14 marzo, 2010

VIAJE BAJO SOSPECHA DE 21 NIÑOS DESDE HAITÍ HASTA BOLIVIA....

El documento presentado por los representantes de los menores carece de las firmas de sus padres. (Foto: EFE)
No es el primer caso de niños que son sacados de su país sin la debida permisología. (Foto: EFE)

Tres adultos detenidos recorrieron medio continente con los pequeños
MABEL AZCUI - Cochabamba - 15/03/2010

Una veintena de niños haitianos vive en la incertidumbre en un hogar de acogida del Servicio de Gestión Social (Sedeges) en la ciudad boliviana de Santa Cruz, mientras las autoridades del país intentan dilucidar su verdadera situación: víctimas de trata y tráfico de menores o pequeños emigrantes ilegales que esperan reunirse con sus padres en la Guyana francesa.

El juez Zenón Rodríguez ha enviado de momento al penal de Palmasola a dos haitianos, Dorvil Hugneau y Brevil Marie Dominique, y a una boliviana, Nora Soliz Aguilera, presuntos responsables del grupo de niños. La Defensoría de la Niñez ha abierto otra causa en el Juzgado de la Niñez y Adolescencia para establecer si los 21 niños acogidos, entre seis y 17 años, son o no víctimas de trata y tráfico. Los pequeños viajaban con adultos ajenos a sus familias y, en algunos casos, con un documento de autorización otorgado por un consorcio de abogados de Puerto Príncipe que ha sido cuestionado por las autoridades bolivianas.

Las autoridades de Migración buscan además a otros ocho niños que, supuestamente, entraron en Bolivia el 22 de enero procedentes de Perú con un grupo de más de medio centenar de adultos haitianos, con un visado de turistas que expiraba el pasado día 27. Los niños no han aparecido hasta ahora. Los haitianos llevan unos 42 días en Bolivia, según algunos medios.

La fiscal asignada al caso, Pura Cuéllar, teme que Hugneau esté relacionado con el tráfico de menores; un criterio basado, entre otros, en la denuncia de la madre de uno de los niños, que llegó hasta Santa Cruz desde Guyana para negar que hubiese dado autorización al haitiano para viajar con su hijo y por las declaraciones de otro pequeño ante el juez Rodríguez.

Ambos procesos judiciales chocan con una enorme barrera: el idioma. Los adultos y los niños hablan creole y difícilmente se encuentran traductores que contribuyan al esclarecimiento del problema. Los adultos detenidos no han podido justificar ante las autoridades las razones por las que llevaban a los niños en un largo periplo desde República Dominicana a Perú y Bolivia, con escala en Brasil, hasta llegar a Guyana tras rodear medio continente. Tampoco se ha constatado la fecha exacta de salida de Haití, si fue antes o después del terremoto, debido a las dificultades para obtener información de las oficinas públicas de Puerto Príncipe.

El abogado de los haitianos detenidos, Rafael Antezana, explicó en Santa Cruz que sus defendidos ofrecen servicios de traslado y reunión de hijos y padres que emigraron a Guyana.
La haitiana Brevil Marie Dominique negó estar involucrada y aseguró que dormía en la habitación de Hugneau porque no tenía otro lugar donde albergarse. En cambio, la boliviana Nora Soliz no supo explicar a las autoridades la presencia de tres niños haitianos en su casa y la tenencia de sus documentos. La fiscal supone que esta mujer puede ser el nexo de los haitianos en la trata de menores.

Las autoridades han acordado limitar la información a comunicados oficiales desde el jueves pasado, debido a que algunos errores publicados por medios locales podían afectar a los niños involucrados en el caso.

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