RIA NOVOSTI
La recesión que azota a Wall Street, otrora un símbolo del poderío financiero de EEUU y hoy en día principal culpable de la crisis global, se manifiesta estos días no sólo en la pérdida de billones de dólares y miles de empleos sino también en bromas y chistes que circulan de boca a boca, en chats o por correo electrónico.
Y aunque sea una manera de reír con lágrimas, genera mayores esperanzas de estabilización que las promesas gubernamentales."Fui a comprarme una tostadora y me regalaron un banco" es uno de los chistes más recurrentes hoy en EEUU donde quebraron más de 20 instituciones financieras en lo que va de año.
La drástica caída de las bolsas dio origen a otro chiste, el de un ejecutivo anciano intentando tranquilizar a los accionistas: "Hace 40 años, vendí 500 títulos de nuestra empresa y me compré una camioneta Ford de 1967. La semana pasada, vendí otros 500 títulos y otra vez pude adquirir una camioneta Ford del mismo año".
El mercado hipotecario fue la primera víctima de la crisis que se desencadenó en verano pasado. Desde entonces, los precios inmobiliarios cayeron en un 20% como promedio. Como resultado, urbanizaciones enteras en las zonas turísticas de Florida y California permanecen ahora sin un solo inquilino."Elimine el elemento que está de más en la siguiente cadena lógica: sífilis, herpes, sida, condominio en Miami. La respuesta es sífilis porque se cura", bromean a este respecto los inversores.
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