El reputado periodista Orlando Gil, escribe entre otras cosas lo siguiente en su columna del periòdico "Listìn Diario
Lo más grave del caso de Vivian Lubrano de Castillo no fue el indulto, sino que echara gasolina al fuego del debate, interpretando el decreto presidencial como un “levántate y anda”, pues abandonó la clínica casi inmediatamente, sin preocuparse de cubrir las apariencias. Oiga, debió haber esperado unos días e incluso someterse a otro examen riguroso, de manera que fueran sus médicos quienes dijeran que podía irse. De la forma en que lo hizo dejó sin defensa a su benefactor, que no podrá alegar razones humanitarias, y corroboró las apreciaciones de sus perseguidores morales que afirmaban que sus males eran simulados. Incluso, su conducta de pánico al revés afecta a los facultativos que la atendieron ¿Cómo aceptar en el futuro sus diagnósticos si se tiene la impresión que lo de ahora fue una burla? Con razón hay más inquina respecto a ella, como si fuera la única indultada, pero dicen que lo poco hasta Dios lo ve. Lo de Renove entra en el campo de la política, y en ese teatro a veces no se sabe quien hace de títere o de volatinero. Incluso, no se tiene claro si fueron diligencias directas o de terceros, pues las versiones abundan y la verdad se hace difícil. Me encontré con el abogado de uno de los perdonados y me advirtió sobre las muchas cosas que se dicen y de las veces que tuvo que visitar el despacho del consultor jurídico del Poder Ejecutivo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario