Tras las rejas del Palacio presidencial, centenares de haitianos, muchos de ellos niños, gritaban a los soldados que les dieran agua y comida al verlos descargar sus provisiones.
LA PRENSA/AFP
Beatriz Lecumberri
PUERTO PRINCIPE/AFP
Centenares de haitianos asistieron este martes, entre la resignación y la ira, al impresionante aterrizaje de varios helicópteros de tropas estadounidenses en el Palacio presidencial, en un acto considerado por muchos una pérdida de la soberanía.
"Es una ocupación. El palacio es el país, representa nuestro poder, es nuestro rostro, nuestro orgullo", critica Feodor Desanges.
Una semana después del terremoto que devastó la capital haitiana y dejó entre 100 mil y 200 mil muertos, esta fue la primera vez que los haitianos pudieron observar a las tropas enviadas por Estados Unidos en el centro de la ciudad.
"No los he visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde la gente necesita urgentemente agua, alimentos y medicamentos. Esto se parece más a una ocupación", lanza Wilson Guillaume, estudiante haitiano de 25 años.
Al menos cuatro helicópteros trasladaron a alrededor de un centenar de soldados paracaidistas de la 82ª división aerotransportada hasta el interior del recinto, ante la mirada atónita de centenares de haitianos, que perdieron sus casas en el sismo y viven como refugiados en los jardines que rodean el palacio.
"El problema es que nuestro gobierno no es bueno. Lo que está ocurriendo hoy en Puerto Príncipe es una vergüenza para la historia y la independencia de Haití", agrega Feodor Desanges.
Las tropas estadounidenses, apostadas hasta el momento en los alrededores del aeropuerto, trajeron consigo abundante agua y comida al palacio, aparentemente con la intención de instalar una pequeña base de apoyo.
Tras las rejas del recinto, centenares de haitianos, muchos de ellos niños, gritaban a los soldados que les dieran agua y comida al verlos descargar sus provisiones.
"¿Vinieron a ayudarnos? ¿Nos traen ayuda ya?", preguntaban los damnificados por el sismo, apretados unos contra otros contra los barrotes de hierro que protegen el recinto.
Una hora después, los soldados abandonaron a pie el palacio para custodiar el hospital general de Haití, desbordado por los heridos.
A su paso, los gritos de "bienvenidos" y "gracias" se mezclaban con los de "váyanse a casa" y "no nos ocupen".
"La prioridad para ellos es el poder y no dar seguridad al pueblo. Por eso empiezan por el aeropuerto y por el palacio presidencial", lanzó Antoine, que perdió su casa y vive con su familia en los jardines de los Campos de Marte, frente al palacio presidencial.
Davilmar Jonas no duda en contradecir a su compatriota y subrayar que hay "muchos haitianos" que sí creen en las buenas intenciones de Estados Unidos.
"Creo que Estados Unidos sí tiene voluntad de ayudarnos y podremos trabajar juntos en levantar de nuevo el país. No sé por qué empezaron ocupando nuestro palacio pero ellos sí quieren echarnos una mano", asegura este funcionario público.
Para Herold Line, profesor haitiano, no es un problema si los estadounidenses toman el palacio presidencial si de verdad luego comienzan a extenderse por la ciudad.
"Lo que importa es que nos ayuden a reconstruir el Estado y las instituciones públicas que son inexistentes", explica.
"La prioridad es sacar a los últimos supervivientes de debajo de las piedras, prevenir una epidemia y dar de comer y beber a los miles de damnificados", agrega.
Pasados siete días del sismo, miles de haitianos que quedaron sin hogar han abandonado la ciudad mientras muchos otros siguen viviendo en las calles y esperando ayuda internacional.
"La prioridad de Estados Unidos debe ser encontrar un lugar digno para todos estos refugiados", considera Clarisse, una madre de familia que observa con desencanto la llegada de un nuevo helicóptero estadounidense al palacio.
"Si tuviera frente a mí al señor Barack Obama le diría que lo que necesitamos es seguridad. Hay miles de personas sin hogar, no hay Estado y la calle está llena de bandidos", asegura por su parte Nicolas Fritz.
El presidente estadounidense Barack Obama tiene previsto enviar a Haití un impresionante dispositivo de ayuda que incluye un contingente de 10 mil soldados.
LA PRENSA/AFP
Beatriz Lecumberri
PUERTO PRINCIPE/AFP
Centenares de haitianos asistieron este martes, entre la resignación y la ira, al impresionante aterrizaje de varios helicópteros de tropas estadounidenses en el Palacio presidencial, en un acto considerado por muchos una pérdida de la soberanía.
"Es una ocupación. El palacio es el país, representa nuestro poder, es nuestro rostro, nuestro orgullo", critica Feodor Desanges.
Una semana después del terremoto que devastó la capital haitiana y dejó entre 100 mil y 200 mil muertos, esta fue la primera vez que los haitianos pudieron observar a las tropas enviadas por Estados Unidos en el centro de la ciudad.
"No los he visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde la gente necesita urgentemente agua, alimentos y medicamentos. Esto se parece más a una ocupación", lanza Wilson Guillaume, estudiante haitiano de 25 años.
Al menos cuatro helicópteros trasladaron a alrededor de un centenar de soldados paracaidistas de la 82ª división aerotransportada hasta el interior del recinto, ante la mirada atónita de centenares de haitianos, que perdieron sus casas en el sismo y viven como refugiados en los jardines que rodean el palacio.
"El problema es que nuestro gobierno no es bueno. Lo que está ocurriendo hoy en Puerto Príncipe es una vergüenza para la historia y la independencia de Haití", agrega Feodor Desanges.
Las tropas estadounidenses, apostadas hasta el momento en los alrededores del aeropuerto, trajeron consigo abundante agua y comida al palacio, aparentemente con la intención de instalar una pequeña base de apoyo.
Tras las rejas del recinto, centenares de haitianos, muchos de ellos niños, gritaban a los soldados que les dieran agua y comida al verlos descargar sus provisiones.
"¿Vinieron a ayudarnos? ¿Nos traen ayuda ya?", preguntaban los damnificados por el sismo, apretados unos contra otros contra los barrotes de hierro que protegen el recinto.
Una hora después, los soldados abandonaron a pie el palacio para custodiar el hospital general de Haití, desbordado por los heridos.
A su paso, los gritos de "bienvenidos" y "gracias" se mezclaban con los de "váyanse a casa" y "no nos ocupen".
"La prioridad para ellos es el poder y no dar seguridad al pueblo. Por eso empiezan por el aeropuerto y por el palacio presidencial", lanzó Antoine, que perdió su casa y vive con su familia en los jardines de los Campos de Marte, frente al palacio presidencial.
Davilmar Jonas no duda en contradecir a su compatriota y subrayar que hay "muchos haitianos" que sí creen en las buenas intenciones de Estados Unidos.
"Creo que Estados Unidos sí tiene voluntad de ayudarnos y podremos trabajar juntos en levantar de nuevo el país. No sé por qué empezaron ocupando nuestro palacio pero ellos sí quieren echarnos una mano", asegura este funcionario público.
Para Herold Line, profesor haitiano, no es un problema si los estadounidenses toman el palacio presidencial si de verdad luego comienzan a extenderse por la ciudad.
"Lo que importa es que nos ayuden a reconstruir el Estado y las instituciones públicas que son inexistentes", explica.
"La prioridad es sacar a los últimos supervivientes de debajo de las piedras, prevenir una epidemia y dar de comer y beber a los miles de damnificados", agrega.
Pasados siete días del sismo, miles de haitianos que quedaron sin hogar han abandonado la ciudad mientras muchos otros siguen viviendo en las calles y esperando ayuda internacional.
"La prioridad de Estados Unidos debe ser encontrar un lugar digno para todos estos refugiados", considera Clarisse, una madre de familia que observa con desencanto la llegada de un nuevo helicóptero estadounidense al palacio.
"Si tuviera frente a mí al señor Barack Obama le diría que lo que necesitamos es seguridad. Hay miles de personas sin hogar, no hay Estado y la calle está llena de bandidos", asegura por su parte Nicolas Fritz.
El presidente estadounidense Barack Obama tiene previsto enviar a Haití un impresionante dispositivo de ayuda que incluye un contingente de 10 mil soldados.
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