La federación argentina anuncia la marcha del seleccionador, molesto porque le quisieron imponer cambios de ayudantes
ALEJANDRO REBOSSIO - Buenos Aires - 27/07/2010
El culebrón de Diego Maradona como seleccionador argentino ha llegado a su fin. Después de la derrota de Argentina ante Alemania por 0-4 en los cuartos de final de Sudáfrica, el casi todopoderoso presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, había anunciado mediante su portavoz que quería que el astro mundial continuara hasta Brasil 2014, pero filtró a la prensa que le impondría como condición que cambiara su cuerpo técnico. La noche del martes (hora española), un día después de que Grondona y Maradona se encontraran por primera vez después del partido contra Alemania, del tres de julio, la federación argentina anunció la marcha del seleccionador. "No se dan las condiciones para su continuidad", explicó un portavoz. "La situación es irreversible, es la crónica de una despedida anunciada", había comentado unas horas antes el preparador físico, Fernando Signorini.
El encuentro entre Grondona y Maradona se iba a concretar una semana antes, pero el campeón del mundo de 1986 lo suspendió con el argumento de que quería ir a visitar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Junto al Pelusa, Chávez anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia. A su regreso, el pasado domingo, un día antes de encontrarse con quien preside la AFA desde 1979, que además es el número dos de Joseph Blatter en la FIFA, el siempre rebelde regateador de la pobre Villa Fiorito aclaró en América TV que no estaba dispuesto a cambiar su cuerpo técnico: "Si me tocan a un utilero, me voy".
En la prensa argentina, allegados a Grondona señalaban que el presidente de la AFA criticaba a los dos ayudantes de Maradona, que permanentemente aconsejaban y hasta suplían las carencias del astro como entrenador: Alejandro Mancuso, ex de Boca Juniors, y Héctor Enrique, otro campeón de México 1986. Signorini era otro cuestionado. Grondona, de 78 años, y Maradona, de 49, se encontraron finalmente el pasado lunes. No se veían desde que en la conferencia de prensa tras el partido de Alemania el seleccionador declarara que su ciclo estaba "terminado". Pero entre aquello y la reunión del lunes en Buenos Aires, jugadores, hinchas y hasta la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, habían apoyado a Maradona. Grondona, que recurrió el año pasado a la ayuda del Gobierno para que con subvenciones a la retransmisión de partidos solucionara las deudas de los clubes, también le había dado su respaldo, pero acabó siendo tan condicionado que ni él ni Maradona quisieron formular declaraciones después de las dos horas de cumbre.
"Grondona está acostumbrado a imponer; debería agradecerle a Diego", opinó el mismo día del anuncio de la expulsión del El Pelusa Signorini en el canal Fox Sports. Añadió que "nadie es tan ingenuo como para pensar que Diego iba a soportar esto, le quisieron decir: 'Te queremos echar a vos". Al mismo tiempo, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, se metía en la discusión para negar un distanciamiento del Gobierno con Maradona y abogar por la continuidad del seleccionador.
El preferido de los argentinos para sustituir al Pelusa es Carlos Bianchi, el ex entrenador del Boca Juniors y el Atlético, entre otros. Pero Bianchi no quiere saber nada de dirigir a Argentina mientras siga El Padrino, como algunos apodan a Grondona. Por eso, la prensa baraja otras opciones: Alejandro Sabella, el técnico del Estudiantes, campeón de la Copa Libertadores de América en 2009; Miguel Russo, del Racing, que también ganó la Libertadores con el Boca Juniors, y Diego Simeone, en el paro, pero con Ligas ganadas con el River Plate y el Estudiantes.
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