Y las luces se apagaron… Aunque la oscuridad no cubrió la noche de ayer, diversas ciudades del país se unieron al llamado mundial, simbólico, para enviar un mensaje de compromiso para combatir el cambio climático. La Hora del Planeta, convocada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), llevó a dependencias de gobierno, monumentos históricos, recintos culturales, hoteles, comercios e incluso casas habitación a guarecerse en diferentes tonalidades de oscuridad, en un evento que convocó a más de cuatro mil ciudades de alrededor de 130 países en el mundo.
El acto, que de acuerdo con la WWF es la mayor convocatoria mundial hecha sobre un tema medioambiental, tuvo como objetivo demostrar un acto de conciencia masivo sobre los peligros del calentamiento global. “La Hora del Planeta es una plataforma global para que millones de personas expresen su preocupación por los efectos devastadores del cambio climático”, señaló James Leape, director general de WWF, en un comunicado difundido en Ginebra.Si bien apagar la luz significa ahorrarla y dejar de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera, 60 minutos parecen insuficientes; sin embargo, el llamado se enfoca a adoptar una vida más “verde” en la sociedad y de manera individual, así como manifestar a las autoridades de gobierno que hay una preocupación real que deben atender más allá de su moral ecológica: la de la ciudadanía. El evento global, que inició con el banderazo en las pequeñas islas del Pacífico Chatham y Tuvalu, seriamente amenazadas por el incremento del nivel del mar, recorrió desde Los Ángeles hasta Bangkok, atravesando Dubai y Londres, sin un orden en especial mas que el huso horario.
A las 08:30 hora local de la ciudad de México, y de la mayoría de los estados del país, se llegaba “la hora del apagón”, en el “día del apagón”, como se oía en las calles de la capital en estos días. El Ángel de la Independencia lucía sus tonos morados-violáceos a las faldas de la columna, su luz blanca en el cuerpo áureo.En varios edificios sobre el Paseo de Reforma, hoteles y corporativos en su mayoría que se sumaron a la convocatoria, decrecían las luces después de que el Ángel se deshiciera de su brillo artificial, instantes después de que autoridades capitalinas, de la WWF y patrocinadores del evento bajarán el switch de la ciudad. “Este es un acto que representa lo que están obligados a hacer como ciudadanos, sobre su compromiso con sus hijos y familiares de cuidar el medio ambiente.
Lo que hacemos con este evento es apagar el switch de la inconciencia”, dijo el cantante Emmanuel al público asistente al Ángel, en nombre de las instituciones presentes. Era esta la principal sede a la que convocarían estos organismos. Centenares de personas yacían disfrutando de los espectáculos musicales realizados, antes, durante y después de La Hora. Diademas y juguetes “aeroespaciales” multicolores trataron de hacer el negocio en la noche oscura, sin embargo, ésta era parcial: quizá algunas ciudades se dieron el lujo de prescindir de su alumbrado público, aquí no.Media hora después de las 21:00 horas regresaban las luces en el Palacio de Bellas Artes, las torres de Pemex y la Mayor, inmuebles de gobierno y sitios arqueológicos e históricos custodiados por el INAH en los 10 estados participantes.
En algún momento, en otras latitudes, husos y hemisferios, la normalidad era recobrada de igual manera: en la Puerta de Brandenburgo, en el Cristo Redentor, en 200 ciudades españolas más, el Coliseo, el Partenón, ciudades de África subsahariana… alguna casa en Azcapotzalco o de alguno de los municipios más poblados del Estado de México regresaba la iluminación. Nuevos hábitos de consumo, ahorro de agua y energía, presión ciudadana a los mandatarios del mundo, separación de la basura, cuidado del medio ambiente… son la iluminación permanente que buscan adopte la sociedad, y que no se disipe como la oscuridad olvidada con el encendido de los focos ayer.
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