Luis Alonso Fierro
El Diario
Ciudad Cuauhtémoc—
“La gente se puso de pie y me aplaudió cuando regresé y oficié la primera misa”, luego de exiliarse por cinco años en Chilpancingo, Guerrero, el padre Salomón Palma asegura llevar una nueva vida, y haber enterrado todo su pasado, el cual, dice, no quiere revivir.
Protagonista del mayor escándalo que haya tenido un miembro de la grey católica en los últimos años, Palma Chaparro confiesa que nunca tuvo miedo de retornar a la ciudad, y sólo esperó el momento adecuado. “Hay una edad en la que tenemos que volver a la familia, con los nuestros, yo tenía que estar al lado de mis hermanos”.Fue el 03 de enero de 2003 cuando la comunidad religiosa de esta ciudad y de todo el estado se cimbró al hacerse público un video en el que aparecía el padre Palma sosteniendo relaciones sexuales con su secretaria, una mujer 32 años más joven que él y casada.
Las imágenes pronto estuvieron en medios de comunicación nacionales, unos días después ya se difundían en televisoras y periódicos europeos. Mientras, en los mercados y puestos ambulantes se podía adquirir una copia “pirata” por unos 15 pesos.
El sacerdote reconoció desde un principio la veracidad del video, incluso reveló que no era algo nuevo, las imágenes se captaron años atrás, pero un grupo de pandilleros lo había robado de su casa e intentaron extorsionarlo para no difundirlo, hasta que inevitablemente llegó a la prensa.
Apoyado por un número importante de fieles y señalado por sus detractores, solicitó su cambio de sede, y fue transferido a una pequeña parroquia donde nadie supiera de su “error”, mientras la mujer y su familia escaparon a Estados Unidos.
Ahora, cuando buena parte de los cuauhtemenses han olvidado aquella historia accedió a platicar con El Diario. “Ya no doy entrevistas, mi obispo me lo tiene prohibido, vamos a platicar, pero eso si: sin fotografías”, dijo mientras se acomodaba en la sala de su casa.“La vida sigue, el mundo no se acaba, no hay que ahogarse en vasos de agua”, comenta al ser cuestionado sobre lo ocurrido cuando estaba al frente de la parroquia de Cristo Rey. “Yo estoy muy tranquilo, regresé muy fortalecido, como hombre y sacerdote”.Reconoce que no fue reprendido por los jerarcas católicos, de hecho, develó, ni siquiera se le pidió que tomara algún tipo de terapia sicológica o espiritual.
“Lo del video y sus consecuencias fue un gran peso emocional para mí, pero yo sólo me enfrenté a ello, hay lugares para atender a los sacerdotes con situaciones similares pero no me ordenaron que fuera a uno de ellos. Simplemente me alejé y cuando sentí que ya había dejado todo atrás, pude volver”.A pesar de haberlo roto, sostiene que el celibato es una gran virtud y que es necesario para que los pastores de la iglesia cumplan a cabalidad con su misión evangelizadora. “Mantenerse célibe es una liberación, es no tener ataduras ni cadenas, es entregarte de lleno al trabajo de Dios. La Iglesia ha estudiado a fondo el celibato y considera que debe seguir exigiéndolo a los sacerdotes”.
Después de reflexionar unos instantes en silencio, cita a San Pablo: “Quien sienta la necesidad de una mujer: que la busque”.Agregó que la sociedad tiende a sobredimensionar los errores de los curas. “En aquel momento fui utilizado por los medios de comunicación, la gente compraba el periódico sólo para leer el escándalo, pero nunca hablaron de las cosas buenas que hemos hecho por la comunidad”.
Asegura que no conoce el caso del Padre Alberto Cutié, quien fue captado hace dos semanas con una mujer de vacaciones en la playa y después reconoció como pareja sentimental, pero considera el caso como parte de la atención que suele dársele a cualquier situación que involucre sacerdotes en actitudes comprometedoras.
Según feligreses, el Padre Palma solía ser exacerbadamente estricto, al grado que en varias misas llegó a pedir que alguien le prestara un saco y se ponía a “tapar” a jovencitas que consideraba llevaban faldas muy cortas.él dice que no, que sólo le gusta “que las cosas se hagan bien, como Dios manda. En las misas me gusta convivir con los niños, si fuera ‘regañón’ no se me acercarían”.Fue asignado a la parroquia de San Isidro, hasta donde, dice, han llegado decenas de fieles de su antiguo templo a manifestarle su apoyo. “Nadie me ha reclamado nada ni me han enfrentado, si en la calle me topo con alguno de los que difundió el video lo saludaría con mucho gusto”.
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Contacto:(lufierro@diarioch.com.mx) lufierro@diarioch.com.mx
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