerva…
Minerva:–Doctor, no me diga que usted también cree tanto en esos rumores…
Angel Concepción:–Mira, Minerva, Trujillo cada vez que viene por aquí lo dice, que el problema de él son los curas y las Mirabal, o sea tú Minerva…
Minerva:–¡Ay, doctor Concepción! Nosotras seremos un problema para ese infeliz, pero no es verdad que nos va a mandar a matar así como así. Yo no creo que se atreva a tanto.
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ULTIMO DIA DE LAS HERMANAS MIRABAL
Rumbo a la inmortalidad

El 25 de noviembre de 1960, Minerva y María Teresa, partieron de nuevo hacia Puerto Plata. Le acompañó también Patria, esposa de Pedro González, que guardaba prisión en La Victoria.

Rufino de la Cruz Disla(1923-1960)
Campesino, conductor y héroe. Nació en Salcedo en 1923, en cuyos campos se dedicó al cultivo de la tierra de sus familiares. Simpatizante de la causa antitrujillista, en 1960 acompañó como chofer, a las Hermanas Mirabal, durante el viaje semanal que efectuaban a la cárcel pública de Puerto Plata, con el propósito de visitar allí a sus esposos. Murió asesinado, junto a las heroínas, en La Cumbre.

Para tal ocasión contrataron un vehículo fuerte ("Jeep"), pues la carretera elegida, la que conduce a Puerto Plata por la vía de Guazumal (Tamboril) - La Cumbre, era difícil, y además, se encontraba en mal estado. Le acompañaba, como conductor, Rufino de la Cruz.

En la visita que hicieron a Manolo y Leandro, las hermanas Mirabal comentaron a sus maridos los rumores que circulaban en Salcedo sobre la posibilidad que sufrieran un "accidente", estilo clásico que utilizaba la tiranía cuando ordenaba la desaparición de un opositor importante, con la supuesta intención de ocultar el crimen.

El informe preocupó enormemente a los esposos del 14 de junio, y Manolo sugirió que cesaran los viajes, y que se mudaran a Puerto Plata, para evitar transitar por carretera.
La recomendación llegó tarde. La orden de asesinar a las hermanas Mirabal ya había sido cursada, y en Puerto Plata se encontraban ya los ejecutores: Ciriaco de la Rosa, Ramón Emilio Rojas Lora, Alfonso Cruz Valerio y Emilio Estrada Malleta, todos miembros de Servicio de Inteligencia Militar. El último, de origen cubano, había prestado esos mismos servicios a la dictadura de Fulgencio Batista.

Cuando las hermanas Mirabal abandonaban a Puerto Plata rumbo a su hogar, fueron detenidas aparatosamente por un vehículo que interceptó el jeep que los conducía. Introducidas a empujones al carro de los matones, y llevadas a un lugar previamente escogido, cercano a La Cumbre, en la carretera bordeada por un precipicio, y allí fueron muertas brutalmente asesinadas a garrotazos y luego de puestos los cadáveres en el jeep, los asesinos lo precipitaron hacia el abismo, aproximadamente a las 7:30 p.m. del 25 de noviembre de 1960.

He aquí la fría narración de uno de sus autores, Ciriaco de la Rosa:
"Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.

Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos".

Seis meses después, empezaba a derrumbarse el régimen luego del asesinato de Rafael L. Trujillo el 30 de mayo de 1961.

En honor a estas valientes hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia en el año 1981.

CANTAN A LAS MIRABAL.
Por: Aída Cartagena Portalatín
Estaba Minerva? Estaba
Estaba Patria? Estaba
Estaba Maria Teresa? Estaba
Estaban las Mirabal.
Encendido en cada pecho
El dolor / la cruz
Chorro de sangre los ojos
Lagrimas de tantos huesos…
Las tres amaban la patria
El tambor /
la libertad
Las tres rodaron /
cada una
Era bandera
Una bandera muy grande
Que aprisionaba sus cuerpos
Con la carne destrozada.
Donde flotan las banderas
Lloran por la libertad
Minerva /
Patria /
Maria Teresa
Que bellas en el tope están
Las hijas de doña Chea
Madre de las Mirabal.

2 comentarios:

Aleini dijo...

ADMIRO A LAS MIRABAL FUERON GRANDES MUJERES QUE LUCHARON POR AMOR A SU PAIS NO FUE JUSTO ESE BRUTAL ASCECINATO NADIE SE MERECE UNA MUERTE ASI ESPERO QUE DIOS LAS GUARDE BIEN COMO UN GRAN TESORO DOMINICANO

!!!QUE VIVAN LAS MIRABAL!!!

Manny Solano dijo...

Podria alguien decirme como murieron estos animales paleros..quisiera saber?