Internacionales, * mar, 9-feb 18:36
Por: Antonio Peña / Inter News Service
Puerto Príncipe.- Ocho de cada diez personas que residen en el barrio Cité Soleil (Ciudad del Sol), el más poblado, pobre e inseguro de Puerto Príncipe, quiere emigrar a República Dominicana y otros países, según revela un estudio hecho por organizaciones no gubernamentales en Haití.
Por: Antonio Peña / Inter News Service
Puerto Príncipe.- Ocho de cada diez personas que residen en el barrio Cité Soleil (Ciudad del Sol), el más poblado, pobre e inseguro de Puerto Príncipe, quiere emigrar a República Dominicana y otros países, según revela un estudio hecho por organizaciones no gubernamentales en Haití.
Cité Soleil junto a Péntion Ville y Delmas fueron los sectores más afectados por el sismo que afectó a la capital haitiana y zonas circundantes el pasado 12 de enero.En ese barrio donde la gente vive hacinada, la ayuda fluye con timidez, según contaron sus pobladores a una comisión de sacerdotes y representantes de ONG haitianas y dominicanas que llevaron alimentos, leche, medicinas, ropa y otra ayuda que fueron recolectadas en territorio dominicano.
Todavía el domingo, Inter News Service pudo comprobar que equipos pesados retiraban de las calles de Puerto Príncipe los escombros que dejaron los edificios que desplomó el fuerte terremoto y que causó más de 200,000 muertes, según cifras de las autoridades haitianas.Pero también en ese y otros suburbios pobres de Haití, se da otro dramático fenómeno que ya comienza a preocupar a las organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales: muchos padres desesperados por el desempleo, la miseria y el hambre, cuando observan a extranjeros, les ofertan sus hijos pequeños para que se los lleven."No hay trabajo, no hay comida, no hay nada y por eso muchos padres para no ver morir a nuestros hijos de hambre se los entregamos a familias adineradas o a extranjeros porque sabemos que tendrán mejor futuro y pueden escapar de una muerte segura", dijo el obrero haitiano Calixto Batipte a través de un intérprete.El trabajador social haitiano Joseph Simon explicó que la desesperación impulsa a muchos haitianos pobres a entregar a sus hijos a las redes que operan en este país caribeño para que los trafiquen a República Dominicana, principal destino.
"Ellos creen que les están haciendo un bien a sus hijos, pero no toman en cuenta los peligros que corren esos niños, pues no tienen defensa y por eso pueden ser víctimas de abusos físicos, sexuales e inclusive pueden ser utilizados por desaprensivos para trasplantes de órganos", declaró Simon."Noto que hay mucha desesperanza entre los haitianos, principalmente entre los jóvenes, piensan que lo han perdido todo y por eso la mayoría erróneamente está viendo la solución a sus problemas a través de la emigración, es penoso", dijo el jesuita haitiano Lissaint Joseph.
La ayuda a los damnificados de Cité Soleil y otros barrios pobres de Puerto Príncipe fue recolectada y distribuida a personas pobres por la organización no gubernamental Solidaridad Fronteriza, el Servicio Jesuíta para los Migrantes Refugiados en el noroeste de Haití, Cáritas Diocesana de la Arquidiócesis de Santiago, entre otras.El director de la ONG Centro Puente, que opera en Haití y República Dominicana, Arcadio Sosa, dijo que el tráfico de niños haitianos ha aumentado de manera alarmante a la vecina nación.
Sosa reiteró que después del terremoto ese fenómeno migratorio hasta República Dominicana se ha incrementando y activistas de derechos humanos que trabajan en los dos lados de la frontera han sido testigo de ello.No obstante, refiere que como medida de prevención, hay un equipo de personas en la ciudad haitiana de Juana Méndez, fronteriza con República Dominicana, que está tratando de establecer una vigilancia.
Según Sosa, el tráfico de menores seguirá en aumento porque no hay una vigilancia específica para esos casos ni de la parte haitiana ni la dominicana.Dijo que por el contrario, autoridades de los dos países son cómplices del tráfico de niños, niñas y adolescentes, lo que definió de criminal e inhumano.
Mientras, el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, dijo que el pueblo dominicano seguirá ayudando a Haití.De la Rosa y Carpio exhortó a los haitianos a que no pierdan sus esperanzas y que traten de reconstruir su país dentro de su mismo territorio, porque a través de la unión y con la colaboración de la comunidad internacional Haití, saldrá hacia adelante.
Fuente: DominicanosHoy
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