03 junio, 2015

EL ILUSTRE LOCO....



EL ILUSTRE LOCO

Alguien decìa que despùes de la muerte la peor desgracia para el hombre es la locura. La muere nos sustrae de cuajo de la vida…la vida biològica y consciente…la locura nos arrebata la conciencia, dejàndonos al azar una vida biològica a la deriva, poblada de tinieblas, ideas absurdas y horribles fantasmas.
 
La muerte es reposo absoluto…la locura agitación total. Es preferible morir que vivir llevando a cuestas, como una cruz de calvario, una psicosis irreversible, alienante y furiosa. Comentan que de la locura a la genialidad hay un paso….pero siempre es preferible una genialidad cuerda que loca. Rumoran los que saben de eso que los genios y los sabios son siempre un poco locos, pudiera ser, pero no en realidad, sino màs bien eufemísticamente, cariñosamente si se quiere. La pasiòn espumante del loco es febril, maravillosamente obsesiva…Encerrado en el laberinto desasosegado de sus cosas, el loco vive fecundo en ficciones, venturoso en disparates.
 
Los sabios llaman a las disfunciones mentales graves psicosis. Las clasifican en tres planos, diferentes entre sì, pero profundamente interdependientes, esto es, nunca se dan puras en un solo orate. La primera, la mas sublime de todas las locuras, la locura por antonomasia, la màs ostentosa de todas: la esquizofrenia. Se cae al fondo de la conciencia y se hace añicos, como cristales rotos la personalidad. Ya no se es quien es sino quien dicta la sinrazón, un Napoleòn, un Alejandro Magno, un ciensòlogo, un noble apátrida….
 
La esquizofrenia es el mal de la mente con màs arrestos… Es locura en grande, sin tacañerías… La segunda en la paranoia. El paranoico se siente acosado, acorralado por enemigos imaginarios que quieren envenenarlo, darle un balazo, hacerlo desaparecer. Es suspicaz….desconfìa de todo y de todos. Su mundo es la eterna odisea por escapar de las asechanzas que no existen, de las confabulaciones que solo prevalecen en su templado cerebro. A la tercera llaman Manìaco-depresiòn, o psicosis circular. Porque es como un cìrculo; a veces eufòrico, boyante de optimismo y exuberante felicidad; otras veces, la otra mitad del circulo, profundamente triste y acongojado. Gimoteante…aplastado…y con fuertes ideas suicidas.
 
La de nuestro pròcer, fuè sin lugar a dudas una esquizofrenia paranoide, o sea delirante ideas de grandeza patria, de exaltaciòn duartiana, , es la que el, se sentìa emerger, mezcladas como era de esperar con terror persecutorio, por parte de los haitianos al principio, …de los afrancesados…y de Santana ni digamos, a quièn le fuè arriba en la antigua plaza de armas, hoy Parque Colòn, desenvainada la espada, y no lo descuartizaron los hombres de Santana a machetazos por la ràpida intervención de Felipe Alfau, Trinitario como èl, y del Cónsul francés Saint-Denys.
 
Emilio Rodriguez Demorizi, quien fuera un gran historiógrafo, escribe esta obra: “JUAN ISIDRO PEREZ, EL ILUSTRE LOCO, en 1938 y se la dedica a Don Federico Henrìquez y Carvajal, que a la sazòn, en septiembre de aquel año cumplìa 90 años edad. Tanto Don Federico, como el Dr. Zaglul, hacen semblanzas acerca de este trinitario que fue tocado con la centella de la vesania, y terminò sus años traspasado y errante por esas calles del Santo Domingo decimonónico.
 
En 1868 el còlera, que diezmaba la horrorizada ciudad de Santo Domingo, cobra, en nuestro ilustre loco, una vìctima màs. El Anuncio Buenrostro, de corazòn ancho…ancho como el mar, cargò con su cadáver del Hospital Militar hasta el cementerio donde tuvo que ser sepultado a la carrera en la fosa comùn, sin una cruz…sin una luz…sin una làpida…sin una oraciòn. De sus restos no se sabìa…Su infortunio llegò a tales magnitud que ni siquiera puede reposar en el Panteón Nacional entre los grandes.
 
De èl dice Don Federico Henríquez:- “Ilustre Loco…Con esa concordancia sintètica aparentemente paradójica, luego de considerarle como ilustre màrtir, nominè en un discurso febrerista a Juan Isidro Pèrez de la Paz, que fuè uno de los màs fieles a Duarte i de los màs adictos a su ideal nacionalista”…. La patria no lo ha mal agradecido y su memoria prevalece. Su demencia no ha sido, ni es vergüenza. Es, en el alma del buen dominicano, El Ilustre Loco¡…. 
 
 Tercera ediciòn de 1973, Primer premio del Certamen Centenario de la Trinitaria.