11 mayo, 2009

AL PADRE ALBERTO LE FALTO PRUDENCIA....



Por Alberto Müller
La revelación por la revista ‘TV Notas USA’ de escenas amorosas íntimas del conocido Padre Alberto Cutié acariciando a una mujer en la playa y dejándose acariciar por ella, además de sugerir varias lecturas de conducta, lo primero que deja en el ambiente es una gran imprudencia por parte del sacerdote, ya reconocida por él.
Decía San Pablo, que el plan divino era una peregrinación lejos de Dios y por eso caminamos por la fe y no con una visión clara de todo lo que nos rodea.
Nadie discute el perfil carismático, humano y bondadoso del padre Alberto, ni tampoco está bajo dictamen público el tema de si los sacerdotes y las monjas deben o no casarse, aunque es importante conocer la opinión de la comunidad.
Pero lo evidente es que el escándalo provocado por la publicación gráfica de las caricias del padre Alberto con una mujer en una playa pública, es de su absoluta y plena responsabilidad.
Y eso forma parte de la sentencia de San Pablo de la visión poco clara de nuestro andar y de la importancia de la fe.

El tema del ‘celibato’ en la Iglesia Católica es de larga data, independientemente de la opinión contraria o coincidente de muchos. La discusión es de siglos y viene de los mismos Apóstoles que acompañaron a Jesús en su vida pública, de San Pablo, el Apóstol por excelencia de la cristiandad, del Concilio de Elvira en España en el año 300, pasando por otros concilios, hasta llegar al de Trento en el siglo XVI, hasta nuestros días.

El ‘celibato’ es una potestad de cualquier institución religiosa, como lo han asumido la Iglesia Católica, los monjes tibetanos y el hinduismo, entre otras instituciones durante la historia.
Sin embargo, otras denominaciones cristianas de mucho prestigio, han rechazado el ‘celibato’ y permiten el matrimonio de sus pastores o sacerdotes. ...

Y esto lo han realizado con cierto éxito.
Por lo tanto, sería atrevido e ingenuo pensar, que el escándalo del padre Alberto pueda resolver el debate milenario, aunque lo haya abierto de momento en la comunidad de Miami y sus alrededores.
Si el padre Alberto reconoció que causó ‘dolor y tristeza’ a la comunidad, por su actuación de exhibir intimidades amorosas en una playa pública, habría que añadir que a los primeros que hirió e irrespetó involuntariamente, fue a sus familiares más cercanos, a la mujer que confiesa amar y a sus amigos más íntimos.

No debemos pasar por alto, que hay una lealtad a Cristo y a la Madre Iglesia, que los católicos valoran por su naturaleza salvífica, que la actuación del padre Cutié, miembro activo de esa Iglesia, también puso en entredicho.

Algunos emotivamente han querido desviar el escándalo del padre Alberto hacia resultantes de popularidad, retos a la autoridad religiosa católica o historia de un amor apasionado entre dos seres humanos, que podría llegar a las pantallas de Hollywood.

Y todos tienen derecho, en una sociedad libre, a llevar el tema al terreno deseado. Pero en medio de tanta algarabía, no debemos pasar por alto, que el ‘celibato’, don y misterio de compromiso en la Iglesia Católica, lo aceptó el padre Alberto con pleno consentimiento y libertad.

Si el padre Alberto, por las razones que sean, que estamos seguros que existieron, llegó al convencimiento de que le faltaba voluntad o raciocino, para cumplir con el celibato, por haberse enamorado de una mujer, el primer paso que debió dar, en pleno respeto humano hacia esa misma mujer y hacia la institución maternal de la Iglesia, que lo formó y le abrió sus brazos, era pedir una dispensa a la propia Iglesia, para abandonar los hábitos y las responsabilidades religiosas contraídas.
Exhibirse en caricias íntimas en ... una playa pública, parece ser un camino muy lejos de la humildad requerida, aunque las debilidades humanas tienden a ser tentadoras y revoltosas.
Quien asume el sacerdocio católico, acepta libremente las reglas del ‘celibato’ y eso lo conoce a profundidad el padre Alberto, desde que hizo su compromiso con la Iglesia.
Algunas frases recientes y desafortunadas del padre Alberto, como las de los ‘pantalones debajo de la sotana y el no pedir perdón por amar a una mujer’, más bien lo alejan de la reflexión ante Dios, que él mismo prometió y que obviamente necesita.
En una ocasión el filósofo cristiano, Vladimir Solwjew, afirmó que el verdadero dogma central del cristianismo, era la unión íntima de lo humano con lo divino.
En esta sentencia de Solwjew está el reto formidable y una ardua tarea para todos los que profesan el cristianismo.
Qué Dios en su infinita misericordia bendiga y ayude al padre Alberto en su reflexión, a no alejarse de la misión amorosa y salvífica de Cristo.
Y también que lo ayude a ser más prudente.

1 comentario:

  1. Lo peor de todo es que es vieja y fea. La forma en que sucedio es lo que no esta bien, ALberto Cutie debio dejar la iglesia antes de que llegara hasta ese punto todo. En el momento que el vio que estaba ya sintiendo deseos de estar intimamente con esa mujer ahi debio cortar el sacerdocio. Ella tiene igual o mas culpa que el, puesto que ella sabia que el era un Padre de iglesia CARAJO, habiendo tantos hombres solteros y hasta mas buenmozos en MIAMI, tener que caer con el pobre PADRE ALBERTO. Y lo peor de todo es que el Padre ALberto, perdio su imagen, su credibilidad y su fama por una mujer que quien sabe si al a~no lo deja botao. Quien sabe si lo que a ella le gustaba de el es que fuera Padre y que fuera una relacion prohibida.

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