DIEZ AÑOS DE ELIÀN GONZÀLEZ....

Fernando Ravsberg
La Habana

Elián González se convirtió en un símbolo del histórico enfrentamiento entre La Habana y Miami.

Hace ahora diez años, la noticia de que un niño había aparecido solo en medio del mar nos llevó hasta Cárdenas, un pueblo que la mayoría de los periodistas extranjeros en Cuba nunca habíamos visitado. Llegamos junto con la televisión local a la casa de los abuelos de Elián Gonzalez.

Fue la productora que me acompañaba la que confirmó a la abuela del niño la muerte de su hija, Elizabeth Brotons. También visitamos a los abuelos paternos y nos encontramos con el padre de Elián, Juan Miguel González.

Después vino la peregrinación constante a Cárdenas de cientos de periodistas nacionales, extranjeros residentes y enviados especiales. Los asombrados habitantes del pueblo nos veían entrar y salir en busca de la más mínima noticia.

Miami y Cárdenas fueron de pronto el centro de la atención mundial. Durante los 266 días que Elián estuvo en Estados Unidos, el tema se mantuvo en la agenda de casi todos los medios. Hay quienes afirman que fue el niño mas fotografiado de la historia.
La batalla política

El caso Elián atrajo la atención de los medios de todo el mundo.
Elián González, se convirtió en un símbolo del histórico enfrentamiento entre La Habana y Miami. En su primera alocución sobre el tema, Fidel Castro les advirtió a los exiliados que no intentaran quedarse con el niño. Logró exactamente lo contrario.

Los medios de prensa del estado de Florida apoyaban abiertamente esta pretensión del exilio. A tal grado que la presentadora española de un canal hispano lloró ante las cámaras cuando tuvo que dar la noticia de que Elián había regresado a Cuba.

Castro comprendió rápidamente que sería una batalla política de la cual los exiliados saldrían desprestigiados. Movilizó al país completo, manifestaciones de millones de personas levantando la consigna "¡Devuelvan a Elián!".

Los canales de la televisión cubana pasaron, por primera vez, imágenes de los mítines en Miami y declaraciones de los líderes anticastristas. La más cruda de ellas fue la de una exiliada pidiéndole a Dios que derribe el avión que traía de regreso a Elián.

Juan Miguel
Sin embargo, la apuesta de Fidel Castro no estuvo exenta de riesgos políticos. El mayor de ellos fue permitir que Juan Miguel González viajara a EE.UU. con toda su familia y que se le instalara fuera del alcance de los diplomáticos cubanos.

El padre de Elián mantuvo una relación difícil con los periodistas.
No se equivocó al valorar la personalidad del padre de Elián. En Cuba la gente dice que la propia Hilary Clinton -entonces primera dama- le ofreció millones de dólares si aceptaba quedarse en los EE.UU., algo que González nunca confirmó ni desmintió.

Pero para los periodistas en ambas orillas, Juan Miguel se convirtió poco a poco en un hombre difícil. Consideraba que nuestros colegas de Miami estaban manipulando y acosando a su hijo, y se cerró a la prensa, negándonos entrevistas y declaraciones.
El reflejo se mantuvo por mucho tiempo, tanto que cuando el niño ya estaba de regreso, en una inauguración del curso escolar, el propio Fidel Castro tuvo que intervenir para que el padre de Elián nos permitiera acercarnos a su hijo.

Pronto el niño balsero cumplirá los 16 años, ya es un adolescente y, como su padre, poco amigo de los medios. Posiblemente nunca pueda llevar una vida normal, de alguna forma aún mantiene sobre su persona la atención de mucha gente.

Vive ahora en una casa mejor pero su padre sigue trabajando –igual que antes- en hostelería en el balneario de Varadero. Por lo menos ya descansa un poco de los actos políticos en los que lo ubicaban en primera fila para que las cámaras lo enfocaran.
Sin periodistas de uno y otro lado que lo persigan, Elián tiene ante si su propia lucha interna, la lucha por olvidar el terrible drama de su infancia.