UNA VIDA AL SERVICIO DEL
PUEBLO DOMINICANO
MANUEL TAVAREZ JUSTO
Un recuerdo para un luchador democràtico que combatiò al trujillismo y a las fuerzas neotrujillistas del balaguerismo, apoyadas por los Estados Unidos.
Por: Luis Mayobanex Rodrìguez (Argenpress)
Manolo Tavarez, líder del Movimiento Revolucionario '14 de Junio', inicio el 28 de Noviembre de 1963 una insurgencia armada en la zona rural de Repùblica Dominicana que guardaba como objetivo la restauraciòn del gobierno de Juan Bosch, desplazado del poder dos meses antes mediante un golpe de estado promovido por los Estados Unidos. El 21 de diciembre del mismo año Manolo morirìa asesinado.
Manolo Tavarez Justo fue un producto extraordinario de un periodo en la historia nacional de bùsqueda, definiciòn y rebeldìa.
Manolo se reafirmò en sus creencias polìticas y en su sueño de naciòn libre en medio de una sociedad medularmente violenta, intolerante y excluyente; en un entorno donde predominaba la desconfianza, el temor y el terror. Donde ser autèntico se pagaba con la libertad y hasta de la vida.
A Manolo le toco vivir intensamente las consecuencias que para una naciòn significaba estar sometida a un règimen decrèpito, antihistòrico y en crisis terminal. Un règimen aislado en el marco internacional y rechazado hasta por sus antiguos aliados.
Vivir, ademàs, en su sentido de tragedia y esperanza la repatriaciòn armada de junio de 1959, acontecimiento històrico que lo marcarìa para siempre y seria nutriente permanente en sus convicciones ideològicas y propuestas polìticas.
Consecuente con su tiempo y sus creencias, Manolo vio en la derrota de la insurgencia armada del '59 la posibilidad real de enfrentar y derrotar a la dictadura de Trujillo. Comprendiò que el movimiento guerrillero de Constanza, Maimon y Estero Hondo ayudarìa a incrementar el repudio en contra de la dictadura. Encontrò en los expedicionarios razòn para seguir luchando, no motivo para el abandono del ideal ni la deserciòn polìtica. Reaccionò consciente de que el futuro se construìa en el momento exacto en que vivìa.
Por eso sale, junto a un grupo de sus màs cercanos compañeros de ideal, entre ellos su adorada y brillante Minerva Mirabal, a darle forma orgànica a la resistencia antidictatorial. Adquiere conciencia del valor de la organizaciòn en la lucha polìtica con propòsito transformador. Lentos, pero sin pausa, salieron a difundir su mensaje liberador. A ganar adeptos. Asì va creciendo su proyecto y el Movimiento Clandestino 14 de Junio, con todo su simbolismo històrico y compromiso de futuro, se convierte en una incuestionable realidad en la nariz misma de la dictadura, en su propio vientre.
Las banderas programáticas y el sacrificio de los expedicionarios del '59 encuentran en el proyecto de Manolo sus mas consecuentes continuadores.De esta manera se articula el màs serio esfuerzo orgànico de la resistencia interna. Develado en Enero de 1960, sorprende hasta a la misma dictadura sus ramificaciones y alcance; la diversidad social y la calidad de sus integrantes. Cientos y cientos de ellos son apresados y torturados, incluidos Manolo y las hermanas Patria, Minerva y Marìa Teresa Mirabal.
La resistencia continùa. Adquiere forma y expresiòn en las erigisteis del r�gimen y en una sociedad controlada y atemorizada. Sedienta de sangre, la dictadura continuaba destrozando todo lo que asume como obstàculo a los propòsitos perversos del tirano, sus familiares y cortesanos màs cercanos.
Las alas de las mariposas son calcinadas. El 25 de noviembre de 1962 son asesinadas las hermanas Mirabal. La patria llora su impotencia, al tiempo que acumula mas odio y rebeldìa. Ojo de Agua, Salcedo, recorre la geografìa mundial, al tiempo que sus heroìnas acceden a la inmortalidad.
Sin embargo, el barco naufragaba. El entorno internacional màs cercano mostraba su rechazo al règimen de terror. La conciencia dormida de un pueblo despertaba, penetrando con su ìmpetu liberador la estructura misma de poder en que por 30 años se habìa mantenido la dictadura de Trujillo.
La còpula de la iglesia catòlica, històricamente comprometida y beneficiaria del règimen, se suma a la protesta y a la condena del reino del miedo, de la negaciòn de la libertad y la dignidad humana. Su Carta Pastoral de los inicios de 1961 contribuyò, al margen de sus reales intenciones, a la campaña internacional articulada contra Trujillo y sirviò de aliento a la resistencia interna.
Desde la càrcel Manolo, y parte de sus compañeros, renovaron el compromiso. El dolor ante la pèrdida de lo amado no anula la razòn, tampoco ahoga el grito contenido de libertad. Es la hora de los hornos: o se claudica o se templa el espìritu de rebeldìa.
El horror toca otras puertas y provoca las muestras de dignidad que aun laten en el espìritu encarcelado de seres humanos subalternos del règimen. Hasta el poder imperial, que nunca ha conocido el pudor, ya habìa opinado que el dictador era un 'hijo de puta', aunque propio, del cual habìa que salir antes que perderlo todo. Cuba es un ejemplo de dignidad y esperanza demasiado cercano y contagioso. Es un faro de esperanza hacia el cual miran miles de domincanos/as. Ejemplo emancipador que quiere emular en este y en otros continentes la contestaria generaciòn polìtica de los '60.
En ese contexto se produjo el atentado y ajusticiamiento de Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961, por parte de un grupo de antiguos y activos miembros de los cìrculos militares del poder.
Si bien este acontecimiento marcò el inicio del fin de la dictadura, no significò el colapso inmediato de la estructura polìtica, militar y legal sobre la cual habìa sido edificada.
Se dio, a partir del 30 de mayo, un complejo, convulso y doloroso proceso que cubrirìa la primera mitad de los '60'.Su punto màs sobresaliente lo constituirà el empeño de unos pocos por sostener el andamiaje y las figuras bàsicas del règimen decapitado, mientras que por el contrario viejas y nuevas fuerzas sociales y polìticas pugnando por darles termino al remanente, aun determinante, de la dictadura y abrir la sociedad a un real proceso de libertad y democratizaciòn.
En esa hora definitoria de la historia, un presidente titular buscando situarse en el medio de estos excluyentes propòsitos. Un presidente titular que busca reafirmarse como tal temeroso de las fuerzas que buscan desatarse, pero sin voluntad ni recursos para confrontar a los descendientes mas directos de Trujillo y figuras claves del poder dictatorial.
Aun con toda su carga de muerte y dolor, este proceso de apertura a una primera fase de un règimen democràtico se proyectaba como inevitable.Sorteado, aunque no superado del todo, el vendaval sangriento de la contraofensiva de los remanentes del trujillismo, se afianza en el escenario nacional la voluntad de cambio y el reclamo de destrujillizaciòn de la sociedad. Surgen las expresiones polìticas organizadas de diversa fuerzas sociales, entre ellas las tres que predominaròan en el primer lustro de la dècada del '60: el Partido Revolucionario Dominicano -PRD-, Uniòn Civica Nacional -UCN- y la Agrupaciòn Polìtica 14 de Junio.
De estas importantes organizaciones, el 14 de Junio emerge de la clandestinidad en julio del '61 encabezada por Manolo, el m�s prominente prisionero polìtico de esa època. Desde sus inicios se proyecta como una agrupaciòn sin ningùn tipo de vìnculos con el pasado que se buscaba enterrar.
Con la pasiòn y el arrojo que les caracterizaron, Manolo y el 14 de Junio se lanzaron a la lucha por desmantelar las esferas de poder que garantizaban el trujillismo sin Trujillo. Unas esferas del poder dictatorial que Joaquìn Balaguer no se atrevìa a tocar y que perversamente esperaba fueran destruidas por la acciòn popular, para el recoger sus frutos y hacerse dueño de un poder que no se atrevìa desafiarle a Ranfis Trujillo, hijo mayor del tirano, y demàs familiares.
Ya no era posible controlar el proceso desde el poder mismo, como pretendìa Balaguer. El regreso de exiliados, la libertad de prisioneros polìticos y la acciòn publica de diversos partidos, lejos de mediatizar, agudizaron el accionar antidictatorial ciudadano.
Para el '14 de Junio' la lucha contra los remanentes no solo contemplaba a los hijos y familiares del dictador, sino tambièn a Balaguer. Para el '14 de Junio' la destrujillizaciòn era una condiciòn fundamental para la democratizaciòn del paìs. Esta ultima era una consecuencia de la primera.
La presiòn popular, la ausencia de un lìder y una opciòn polìtica que pudiera unificar a los partidarios del status quo, los conflictos en los mismos mandos y estamentos militares y la ausencia de un consenso entre los principales partidos que permitiera una salida negociada a la crisis, hacia inexorable el derrumbe del viejo règimen.
Conscientes de esa realidad en desarrollo, Ranfis y los hermanos del dictador se juegan la aventura de hacerse nuevamente del poder total, incluyendo el Ejecutivo en manos de Balaguer. Al estar fuera de tiempo, esta acciòn fracasò irremediablemente. Asì no hay futuro en el marco nacional para los Trujillo; solo el destierro le quedò como salida.
La mitad misma de noviembre del '61 marca la salida para siempre de los familiares del dictador; no sin antes Ranfis cargar consigo los restos del tirano, una parte de su millonaria fortuna y asesinar, con sus propias manos, a casi todos los participantes en el ajusticiamiento de su padre.
La partida de esos personajes del règimen abriò la compuerta para la acci�n masiva del pueblo. La destrujillizaciòn ya no solo era una aspiraciòn en el àmbito de las ideas, tambièn lo era en la simbologìa material que representaba y recordaba tan funesto pasado de nuestra vida como colectividad nacional.
Los seguidores de Manolo estaban a la cabeza del pueblo urbano en este proceso de catarsis liberadora colectiva; porque eran el pueblo mismo. Es posible que polìticamente erraran al convertir la destrujillizaciòn en la bandera central de su lucha, mientras otros se preparaban para coger el poder. Pero lo que nadie puede jamàs negar es el indiscutible papel desempeñado por Manolo y su organizaciòn en la movilizaciòn y presiòn popular, y en la propia salida, en Enero del '62, de Balaguer del poder.
Vista asì la historia, Manolo y el '14 de Junio' fueron un factor de incuestionable valìa en el proceso de democratizaciòn y redefiniciòn de la naciòn en uno de sus momentos històricos mas decisivos. Contar la historia de la democracia dominicana en su fase post-trujillo, si se hace con apego a la verdad, es recrear la vida misma de valor y sacrificio de Manolo y sus compañeros/as de lucha.
Durante el periodo de gobierno del denominado Consejo de Estado, Manolo y su organizaciòn constituìan una realidad polìtica a considerar en la bùsqueda de salida o soluciòn a las situaciones y momentos de crisis inevitable en una sociedad como la nuestra que recièn acababa de salir de una dictadura.
Su peso e influencia polìticas buscaban que las reformas polìticas en discusiòn sirvieran al avance del proceso de transiciòn, no a su retroceso; al tiempo que el '14 de Junio' levantaba las demandas econòmicas y sociales que contribuyeran a hacer mas digna la vida de la mayorìa poblacional.
En ese periodo de debate y movilizaciòn polìticas, en su discurso Manolo subraya mas el cambio en la estructura polìtica y social de la naciòn.Con su predica y praxis Manolo va perfilando en la sociedad una marcada corriente antiimperialista. Incisivamente critica el poder oligàrquico, a la vez que el règimen de tenencia de tierra atrasado y de sòlidos rasgos feudales.A partir de las caracterìsticas nacionales propias y de la incuestionable influencia que en su generaciòn tenia la Revoluciòn Cubana, Manolo va articulando la propuesta de Revoluciòn Democràtica acentuadamente antiimperialista como soluciòn a las principales contradicciones que regulaban la sociedad dominicana de entonces.
Bajo ese predicamento caminaba el paìs. Entraba en contacto con el pueblo. Crecìa su liderazgo entre el estudiantado, entre los profesionales y sectores trabajadores de la ciudad, al mismo tiempo que el 14 de Junio se iba desarrollando como organizaciòn de masa y antiimperialista.
Consciente de la fragilidad institucional del paìs y de la influencia norteamericana, negativa a partir de la historia misma, Manolo alentaba un proceso de lucha extrainstitucional, en un periodo donde la mayorìa de los actores polìticos y econòmicos de la sociedad apostaban a cerrar 'la primera transiciòn' mediante el sufragio electoral.
Alertaba tambièn sobre el peligro que representaba para la democratizaciòn del paìs grupos econòmicos, militares y religiosos de poder medularmente antidemocràticos.Convencido de la necesidad de darle curso a un proceso de liberaciòn nacional y transformaciòn social y dada su desconfianza hacia las elecciones como mètodo para viabilizarlo, Manolo y el '14 de Junio', al igual que otras formaciones polìticas menores, llamaron a la abstenciòn en las elecciones del 20 de diciembre del '62, posiciòn que resulto irrelevante y desoìda hasta por parte de sus propios seguidores.
Celebradas las elecciones y electo Juan Bosch presidente en la boleta del PRD con un 59.53% de la votaciòn general, se acentuo en el paìs un realineamiento polìtico sujeto, esencialmente, a la condiciòn social de sus actores.
Aun con sus criticas a las inconsecuencias oficial, el '14 de Junio' captò desde el principio de la gestiòn perredeista la trama que desarrollaban los sectores mas retardatarios de la sociedad para hacer zozobrar el ensayo democràtico.Indicò las graves consecuencias que tendrìa para el paìs una interrupciòn del orden institucional inaugurado el 27 de febrero del 1963 y aseguro que cerrado los espacios de la lucha legal, al pueblo, y al '14 de Junio', solo les quedarìa el camino de la lucha armada para mantener viva la llama de la libertad y la democracia.
Consumado el golpe de estado, el 25 de septiembre, contra el gobierno constitucional, el '14 de Junio', perseguido, acosado y reprimido, como todo el pueblo, por el gobierno de facto del Triunvirato, dio inicio, el 28 de noviembre del '63, a una insurrecciòn armada que tuvo como escenario 'las escarpadas montañas de Quisqueya'.
Con mas dignidad y patriotismo, que armas y experiencia militar, los catorcistas, incluido su màximo l�der, escogieron el camino insurreccional buscando restaurar el gobierno que legal y legìtimamente se habìa dado el pueblo dominicano.
23 dìas despuès de iniciada, la acciòn guerrillera terminarìa con la muerte de una parte de sus integrantes, incluido Manolo, el mas consecuente y brillante lìder antiimperialista de nuestra historia republicana.
Su gran legado orgànico, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, no resistirìa su ausencia. Aunque registro momentos de heroìsmo y abnegaciòn, la imprudencia y la inmadurez de quienes estaban supuestos a dirigirle, junto a la acciòn externa del enemigo, ahogaron su condiciòn de proyecto de masa y su potencialidad de ser un factor protagònico en la construcciòn de una sociedad democràtica, libre y solidaria.
La guerra de Abril del '65 encontrarìa fragmentado al '14 de Junio'. Aun asì, eso no fue obstáculo para que sus dirigentes y militantes desempeñaran acciones de leyendas en el transcurso de la guerra.La figura, el ejemplo y el pensamiento polìtico de Manolo servìan de aliento a miles de combatientes constitucionalistas que defendìan la patria y resistìan la ocupaciòn extranjera iniciada el 28 de abril de 1965.
El sobresaliente papel militar desempeñado por los catorcistas durante el perìodo de la Guerra de Abril, si bien estimulo la esperanza de contar con una patria libre, no impidiò que posterior a la misma sucumbiera tan valioso instrumento de lucha patriòtica y antiimperialista del pueblo dominicano.El pensamiento polìtico de Manolo, aunque reducido a los discursos que se pudieron rescatar y publicar, influyò en la definiciòn y en el compromiso polìtico de miles de jòvenes de ambos sexos, que en el periodo posterior a la Guerra de Abril le toco vivir bajo el règimen de la contra-revoluciòn triunfante.
El recuerdo de Manolo era, en este periodo, razòn de làgrimas en parte de los mas veteranos y razòn de orgullo y rebeldìa para las nuevas generaciones de combatientes revolucionarios.Un factor relevante de su legado es su vida consciente marcada por el desprendimiento y la entrega a la causa asumida como correcta.Me atrevo asociar los mejores momentos de las fuerzas revolucionarias y antiimperialistas dominicanas, a la vida y al ejemplo de Manolo Tavarez. Es su liderazgo, en medio de una coyuntura excepcional, lo que contribuyo de manera decisiva a que el '14 de Junio' alcanzara la notoriedad y la importancia polìtica que tuvo en la primera mitad de la dècada del '60. Y en su pensamiento y en su ejemplo encontrò una parte de la izquierda revolucionaria de los '70.s luz y aliento para el desarrollo de su trabajo polìtico.
Manolo supero su tiempo y su pensamiento insuficientemente estudiado y mas insuficientemente defendido, todavìa es razòn de recuerdo y lucha en quienes siguen creyendo en la posibilidad de construir una sociedad justa y equitativa.Su honradez a toda prueba, su amor a la patria y su dedicaciòn a defender y a construir lo que asumìa como su verdad, son valores que adquieren vigencias ahora cuando aumenta el numero de quienes confunden lo posible con el ideal; en que hablar de defender la patria suena anacrònico, aun y cuando el modelo econòmico neoliberal la esta destrozando, y en un momento en que la militancia polìtica contestaria es cuestiòn de tiempo libre, no de cotidianidad.Recordar a Manolo obliga a impugnar una clase polìtica corrupta; una clase polìtica que asocia el èxito personal o de grupo a la capacidad demostrada en el arte de la corrupciòn y en el enriquecimiento ilìcito; a una elite con una increìble capacidad de perversiòn social.
Su memoria nos compele a seguir apostando a la edificaciòn de una sociedad en que las necesidades humanas sea prioritarias antes que el mercado; donde la solidaridad anteceda a la competencia y donde el sentido colectivo que provoca el amor a la patria verdadera, prevalezca ante las legitimas aspiraciones personales y de grupo que siempre acompaña el comportamiento humano.
Cada època obliga un tipo de homenaje a los màrtires de la patria caìdos y caìdas. Y para mi, en las actuales condiciones, el mejor homenaje que pudièramos brindarles es colocar lo que queda del acumulado històrico de la izquierda a la construcciòn de un nuevo, amplio y progresista referente polìtico que desafìe y confronte el poder de la tradiciòn partidaria dominante y que propugne por producir un giro con sentido de la historia y propòsito colectivo en el rumbo de la naciòn dominicana.
Es posible hacerlo; nos reta abrir un sincero espacio de dialogo, reflexiòn y acciòn de los hombres y las mujeres, organizados o no, que de verdad la patria les duele; entre quienes prosiguen creyendo en la divisa de servirle al pueblo de todo corazòn. Entre quienes encuentran en la solidaridad, como dirìa el poeta, la ternura y la expresiòn de los pueblos.