La catástrofe del vuelo AF-447
Los equipos de rescate brasileños y franceses, en colaboración con EE UU y España, intensifican su labores de búsqueda en un área de miles de kilómetros.- Un piloto brasileño asegura haber visto "extraños puntos naranjas" en aguas senegalesas
ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid / Brasilia - 02/06/2009
La aerolínea Air France ha habilitado un número de teléfono para los que se quieran poner en contacto con la compañía: 0800 800 812 para las llamadas desde Francia, y +33 1 57 02 10 55 para los que llamen desde el extranjero.
La Fuerza Aérea brasileña ha encontrado restos metálicos y asientos sueltos de avión a más de 650 kilómetros del archipiélago de Fernando de Noronha, al noreste de Brasil, según informan fuentes militares brasileñas, sin poder confirmar si se trata del Airbus 330 de la compañía Air France desaparecido ayer en el océano Atlántico con 228 personas a bordo. "Aún no podemos decir que sean del avión porque es necesario retirar una pieza y que contenga un número o marca que la identifique como parte del avión", ha afirmado el vicedirector de Comunicación Social de la Aeronáutica brasileña, el coronel Jorge Amaral.
Familiares de pasajeros del avión siniestrado llegan al aeropuerto Charles de Gaulle, en París.- REUTERS
La fuerza aérea brasileña ha encontrado restos metálicos en mitad del océano. En la tarea de búsqueda están involucrados al menos 8 aviones militares brasileños, tres franceses y dos españoles.La única pista fiable de localización son las coordenadas del último mensaje emitido a 1200 kilómetros de la costa brasileña, cuando, de forma automática, alertó de despresurización y de fallo eléctrico en el avión. La zona de búsqueda se amplia en la ruta hacia Cabo Verde. Son cientos de kilómetros de distancia donde hay profundidades de entre 3000 y 6000 metros. -
AGENCIA ATLAS
Los equipos de rescate brasileños y franceses, en colaboración con Estados Unidos y España, han intensificado hoy la angustiosa búsqueda del avión, que ayer desapareció en el océano Atlántico con 216 pasajeros y 12 tripulantes cuando viajaba de Río de Janeiro a París. A primera hora de hoy, la única pista sobre el posible lugar del accidente la aportó un piloto brasileño de la aerolínea TAM, que aseguró haber visto "extraños puntos naranjas" en el mar, en aguas senegalesas. Era el único indicio en la que ya es la mayor catástrofe aérea sufrida jamás por la compañía francesa. Pero los hallazgos del Ejército brasileño arrojan más incertidumbre en las labores de búsqueda.
Según expertos de la Fuerza Aérea brasileña, si se confirmara que los restos de avión que han sido encontrados en el Atlántico son del Airbus desaparecido, quedaría demostrado que el comandante trató de volver a la base aérea de Fernando de Noronha, ya que los restos hallados se encuentran a la derecha de la ruta seguida por los aviones que vuelan de Brasil a Europa, informa Juan Arias desde Río de Janeiro.
Con todo, la tragedia aérea, que tiene en vilo a los familiares de las personas que viajaban a bordo, apunta desde el primer momento a un triste final. Las esperanzas de hallar supervivientes son prácticamente nulas, tal y como ayer aseguró el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Todo apunta a que se precipitó al Atlántico en un aérea situada entre Brasil y África, llevándose con él a todos los ocupantes.
Desaparición en la madrugada
El avión partió de Río de Janeiro a las siete de la tarde del domingo (medianoche en la España peninsular). Se comunicó por última vez con los controladores de Brasil tres horas y media más tarde cuando informaron de que entrarían en el espacio aéreo de Senegal. El comandante avisó de que entraban en una zona de turbulencias. El vuelo AF447 tenía que haber aterrizado en el aeropuerto de Charles Gaulle a las 11.10 hora francesa (9.10 GMT). Pero ya no se supo nada más.
En mitad del trayecto, sobrevolando el Atlántico, el aparato comenzó a emitir señales automáticas que informaban de diversas averías, entre las que se contaba un fallo eléctrico general. A las 2.14 de la madrugada (4.14 hora peninsular) desapareció en plena tormenta. Los responsables de Air France aseguraron ayer que la causa posible del accidente es un rayo que, al alcanzar el avión, desencadenó un fallo en serie de todo el sistema. Pero nada es seguro. La desaparición del avión sin una señal de alerta complica la investigación.
Una vez fuera del alcance del radar, el Airbus 330 pudo precipitarse en una zona situada a unos 1.100 kilómetros de la costa de Brasil, donde la profundidad de las aguas del Atlántico oscila entre los 1.600 y los 4.000 metros.
Amplio dispositivo
Brasil ha movilizado ocho aeronaves, que se suman a los tres navíos de la Marina que rastrean el área que corresponde al control aéreo brasileño, mientras que la zona bajo control aéreo de Dakar está siendo rastreada por aviones franceses.
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha confirmado hoy que su país ayudará con lo sea "necesario" para encontrar el avión desparecido. El Pentágono colabora desde ayer con información procedente de sus satélites. España envió dos aviones que tiene en la base de Senegal.
En el aeropuerto internacional de Río de Janeiro Antonio Carlos Jobim y en el Charles Gaulle reina la angustia. Los familiares esperan con dolor y lágrimas la llegada de noticias. Padres, hermanos, novios y amigos saben que las esperanzas de encontrar supervivientes son muy escasas, casi nulas.
La relación completa de pasajeros por nacionalidades es la siguiente: 61 franceses, 58 brasileños, 26 alemanes, 9 chinos, 9 italianos, 5 británicos, 6 suizos, 5 libaneses, 4 húngaros, 3 eslovacos, 3 noruegos, 3 irlandeses, 2 estadounidenses, 2 españoles, 2 marroquíes y 2 polacos. La lista se completa con un ciudadano de cada uno de los siguientes países: Suráfrica, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Islandia, Estonia, Gambia, Holanda, Filipinas, Rumanía, Rusia, Suecia y Turquía.
Un viaje de novios que acaba en drama
Una consultora catalana que disfrutó de su viaje de novios en Brasil y un ingeniero sevillano empleado en el sector petrolífero en desplazamiento de trabajo son los dos españoles que viajaban a bordo del vuelo AF-447. Anna Negra, de 28 años y familiar de la saga Raventós que levantó el negocio del cava en la comarca del Penedés, vivía desde hace dos años y medio en Dubai. Allí se trasladó con su pareja, Javier Álvarez, a quien conoció en Barcelona y con quien se casó el pasado 6 de mayo en las cavas familiares. La pareja viajó después del enlace a Brasil para disfrutar de un viaje de novios de tres semanas, según amigos y familiares. Los recién casados se despidieron en el aeropuerto de Río de Janeiro, donde cada uno iba a tomar un vuelo distinto. Él debía regresar a Dubai a trabajar. Ella tenía unos días más de vacaciones y había decidido disfrutarlos con su familia en Cataluña, deseo que frustró la catástrofe del vuelo AF-447.
Los amigos del matrimonio que viven en el emirato del Golfo Pérsico se movilizaron para acompañar a Javier Álvarez. Querían ser los primeros en darle la noticia y por eso dos de ellos se trasladaron al aeropuerto para esperarlo a la llegada de su vuelo, prevista para las 11 de la noche hora local (dos menos en la España peninsular).
La familia de Andrés Suárez Montes, por su parte, se reunió en Sevilla, conmocionada. "Es un chico inteligente al máximo, trabajador. Terminó la carrera de ingeniero un año antes de lo que corresponde e hizo un master en Suiza", cuenta su tía entre lágrimas acompañada por la madre y el hermano de Andrés. "Estamos todos juntos, así al menos nos acompañamos", dice la tía.
Andrés tenía 38 años, estaba casado y sin hijos, y vivía en Caracas con su mujer venezolana. Cogió el avión para irse a vivir a París. "La compañía petrolífera lo destinó a Francia para que trabajara en Europa. Iba a estar más cerca de casa", comenta su tía entre la desesperación y el abatimiento.
Una de las azafatas del vuelo desaparecido era hispano-argentina
Una de las azafatas del vuelo de de Air France 447 tenía la doble nacionalidad española y argentina, confirmó hoy a Efe el Consulado argentino en la capital francesa. Se trata de una azafata nacida en Málaga hace 32 años de padres argentnos, por lo que tenía la doble nacionalidad. El Ministerio de Asuntos Exteriores español confirmó ayer que dos españoles viajaban en el avión, un ingeniero sevillano y una mujer catalana.
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