"Como las obras del hombre nunca son del todo perfectas, por mucho esmero que pongan los pueblos en la redacción de su Ley Fundamental, siempre es necesario enmendar algunas de sus disposiciones... Puede decirse que nuestra Constitución fue improvisada, porque repentino fue el tránsito del Pueblo dominicano del yugo más ominoso de los haitianos a la libertad de que hoy disfruta. Tampoco contaba con los mejores elementos para que ese trabajo fuese el más acabado y llenase los deseos de todos; pues suprimida enteramente la instrucción pública, secuestrados del roce de las naciones civilizadas y sin tratar más que con sus bárbaros opresores, no nos era dado llegar al grado de ilustración de aquellas naciones. Mas a despecho de tan desventajosa posición se elaboró nuestro Código político con la más profunda sabiduría y meditación, consignándose en él la garantía de los imprescriptibles derechos naturales del hombre, y organizándose un gobierno republicano con todas las condiciones necesarias para su conservación y engrandecimiento, salvo algunos ligeros lunares ..."Juan Nepomuceno Tejera, Constituyente. (Juicio Expresado en 1854).
La introducciòn en el Congreso Nacional del proyecto para la reforma de la Carta Magna, y la cual consta de 254 artìculos, donde se pretende modificar 122 , nos darà una Constituciòn totalmente renovada y adaptada a los nuevos tiempos.
Despuès de leer algunas de sus disposiciones consideramos muy prudentes estas modificaciones, ya que seràn satisfechos los deseos de una gran parte de los dominicanos, en esto de unificar las elecciones Presidenciales con las Congresionales y Municipales, y asì nos privamos de estas carnestolendas cada dos años, saturando por los cuatros puntos cardinales las campañas polìticas con el consiguiente despilfarro de los dineros del pueblo.
Es bien aceptado que se opte por un segundo mandato, cuatro años en realidad es muy poco tiempo para reformar y hacer los cambios que necesarios que necesite un pueblo, no es bueno dejar a mitad de camino los trabajos y proyectos ya iniciados por el gobierno de turno, y que casi siempre son dejados de lado y descontinuados por el nuevo mandatario elegido.
La Constituciòn de la Repùblica Dominicana, no es in sensu stricto, o sea, en sentido estricto, necesariamente un libro, pero se encuaderna para su presentaciòn como tal. Como un librito.
Con toda su sencillez externa respira la majestad y el peso, que todos los libros juntos que la Repùblica no tienen.
Con toda su sencillez externa respira la majestad y el peso, que todos los libros juntos que la Repùblica no tienen.
Su contenido es tema obligado a la hora de dar el màs mìnimo paso dentro de las estructuras fundamentales de la Naciòn. Por eso la llaman Constituciòn...Por eso es Constituciòn...La Constituciòn, y hay que quitarse el sombrero.
Nunca serà lo debidamente ponderada, y menos respetada. A su alrededor se mueven los legalistas, juristas y leguleyos con sobrada parsimonia. Pero es mentira. Cuento, para hacer creer.
Saben que tiene que respetarse y lo hacen, de parsimonia, en parsimonia en adelante.
Dicen respetarla y se rìen de ella para su coleto...Proclaman acatarla, y lo que quisieran fuera, que se esfumara del medio.
Dan repetidos y labiosos testimonios de su importancia y si no los estàn vigilando prefieren arrinconarla como un cachibache viejo.
La Constituciòn es necesaria a toda la ciudadanìa en general y a cada individuo en particular.
La Constituciòn es necesaria para que el paìs sea Naciòn, para que la Naciòn sea gobernada por un Estado legal, justo, democràtico, y..constitucional.
Sus disposiciones son bien generales. Son como un marco dentro del cual se mueve y vive todo el cuerpo jurìdico de la Naciòn sin salida posible.
Como la Constituciòn es gravitatoria sobre tantos y tantos intereses disìmiles, opiniones encontradas, criterios dispares, da un trabajo enorme redactarla, y usar en ello el término adecuado, preciso para que no se preste a ambigüedades, ni distorsiones.
Es un trabajo titànico por eso se hace una sola ves y ya. Posteriormentes se imponen las enmiendas, la Constituciòn puede permanecer estàtica, el hombre no, y, como en definitiva la Constituciòn existe por el hombre y para el hombre, no el hombre al servicio de la Constituciòn.
El hecho de que la Constituciòn se enmiende- corrija- aquì y allà segùn la impostura de un momento dado, no le hace, mella, como tal, permanece entera, igual, històrica.
Nuestra Constituciòn se ocupa de todo...lo que le interesa que se respete. Ella lo señala todo, se expresa sobre todo: la naciòn...su soberanìa y su gobierno. El territorio, nuestro règimen econòmico, social fronterizo. De nuestros derechos como individuos y como sociedad....de nuestro Poder Ejecutivo, Judicial, de nuestros Secretarios de Estado. Hay mas en sus cientos de Articulos, que son como un andamiaje, estàn distribuìdos en tìtulos, secciones pàrrafos aclaratorios de mùltiples aspectos...
La Constituciòn dominicana, ni de ningùn paìs, podrà ser un documento perfecto, acabado, justamente delineado, pero siempre, sì podrà ser un documento de respaldo, de referencia a lo justo y equitativo.
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